Juan Pablo Obregón conformó hace 22 años el elenco de Padres e hijos, un popular seriado que se transmitió entre 1993 y 2009. Considerado como uno de los galanes de la televisión colombiana, participó en otras producciones, como Chica vampiro, Francisco el matemático, Doña bella, La viuda negra, Alias J.J., Cuando vivas conmigo y La nieta elegida.
Sin embargo, la frecuencia con la que este actor aparece en pantalla ha disminuido con el pasar de los años. Tanto así que se vio obligado a buscar nuevas oportunidades de negocio lejos de las cámaras.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppLa nueva vida de Juan Pablo Obregón
Por medio de redes sociales, el actor se ha dedicado a compartir algunas muestras de los negocios que desempeña para mantener a su familia, conformada también por su esposa y sus seis hijos.
“Lo que busco son opciones para vivir mi vida y que estas me gusten, llevaba años buscando opciones y me canse de esperar a que me llamen”, añadió el actor en una charla que sostuvo hace meses con Lo sé todo, desaparecido programa de entretenimiento.
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Uno de los negocios de Juan Pablo Obregón, por ejemplo, es la compra y venta de vehículos usados: “Es un negocio que es bonito, pero toca saberlo hacer. Yo mismo miro qué opciones podría haber y los compro, los arreglo, los que no tenga que arreglar solo los vendo”.
Además, en familia tiene un emprendimiento llamado Santo Corazón, dedicado de vender artículos (libros, biblias e incluso peluches) e imágenes de figuras religiosas; algo que él mismo califica como ‘souvenirs católicos’.
¿Quién es la esposa de Juan Pablo Obregón?
Su nombre es Ana María y, además de ser una mujer dedicada a su familia y su hogar, apoya a Juan Pablo en la tienda católica y en la promoción del negocio en redes sociales.
Ana María la mujer con quien Juan Pablo Obregon ha tenido seis hijos y conformado un hogar basado en las enseñanzas del catolicismo: “Cada uno es único e irrepetible, deseado y planeado por Dios; cada uno es fruto de la unión del amor entre un hombre y mujer con un alma pensada para la eternidad. Solo puedo decir que es un privilegio ser mujer y madre, sentir cómo crece una vida en tu vientre, tenerlos en tus brazos, amamantar y verlos crecer. Pero que sería sin en ese hombre que Dios me regaló como esposo y padre en un mundo que quiere acabar con la masculinidad, la paternidad y la familia”.