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Limp Bizkit tocó en Bogotá, homenajeó a Sam Rivers y festejó “como si fuera 1999”

La mítica banda de nu metal liderada por Fred Durst se presentó en Bogotá la noche de este viernes 5 de diciembre de 2025, en el marco del festival LOSERVILLE. Así se vivió el concierto en el Coliseo MedPlus.

Por Santiago Bohórquez Garrott
06 de diciembre de 2025
Limp Bizkit convirtió el Coliseo MedPlus en una convención de gorras rojas y pogos: la mítica banda de nu metal liderada por el estadounidense Fred Durst se presentó en Bogotá la noche de este viernes 5 de diciembre de 2025, en el marco del festival LOSERVILLE.
Fotografía por: Terumoto Fukuda

El viernes 5 de diciembre, el Coliseo MedPlus de Bogotá se convirtió en una convención de gorras rojas y pogos. La ocasión era LOSERVILLE, una serie de conciertos protagonizada por Limp Bizkit. En el lugar se dieron cita otras bandas, como Bullet For My Valentine y 311, que dejaron una noche para el recuerdo del público hardcore de la capital. Se trató de un encuentro que honró a toda una generación y que permitió a sus entusiastas festejar, en palabras del vocalista de Limp Bizkit, “como si fuera 1999”.

Limp Bizkit convirtió el Coliseo MedPlus en una convención de gorras rojas y pogos: la mítica banda de nu metal liderada por el estadounidense Fred Durst se presentó en Bogotá la noche de este viernes 5 de diciembre de 2025, en el marco del festival LOSERVILLE.

Limp Bizkit convirtió el Coliseo MedPlus en una convención de gorras rojas y pogos: la mítica banda de nu metal liderada por el estadounidense Fred Durst se presentó en Bogotá la noche de este viernes 5 de diciembre de 2025, en el marco del festival LOSERVILLE.

Fotografía por: Terumoto Fukuda

La congregación de las gorras rojas

Desde las 2:00 p.m., cuando abrieron las puertas del coliseo, cientos -quizás miles- de gorras rojas empezaron a adornar la gradería y la platea del recinto. Evidentemente, no se trata de una mera casualidad: Fred Durst, líder y vocalista de Limp Bizkit, convirtió la gorra roja de los Yankees de Nueva York —inexistente hasta 1996, cuando fue propuesta por Spike Lee— en parte de su identidad cuando la banda alcanzaba su cima de popularidad, a finales del siglo pasado.

En ese entonces, se podía ver al artista oriundo de Florida, usando esa misma gorra en videos musicales, conciertos y eventos. Aunque está tratando de dejar atrás ese estilo, en la memoria colectiva quedó grabado como un símbolo de la banda. Esto explica que seguidores e incluso vendedores informales la exhibieran con orgullo.

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Bullet For My Valentine: un año de celebración

Las presentaciones de Slay Squad, Riff Raff, Ecca Vandal y 311 fueron la antesala para el primer plato fuerte de la jornada: Bullet For My Valentine, quienes aterrizaron en tarima a las 8:15 p.m. Su concierto duraría una hora, y sería un repaso de los 20 años transcurridos desde el lanzamiento de The Poison, su álbum debut. En palabras de Matthew Tuck, su líder y vocalista, todo 2025 “ha sido un año de celebración. Vamos a tocarlo —el álbum— de arriba a abajo”.

Tras expresar su emoción por estar de vuelta en el país —luego de 10 años desde su última visita—, repasaron varios de los temas que componen ese primer trabajo de estudio. Comenzaron con “4 Words (To Choke Upon)”, seguida de su canción más conocida, “Tears Don’t Fall”. Continuaron con Suffocating Under Words of Sorrow y “Hit The Floor”, también contenidas en su álbum homenajeado.

Ya para las 8:40 p.m., los cerca de 15.000 asistentes coreaban “Bullet, Bullet”. En ese momento, el vocalista los invitó a invertir los roles, y que fueran ellos quienes cantaran para la banda All These Things I Hate, con un comienzo acústico para pasar a su habitual sonido metalcore.

15 minutos después, el vocalista tomó la palabra para expresar su gratitud por estar allí, siendo que fueron convocados en reemplazo del cantante británico Yungblud, quien canceló sus fechas en América Latina por temas médicos: “Nosotros no debíamos estar aquí”.

Luego, tras narrar brevemente el momento en que recibieron la llamada de su convocatoria, hubo un momento para la nostalgia: “El primer concierto en mi vida fue hace unos 28 años. El cartel estaba encabezado por una banda llamada Korn, y otra llamada Limp Bizkit. Por ellos es que hacemos música, así que gracias”, confesó, seguido del aplauso del público.

Hubo tiempo para otras canciones del álbum debut como su tema homónimo “The Poison”, seguida de “Room 409”, “10 Years Today” y “The End”. A las 9:20 se despidieron, no sin antes regalar púas y baquetas al público que se fundía en aplausos tras su explosiva presentación.

Limp Bizkit, un homenaje y una fiesta “como si fuera 1999”

Si bien hubo algunos pogos en las anteriores presentaciones del festival, aún hacía falta la cabeza del cartel, el motivo del homogéneo color rojo en el público. La platea estaba aún a la espera de los choques indiscriminados al ritmo de la música. Entre tanto, se iba armando un escenario pintado de rosa y con diseños propios del estilo synth-wave relacionado con la Florida, cuna de Limp Bizkit. En la mitad del escenario, un letrero: “LOSERVILLE”.

A las 9:50 p.m., media hora después de la salida de Bullet de la tarima, se apagaron las luces: lo que todos estaban esperando. Sin mayor interacción, se sentaron de espaldas al público y de frente a la pantalla gigante que iba a proyectar un motivo mayor: honrar la memoria de Sam Rivers, su bajista, quien falleció el pasado 18 de octubre por complicaciones de salud.

Rivers fue, junto con el vocalista Fred Durst, uno de los fundadores y pilares de la banda. Se le dedicó un video de cuatro minutos recopilando varios momentos de su vida musical y personal. Al final, emotivos mensajes: “Sam Rivers, leyenda”, “Sam Rivers, nuestro hermano para siempre” y “Sam Rivers, te amamos para siempre”. Acto seguido, Durst presentó al público colombiano a Richie Kid Not Buxton, su nuevo bajista. Antes de comenzar, dedicó el toque a su difunto amigo.

El comienzo no pudo ser más letal: Break Stuff, su tema más conocido, fue también el escogido para abrir la siguiente hora y media de música. Los primeros rasgueos causaron la euforia de los asistentes, emocionados de vivir en vivo y en directo un porcentaje de lo que fue la mítica y turbulenta presentación de Limp Bizkit en el festival Woodstock 99.

A las 10:00 p.m. llegó el turno de Hot Dog, canción contenida en Chocolate Starfish and the Hotdog Flavored Water , su álbum del 2000. Al final, Durst se puso una manopla de cocina y se justificó: “Esto podría estar poniéndose demasiado caliente”. En el público ya había varios pogos focalizados.

Concluida la canción, y en reiteradas ocasiones, hubo mezclas de hiphop por parte de DJ Lethal, presente en tarima.

A las 10:06 p.m. siguieron con My Generationy “Livin’ It Up”, también de su trabajo de larga duración que cumple 25 años. Enseguida invitó al escenario a un miembro de la banda de “ghetto-metal”, Slay Squad —quienes abrieron el festival—, para interpretar la parte más icónica del tema “Hip Hop Hooray”, un clásico del hiphop de la banda Naughty by Nature.

Ecca Vandal compartió escenario con Limp Bizkit

Cuando Limp Bizkit cumplía media hora en tarima invitó al escenario a Ecca Vandal, tercer acto de la jornada, a quien Durst le expresó su respeto y amor por su música. Con la artista sudafricana fuera de la tarima, el vocalista reflexionó: “Cuando vienes a Bogotá, sólo puedes hacer cierto número de cosas como probar comida increíble, bailar un poco o, en mi caso, seguir rodando (‘keep on rolling’)”. El público no ocultó su emoción tras esta manera poco convencional de presentar una de sus canciones más reconocidas: “Rollin’ (Air Raid Vehicle)”, también del 2000.

Tras pedir una bulla para la banda 311, Durst confesó tener hambre, como forma irónica para seguir con la canción Eat You Alive, de su álbum Results May Vary de 2003. A las 10:36 p.m., un arpegio con eco y reverberación proveniente de la guitarra de Wes Borland servía de antesala para “My Way”, seguida de una nueva mezcla de DJ Lethal.

Cerca de completar la hora en tarima, el vocalista anunciaba la siguiente canción como “una de mis líneas de bajo favoritas de Sam Rivers”. Se trataba deRe-Arranged”, de su álbum Significant Other de 1999. A esta le siguió “Behind Blue Eyes”, con una bulla tras el comienzo de su arpegio introductorio. Luego, tras pedir una bulla también para Bullet For My Valentine, interpretaron “Nookie”.

Uno de los puntos más llamativos de la noche ocurrió a las 10:55 p.m., cuando invitaron a una fanática a cantar con ellos “Full Nelson. El público agradeció este gesto con aplausos.

La última media hora del concierto estuvo compuesta por Forever, Faith (cover que hicieron de George Michael en 1997), Take A Look Around(cuyo sonido base es la reconocida banda sonora de las películas de Misión Imposible) y para cerrar nuevamente “Break Stuff”, su himno indiscutible, esta vez con todo el compromiso de un público ambientado por más de hora y media.

A las 11:28 p.m. comenzó a sonar “Don’t Stop Believin’”, tema que Journey lanzó en 1981. De esta manera se marcaba el final del concierto y ambientaba la organizada salida del público. El murmullo dentro del tumulto era solo uno: qué gran concierto. Al igual que en el Festival Estéreo Picnic de 2024, Limp Bizkit supo cautivar, una vez más, a una generación congregada en la capital de nuestro país.

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