Sebastián Martínez y Kathy Sáenz llevan más de 15 años de matrimonio, y conforman una de las parejas más queridas y estables de la farándula colombiana, junto a su hijo Amador. Sin embargo, hay quienes desconocen que el actor paisa es el tercer esposo que ha tenido la bogotana de 52 años.
El primer hombre con quien la actriz llegó al altar fue Víctor Mallarino, en 1994, pero la relación no prosperó y a los seis meses de su boda todo terminó. Tiempo después, la también empresaria y exreina de belleza se dio una nueva oportunidad en el amor con el empresario Sammy Bessudo, padre de sus hijas Shenoa y Alana.
Kathy Sáenz ha reiterado en diversas ocasiones que sus tres hijos son el motor de su vida y que haberse convertido en madre lo considera como uno de los mejores regalos del universo.
¿Cómo es la relación de Sebastián Martínez con Shenoa, hija de Kathy Saénz?
Teniendo en cuenta que el actor antioqueño no suele hablar públicamente sobre las hijas de su esposa, sorprendidos quedaron quienes lo siguen en Instagram con el comentario que dejó en una publicación de Shenoa y que dejó al descubierto cómo se la llevan ambos.
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“Mi reno René”, escribió Sebastián Martínez a la hija de Kathy Sáenz, dando a entender que así es como la llama de cariño. De igual manera, a sus palabras agregó un emoji de corazón con el cual dejó en evidencia que ambos tienen una excelente relación.
“Esta familia no para de sorprenderme y siempre lo hacen gratamente”, “me encanta la madurez de todos”, “Sebastián debe apreciarla mucho porque, además, es la hermana de su único hijo” y “otra razón para admirar a esta hermosa pareja”, fueron algunas de las reacciones que se despertaron en redes sociales.
La historia de amor entre Kathy Sáenz y Sebastián Martínez
Hace 19 años, ambos estelarizaban la novela Juegos prohibidos e interpretaban personajes que vivían un amor clandestino. En la realidad, los actores sostenían relaciones con otras personas, ella estaba casada con Sammy Bessudo, con quien tenía una hija de un año y esperaba otra, y él era novio de Johana Bahamón. Sin proponérselo, comenzaron a enamorarse, aunque también hay que decir que no hubo nada entre ellos mientras rodaron la novela y solo se dieron una oportunidad al culminar la misma.
Fue entonces cuando decidieron que no podían ser ciegos ni sordos a sus sentimientos y era justo terminar con sus respectivas parejas para comenzar una relación. Sin embargo, este no fue el comienzo de la felicidad sino el inicio de un tiempo difícil e incluso cruel, pues debieron sortear las críticas y los comentarios desafortunados de propios y extraños por su diferencia de edad.
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En la actualidad, curiosamente, las mujeres celebran y hablan abiertamente cuando eso ocurre. Podría decirse que la historia de amor entre Kathy, quien hoy tiene 52 años, y Sebastián, de 41, fue probada en el principio, tanto que se convirtió en una fortaleza inquebrantable que les permite asegurar que tienen una roca fuerte e indestructible.
