El fallecimiento de la actriz colombiana Alejandra Villafañe, ocurrido el 21 de octubre de este año, llenó de tristeza a la industria del espectáculo nacional. La vallecaucana batalló contra un agresivo cáncer. Tras el deceso de la también exreina de belleza, se hicieron públicos varios detalles relacionados con su padecimiento, sin embargo, uno de sus familiares salió a explicar lo que realmente sucedió.
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El médico David Villafañe, primo de Alejandra, le comentó a Semana que su relación con la actriz era muy cercana, no solo por ser familia, sino también porque compartían el mismo círculo de amigos. Referenció que leyó muchas notas de medios de comunicación con información inexacta acerca de la enfermedad de su familiar, por lo que decidió aclarar todo.
Alejandra Villafañe
¿Qué le pasó a Alejandra Villafañe?
“Todo comenzó como un tumor benigno de ovario, un tumor que se llama teratoma, ella tenía uno que su tamaño inicial era muy pequeño y fue encontrado mediante ecografías que le realizaron de control, debido a un quiste en un ovario”, inició diciendo David.
Relató que cuando los médico descubrieron el tumor, no hubo necesidad de cirugía, pues, en un principio, no parecía ser peligroso. La situación se empezó a tornar extraña cuando Alejandra comenzó a tener dolores en la zona de su pelvis, particularmente, hacia el lado derecho. Su ciclo menstrual se alteró y el malestar siguió, situación que le hizo solicitar una nueva revisión médica. Los profesionales de la salud le ordenaron hacerse exámenes más detallados.
El tumor, de acuerdo con los nuevos resultados, había crecido y fue sometida a una cirugía llamada laparoscopia. “Identificaron el tumor, hicieron resección tumoral y no hubo necesidad de resecar órganos”, explicó David sobre la salud de su prima.
Alejandra Villafañe entró en metástasis
A pesar de que esa cirugía sería la solución del mal, los síntomas molestos siguieron aquejando a Alejandra, quien fue sometida nuevamente a exámenes. Los médicos descubrieron que un nuevo tumor estaba creciendo, por eso fue sometida a otro procedimiento quirúrgico, donde los especialistas se dieron cuenta que su ovario izquierdo estaba comprometido con un tumor maligno. Los exámenes y análisis arrojaron un resultado nefasto: los tumores habían hecho metástasis en su zona pélvica.
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“Una masa que estaba localizada por detrás de la vejiga, entre el útero y la vejiga, otra masa que estaba ubicada en el lado derecho del útero y en ese caso cambió el panorama. Las características no eran benignas y tenía signos malignos. Se hizo una transformación hacia un tumor maligno (...) La patología ahí arrojó el diagnóstico maligno que era un carcinoma escamocelular metastásico, porque ya estaba con metástasis regional dentro de la misma cavidad pélvica (...) metástasis también en la cavidad peritoneal”, especificó.
La enfermedad avanzó rápidamente, le contó al medio, y comprometió otras zonas de su abdomen. Aunque no afectó otros órganos, sí hizo presión en esa área, complicando su funcionamiento. Alejandra perdió las ganas de comer y tenía dificultades para realizar sus necesidades fisiológicas, se alteraron sus niveles de hemoglobina, sus reservas calóricas y proteicas y sus cantidades de calcio y potasio.
