El 2025 fue para Karen Lizarazo un año de contrastes. Entre la nominación al Latin Grammy, los retos personales que define como “duelos” y el cierre del calendario con un lanzamiento decembrino que la conecta con su infancia, la cantante llega al fin de año con una lectura más clara de sí misma.
En entrevista con Vea, de El Espectador, repasó los capítulos que marcaron sus últimos doce meses y compartió cómo cambió su mirada tras vivir uno de los años más intensos de su carrera.
2025, un año que comenzó en el dolor para Karen Lizarazo
La artista recordó el inicio del año como un periodo emocionalmente convulso. Había terminado un álbum que nació en medio de tensiones personales, y asegura que sus primeros meses estuvieron marcados por ausencias más simbólicas que literales.
“A veces hay muchas despedidas y muchos duelos. No tienen que ser muertes para que haya duelo: son despedidas de situaciones, de personas, de relaciones, de sentimientos”, mencionó. Precisamente, esa misma sensibilidad atravesó la producción de su disco ‘De amor nadie se muere’.
“Musicalmente el año empezó muy extraño: estaba terminando un disco que hice entre lágrimas, entre dolor, entre una revoltura de cosas”, añadió. Sin embargo, el camino dio un giro inesperado cuando la buena respuesta del público —y luego la industria— le abrió un escenario completamente distinto.
La nominación al Latin Grammy 2025
El álbum, que surgió entre dudas, terminó dándole a Lizarazo uno de los mayores hitos de su carrera: su nominación a los premios Latin Grammy. La experiencia en Las Vegas no solo la confrontó con nuevos retos musicales, sino que le generó un cuestionamiento personal profundo.
“Uno llega de Las Vegas con un chip distinto”, afirma. Ese pensamientno se traduce únicamente en ambiciones profesionales, sino en la manera en que se mira y se evalúa. “Empiezas a cuestionarte desde otro lugar: no comparándose con otros artistas, sino pensando en cómo mejorar tú como persona”, expresó a Vea.
Karen Lizarazo reconoció también que esta nominación la impulsó a pensar en nuevas fusiones, colaboraciones y rutas sonoras, siempre desde el respeto a la esencia vallenata que define su identidad musical. Fue, según dijo, un punto de quiebre: un recordatorio de que el riesgo también puede ser un camino de crecimiento.
‘Diciembre’: el proyecto que regresó a Karen Lizarazo a su infancia
Para cerrar el año con ‘broche de oro’, Karen Lizarazo estrenó su propia versión de ‘Diciembre’, un tema interpretado originalmente por el fallecido cantautor Junior Jein.
Karen Lizarazo y su mamá escucharon esta canción en un viaje familiar a Cali cuando la cantante era niña. Aquella melodía se quedó en su memoria, y la insistencia de su madre porque la reinterpretara la llevó, finalmente, a presentar en días recientes una nueva versión en modo vallenato, mezclando cumbia, porro, fandango e instrumentos como clarinetes, trombones y caja.
“Mi mamá me venía diciendo desde hace cuatro o cinco años: ‘Karen, haz una canción decembrina para tu comunidad… para que cada vez que llegue diciembre tengan una canción que se vuelva la banda sonora de ese mes’”, recordó.
La respuesta del público ha superado sus expectativas: “Se está convirtiendo en la banda sonora de muchas familias… lleva como nueve días afuera y ya está súper viral en TikTok”.
La niña del pesebre y la artista que viaja en diciembre
Hablar de su nuevo lanzamiento lleva inevitablemente a la Navidad, un tema que mueve fibras profundas en la vida de la artista nacida en Aguachica (Cesar). Creció en un ambiente lleno de reuniones con sus vecinos y pesebres que recorrían las casas del barrio. Su abuela organizaba un nacimiento ambulante en el que Karen Lizarazo interpretó todos los roles posibles: desde niño Dios hasta rey mago.
Su carrera, sin embargo, transformó esa tradición. Hoy, diciembre es temporada de viajes, tarimas y compromisos. “Una carrera musical… te convierte en el regalo de Navidad que el alcalde le da al pueblo”, comentó entre risas. También dijo que ya no puede vivir las novenas como antes, ni celebrar la Navidad en la calma de su hogar. Eso sí, todavía se reserva el Año Nuevo para compartirlo en familia.
Pese a ese cambio drástico, Karen Lizarazo siente que la esencia permanece: “Dejé de ser integrante del pesebre para convertirme en un instrumento para llevar alegría a las personas”. Si bien no vive la Navidad como aquella niña, siente que la alegría que lleva a cada presentación mantiene viva su energía decembrina.
Su deseo más sencillo
Al preguntarle a Karen Lizarazo cuál sería su Navidad ideal, no duda ni un segundo: “Volver al pueblo con mi familia y celebrarla como antes”.
Es una respuesta simple, pero dice mucho del punto emocional en el que se encuentra. Entre duelos, aprendizajes, nominaciones y recuerdos que vuelven, la cantante vallenata cierra 2025 con la mirada más clara y con un equilibrio que, según ella misma admite, solo se logra cuando lo vivido —lo bueno y lo difícil— encuentra su lugar.

