Antes de convertirse en la actriz latina mejor pagada de la televisión estadounidense y en un rostro habitual de las alfombras rojas, Sofía Vergara ya sabía lo que era romper moldes. Barranquillera de nacimiento, dejó atrás su carrera de odontología y se subió a un avión para ser presentadora de Fuera de serie, un programa internacional que marcaría el inicio de su ascenso: un recorrido que, tres décadas después, suma series de éxito, proyectos de cine y negocios que llevan su sello.
“Yo llevo ya 30 años viviendo fuera de Colombia y no hay una sola persona que cuando me conozca, no diga la palabra ‘café’ en algún momento”, dijo en entrevista con Vea, recordando cómo la identidad colombiana ha marcado cada paso de su trayectoria.
De Barranquilla a Hollywood: la comedia que consagró a Sofía Vergara
Llegar a Estados Unidos no fue sencillo. Entre castings, acentos y papeles secundarios en cine y televisión, Sofía Vergara, que actuó en filmes como Chasing Papi y Four Brothers, fue construyendo un camino que encontró su gran punto de quiebre en 2009. Ese año debutó como Gloria Delgado-Pritchett en Modern Family, la serie que la catapultó a la fama mundial y la convirtió durante varios años en la actriz mejor pagada de la televisión estadounidense.
Durante once temporadas, Gloria no solo conquistó al público con su humor y desparpajo, sino que también permitió a Vergara salirle al paso, con humor, a los estereotipos de los actores latinos en Estados Unidos. Su actuación le valió cuatro nominaciones consecutivas al Emmy como ‘Mejor Actriz de Reparto en Comedia’ y la consolidó como una figura clave en la representación latina en la pantalla.
Paralelamente, su carrera cinematográfica sumó títulos como Chef, Hot Pursuit, New Year’s Eve, The Smurfs y Machete Kills. Aunque reconoce que le gustaría retomar proyectos de cine, admite que últimamente ha estado más dedicada a su faceta empresarial.
“He estado sacando adelante todos estos proyectos. Tengo una línea de comidas congeladas latinas con Manolo —mi hijo— que se llama Toma… También tengo una línea de cosméticos con bloqueador solar hecha en España. Estoy súper ocupada, no he podido escoger bien lo que voy a hacer en la actuación”, agregó en su charla con Vea.
Sofía Vergara: reconocimientos y huella imborrable
El éxito de la barranquillera no solo se mide en contratos y taquilla, sino también en homenajes que han sellado su nombre en la historia del entretenimiento. En 2015, recibió su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, un reconocimiento que la confirma como una de las actrices latinas más influyentes de las últimas décadas.
En paralelo, publicaciones como Forbes la incluyeron año tras año entre las celebridades mejor pagadas, mientras que los premios SAG, Globo de Oro y Emmy la nominaron en múltiples ocasiones. Su impacto cultural, además, ha trascendido fronteras: donde quiera que vaya, dice, siempre la reciben con preguntas sobre Colombia, su café y, por supuesto, Shakira y los futbolistas de los años 90.
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Pero quizá el homenaje más emotivo llegó recientemente desde su propia tierra natal. En marzo de este año, Barranquilla inauguró una estatua de 7,5 metros que retrata a Sofía Vergara sonriente, con su mano izquierda extendida tocando una estrella, símbolo de su lugar entre las figuras que han alcanzado la fama sin perder su identidad. La obra, ubicada en el Gran Malecón, se ha convertido en un nuevo atractivo turístico y en un recordatorio del orgullo que la ciudad siente por una de sus hijas más célebres.

La obra en homenaje a Sofía Vergara, realizada por Yino Márquez, tiene una altura de 7.5 metros y un peso de 5.5 toneladas.
De actriz a empresaria: el sabor colombiano de Sofía Vergara que conquista el mundo
Tras más de tres décadas frente a las cámaras, Vergara decidió ampliar su legado lejos de los reflectores. Su proyecto más reciente, ¡Dios Mío! Coffee, nació del deseo de llevar el mejor café colombiano a cada taza… y de hacer algo más por las mujeres que lo cultivan.
“Es un proyecto que he venido persiguiendo por muchísimo tiempo porque siento que el café es algo que nos identifica a los colombianos (...) Siempre pensé que era algo muy mío, que era parte de mí, y dije: ¿por qué no hacer una línea de café deliciosa que represente a Colombia?”, aseveró.
El proyecto tiene además un componente social: “Estamos apoyando a las caficultoras colombianas. Más del 30 % de los caficultores en Colombia son mujeres, entonces ellas van a recibir ingresos adicionales, acceso a mercados de alto valor, programas de inteligencia financiera. Las estamos ayudando a que tengan más potencial”.
Para Sofía Vergara, el café va mucho más allá de un producto: es un puente con sus recuerdos y su identidad. “En mi casa, el café lo preparo yo. Antes tenía marido y le preparaba el café. Ya no tengo marido, entonces solo me lo preparo yo. Es lo primero que hago en la mañana… Me lo tomaba antes de hacer nada, pero ahora trato de hacerlo mientras desayuno porque dicen que es mejor con comida”, mencionó entre risas.
Además de ¡Dios Mío! Coffee, ‘La Toti’ ha impulsado una línea de comidas congeladas latinas junto a su hijo Manolo González, llamada Toma. “Ver cómo le ha encantado el proyecto, cómo ha tomado las riendas… A mí no me toca hacer nada sino probar las empanadas (...) Es mi trabajo idea, porque lo único que hago es comérmelas y decir: ‘esta sí, esta no, échale eso, ponle lo otro’. Además, ahora viajamos mucho juntos, y eso es buenísimo para mí”, confesó con humor a Vea.
Su faceta como empresaria incluye también fragancias y cosméticos, todos respaldados por una visión que mezcla pasión y estrategia. Y cuando se le pregunta qué consejo daría a otras mujeres que sueñan con emprender, responde: “A mí nunca me ha dado miedo que me salgan las cosas mal, o que me digan que no… Yo no le tengo miedo a nada, la verdad. ¿Qué puede pasar? Lo peor es que te digan que no. Si de diez cosas que hagas, una te sale bien, eso es normal”.
Un acento que sigue abriendo puertas
A los 53 años, Sofía Vergara no solo sigue siendo un rostro conocido en la televisión y el cine: es también una mujer de negocios que celebra sus raíces con cada proyecto. Entre rodajes, reuniones y nuevas ideas, su risa caribeña sigue siendo la misma que conquistó a los productores hace tres décadas.
Y aunque confiesa que no visita Colombia tanto como quisiera, reconoce que su esencia siempre viaja con ella: en cada taza de café, en cada palabra que pronuncia con ese acento inconfundible que, lejos de ser obstáculo, se convirtió en su mayor fortaleza. “Me lo preparo yo. Yo solita. No necesito a nadie que me prepare el café”, concluyó en su charla con Vea. Quizá esa sea, también, la mejor definición de su carrera: una mujer que, con determinación y sabor colombiano, se ha preparado su propio destino.

