Robert Redford falleció este martes 16 de septiembre de 2025 a los 89 años en su casa de Utah, mientras dormía, informó su representante. Con su partida, enciende una reflexión no solo sobre su legado artístico, sino también sobre los episodios más privados de su vida: sus relaciones sentimentales, tan discretas como significativas.
Lola Van Wagenen
Redford había estado casado en dos ocasiones. Su primer matrimonio ocurrió en 1958 con Lola Van Wagenen, historiadora y activista ambiental. Se conocieron cuando él comenzaba a destacar en el cine, formaron una familia numerosa y, juntos, tuvieron cuatro hijos: Scott, quien murió poco después de nacer; Shauna; David James (“Jamie”); y Amy. El matrimonio se prolongó por casi tres décadas, hasta que se divorciaron en 1985.
Kathy O’Rear
Tras su divorcio, Redford vivió su intimidad con gran reserva. A finales de los años ochenta, estuvo en pareja con Kathy O’Rear, productora de cine y televisión. Aunque ambos evitaron la atención pública, fueron fotografiados juntos en varios eventos y sus amigos cercanos confirmaron que compartieron algunos años de relación. En esos mismos años circularon rumores de un breve romance con la actriz brasileña Sonia Braga, pero ninguno de los dos lo confirmó.
Sibylle Szaggars
La pareja con la que dio un paso definitivo hacia una nueva estabilidad fue su relación con Sibylle Szaggars, pintora y artista visual alemana. Con Szaggars convivió durante varios años antes de que, en julio de 2009, formalizaran su unión mediante matrimonio en Hamburgo, Alemania.
Aunque siempre mantuvo esas relaciones relativamente alejadas del sensacionalismo, dejaron huella en su vida personal y formaron parte de la historia íntima del actor. Su matrimonio con Van Wagenen fue una de las relaciones más duraderas, marcada también por tragedias familiares —como la muerte de su hijo Scott y más tarde del hijo James en 2020— así como por el crecimiento artístico y humano de quienes compartieron su vida.
Con su muerte, Redford cierra un capítulo enorme del cine mundial. Pero esas historias de amor –el matrimonio joven, el dolor, la reconducción, la pareja adulta– se mantienen como parte esencial de su biografía. Porque más allá de los premios, las películas o el activismo, fue alguien que vivió, amó y sufrió, de modo discreto pero auténtico.

