El artista antioqueño Juan David Castaño, conocido artísticamente como Llane y recordado por haber sido integrante de Piso 21, atraviesa un momento de transformación artística y personal. El músico habló con Vea sobre el proceso de reencontrarse con su esencia luego de reconocer que había perdido el entusiasmo por su carrera.
“Ya le estaba perdiendo mucha motivación a mi carrera (…) muchas veces en el proceso creativo, cuando hay tantas opiniones o tanta gente metida y no te dejan ser, se pierde la magia”, admitió el artista, quien hace más de un año decidió cerrar su etapa con Warner Music y también desvincularse de su equipo de management.
Ese quiebre lo llevó a replantear su camino y a trabajar durante dos años en una nueva propuesta musical. “Lo que hice fue salir de lugares donde no me sentía cómodo y volver a empezar. Hoy en día ya tengo un nuevo equipo, y dentro de poco daré una noticia muy grande que me va a ayudar mucho a poder llevar esto a donde queremos”, explicó Llane.
La reconexión de Llane con sus raíces
En este periodo de búsqueda, el cantante paisa decidió rendir homenaje a los recuerdos que marcaron su infancia. Creció en un ambiente familiar donde la música llanera era protagonista, gracias a la pasión de su padre y a las experiencias en el restaurante de su familia en Medellín, donde comenzó a cantar de niño. Ese vínculo lo llevó a grabar Cómo no voy a decirlo, un tema del maestro venezolano Luis Silva al que imprimió su propio estilo, entre el bolero y la raíz cultural que lo inspira.
Según explicó Llane a Vea, la idea de versionar este clásico nació de un sueño: “Me levanté con la imagen de estar cantando esa canción de cierta manera, y así fue como terminó el video. Quería darle también ese toque antioqueño, como esos restaurantes donde uno comía pan de chócolo y había guitarristas amenizando”.
Para Llane, este proyecto simboliza una reconexión con el niño que comenzó a cantar para ganarse 80 mil pesos en un día y que descubrió allí el poder de la música como forma de encuentro y celebración.
“Es un aguacero, porque es como cuando uno tiene todo contenido y después lo saca, pero desde la parte bonita de expresar todos los sentimientos por medio del arte y la reconexión creativa”, describió sobre esta nueva etapa.
Sin prisa y con paciencia, Llane prefiere consolidar una propuesta auténtica, antes que dejarse llevar por la inmediatez de la industria. Su apuesta es clara: reconectar con su esencia para volver a conquistar a sus seguidores, ahora desde un lugar mucho más íntimo y honesto.
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