La residencia artística es un gran reto para cualquier artista y marca un punto alto en su carrera musical, pues significa que su público está tan cautivo que cada noche, durante un tiempo prolongado, acudirá a cada uno de sus shows. Hacerlo en la propia tierra es un logro aún mayor y establecer un récord de localidades agotadas habla por sí solo. ‘El Seco’ regresó a sus raíces y no solo artísticamente hablando. Escogió la Gran Sala Efraín Recinos del centro cultural Miguel Ángel Asturias, en su Guatemala del alma, para tener este acercamiento de corazón a corazón. No cantaba en este recinto desde hace 20 años, y aquí sembró la semilla que germinó en grandes escenarios del mundo. Las primeras 15 fechas de su residencia se vendieron en tiempo récord. Tuvieron que abrirse otras tantas, hasta sumar 23.

La primera noche interpretó “Fuiste tú” con la española Virginia García y la colombiana Karen Castiblanco, quienes hacen parte de su banda. Noches después salió al escenario con Gaby Moreno, para interpretar este tema y “Mi país”.
Cada noche, desde la primera, sus seguidores se preparan para una fiesta. Llegan desde todos los puntos del país, vestidos de blanco y azul, los colores de la bandera de Guatemala, con tatuajes donde se lee “Seco” o aparece el rostro del cantautor. A ellos se suman fanáticos de Chile, Argentina, México y Colombia. Todos están nerviosos y felices. Arjona, que siempre se ha caracterizado por impecables puestas en escena, los espera en un cabaret, pero antes de llegar a su encuentro les brinda un momento del alma, una probada intensa del significado de Guatemala para él y lo que el músico representa para quienes nacieron en esta tierra de los mayas, de Antigua Guatemala -ciudad declarada como Patrimonio Histórico de la Humanidad en 1979-, del Volcán de Agua, del Cerro de la cruz, de las iglesias y conventos coloniales y de las Quitapenas, esas pequeñas muñecas que se llevan los dolores de quienes duermen.
En Residencia Guatemala confluyen los recuerdos de Arjona con el amor a sus raíces: está el Wolkswagen que evoca “Historia de taxi”, un vehículo con letreros alusivos a sus canciones: “¿Cuándo fue la última vez que te quisieron tanto?’, y dibujos de las pirámides. Allí está también Vitto Murga, la diseñadora que ha creado varias piezas para el artista y que se hace presente con veintiuna de ellas, autorizadas por el artista y que son fiel reflejo de la cultura chapina. “Ricardo Arjona representa lo de lo mejor que tenemos en Guatemala: representa el éxito, representa el sueño de cualquier chiquito; es perseverancia. Salir cada día a ser mejor y poder alcanzar el éxito”. En esta experiencia no podía faltar el telar donde en esta ocasión se tejieron muchas pulseras con la palabra ´Seco’, y la presencia de la fundación Adentro, creada por el músico, que busca, por medio de la educación, resaltar la cultura y los valores del país. “Pensó en su pueblo, porque la educación es lo único que nos da futuro para todos. Ricardo hizo este proyecto para que sea un modelo activo donde el arte florezca”, dice Adela Fernández, presidenta de Adentro. “La fundación nació hace 12 años y hoy estamos viendo los frutos de esa semilla que de verdad ha crecido. Tenemos 220 alumnos y una comunidad de 2000 que impacta con todos los programas que tenemos en Ixcanal, así se llama la aldea en San Agustín Acasaguastlán, donde nació Doña Mimi, la mamá de Ricardo”. La institución tiene varios ejes: deporte, tecnología, música, preprimaria y primaria. El año entrante comenzará con los estudios de secundaria.
Ricardo Arjona, una experiencia en el escenario
Con los primeros acordes de “Iluso”, el público comenzó a enloquecer, para continuar con “Gritas”. El ‘Cabaret Seco´ abrió sus puertas, y durante más dos horas, los 2.048 fanáticos de Ricardo se dedicaron a cantar con él cada uno de los 30 temas del repertorio, entre ellos, “El problema” y “Ella”. Arjona habló de los besos, de su historia, la de un joven que vivía en el sector 18 de Ciudad de Guatemala. “Debo de anticiparles, de alguna manera, de que el Seco dejó de decir un montón de cosas, algunas de las cosas que se va a atrever a decir esta noche pueden no ser de su agrado, pero no se las tomen muy a pecho. Este muchacho, me refiero al seco, yo, es un tipo que está viviendo en una etapa felizmente equivocada. Ahí está”, dijo entre los gritos de los fanáticos. En medio de un escenario que cambió de cabaret a un panorama donde aparecía en primer plano la estatua de la libertad, otro con imágenes de su ciudad, monumentos, una descomunal biblioteca o una maravillosa noche estrellada, interpretó “El que olvida”, “Acompáñame a estar solo”, “Dime que no”, “Cómo duele” y “Te conozco”. Llegó el momento de “Historia de taxi”, enmarcado en el baile de la cubana Midalys Perdigón y una escenografía que semejaba una ciudad en movimiento. Aunque antes había lanzado una advertencia: “Tenemos absolutamente claro que quedar bien con todos no vamos a poder. Siempre salen caminando por ese pasillo allá afuera diciendo, ‘no cantó las viejitas hoy, cantó puras nuevas’. Y si uno cantó todas las viejitas dicen ‘no cantó nada nuevo’, es complicado”, el público reunido en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias disfrutó de sus temas clásicos y de las nuevas canciones: “Te enamoraste de ti”, “Tarde”, “Luna”, “Morir por vivir”, “Nirvana”, “Desnuda”, “Señora de las cuatro décadas” y “Minutos” emocionaron al público.
Arjona, que con la bandera de Guatemala en las manos y entonando “Mujeres” termina sus conciertos, dedicó también un momento especial para recordar con “Todo termina” a Ricardo, su padre, mientras parecían imágenes en movimiento que recreaban su evolución.
