Publicidad

Manuel Prieto: “Dedicarse a la actuación es un acto de fe”

El actor que interpretó a Benji en la segunda temporada de “La venganza de Analía”, habló con Vea sobre la pasión por su oficio, la salud mentar en la era digital y los proyectos en los que está trabajando.

Por Daniela Suárez Zuluaga
14 de julio de 2025
Manuel Prieto.
Fotografía por: Cortesía

A los 17 años, Manuel Prieto tuvo una revelación. No fue en un teatro, ni en un aula de actuación, sino en el lugar más cotidiano que uno pueda imaginar: su colegio. Aquel día, los pasillos del centro educativo donde estudiaba se convirtieron en el set de “Francisco el matemático”, y el joven que ayudaba como extra sintió, por primera vez, que actuar era algo más que un sueño. “Fue como entrar a Disneylandia”, recuerda. Esa sensación casi infantil de asombro lo acompañaría desde entonces en cada proyecto, en cada personaje, en cada sí… y en cada no.

Había estudiado arte desde pequeño, y cuando le ofrecieron la opción de graduarse con una modalidad especial, eligió, sin dudarlo, la rama artística. Pero no fue una decisión planeada con frialdad. Más bien fue como una intuición. Después de aquel primer contacto con la televisión, buscó academias de actuación y se dejó llevar por lo que describe como “la vida misma”. Así llegó su primer personaje en “Padres e hijos”, una experiencia fundacional y, al mismo tiempo, desconcertante.

“Yo veía a los actores como superhéroes”, dice entre risas. “Tenían poderes sobrenaturales para abordar los personajes”. Cuando se vio años después, gracias a la plataforma ditu, en uno de sus primeros episodios de “Tu voz estéreo”, no pudo evitar reírse de sí mismo. “Actuaba muy mal”, admite con una mezcla de vergüenza y ternura. Pero también reconoce algo más importante: las ganas. “Lo que me sostuvo fue la terquedad y la constancia. Si no hubiera tenido la información correcta, me habría rendido ante el primer fracaso”.

Sigue a la Revista Vea en WhatsApp

Porque si algo ha aprendido Manuel Prieto en su recorrido por la televisión colombiana, es que esta carrera no se vive desde la estabilidad. Lo define como “un acto de fe constante”. Está grabando durante meses, viviendo la intensidad de una producción como si fuera un motor de Fórmula 1… y de un momento a otro, todo frena en seco. El silencio. La espera. La incertidumbre. Por eso, más allá del talento, ha cultivado herramientas internas: estudiar constantemente, saber quién es, y mantener los pies en la tierra para no dejarse obnubilar por la atención o el éxito efímero.

Esa claridad fue esencial cuando le ofrecieron uno de los personajes que más lo ha marcado: Benji en la segunda temporada de “La venganza de Analía”. En la primera temporada, el rol fue interpretado por Santana Rosa, y Manuel conocía bien el personaje: le había ayudado a varios amigos a preparar audiciones para ese mismo papel, cuando ni siquiera pensaba que podría terminar interpretándolo. Cuando le confirmaron que sería su responsabilidad darle continuidad, lo primero que hizo fue ver la producción completa. “Me pegué. Me pareció muy buena”, dice.

´Benji’, un regreso a lo esencial

Para construir a Benji miró cerca: en su familia. Su sobrino, un niño ‘geek’ pegado al computador, fue la fuente principal de inspiración. “Son iguales, su arma más grande es la inteligencia”, cuenta. Pero el verdadero impacto del personaje fue más íntimo. “Cuando supe que me había quedado con el papel, escribí: ‘no sabía que te necesitaba tanto’. No solo por el trabajo, sino porque Benji me llevó a lo esencial. Me recordó valores que necesitaba reiterar: la lealtad, el sentido de justicia, lo real”. Venía de interpretar personajes llenos de pretensión, con una necesidad de sobresalir. Benji, en cambio, lo aterrizó.

Asumir un rol que ya tenía un precedente, y que además era querido por el público, no fue tarea fácil. “Fue un reto”, reconoce, pero también una oportunidad para agradecer. Porque más allá de la pantalla, cada papel que ha interpretado lo ha transformado. También lo han hecho los rechazos. “Te vas a enamorar de personajes que no vas a poder hacer. No son para ti. Y hay que estar emocionalmente preparado para eso”. Por eso cree que los personajes eligen al actor, y no al revés.

El manizalita aprendió a blindarse de comentarios tóxicos y malas energías. Su escudo emocional lo componen amigos verdaderos y una red de apoyo que le ha enseñado a escuchar y dejarse guiar. En un medio tan volátil como la actuación, tener a alguien que te recuerde quién eres, o que simplemente te haga reír en un día difícil, puede hacer toda la diferencia.

En medio de ese equilibrio frágil entre la exposición y el anonimato, también ha tenido que aprender a relacionarse con las redes sociales. Al principio se resistía. “No quería caer en eso”, confiesa. Pero entendió que era una herramienta para construir su propio público. Eso sí, con autenticidad. “Te puede funcionar un video bailando y mostrando todo, pero ¿qué tanto eso está conectado con tu esencia?”, se pregunta. Hoy, sus seguidores lo encuentran desde su amor por el deporte o su forma honesta de comunicarse. “Es un proceso de autodescubrimiento”.

Esa búsqueda de sí mismo, que empezó en un set de grabación en el colegio, sigue siendo su norte. Manuel Prieto no ha dejado de ser ese joven que se asombró con la magia de la ficción, pero ahora lo acompaña la certeza de que la actuación es mucho más que un papel: es una forma de resistir, de entender la vida y de transformarla, una escena a la vez.

Sigue a la Revista Vea en WhatsApp
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.