El Festival Cordillera 2025 se llevó a cabo los días 13 y 14 de septiembre en el Parque Metropolitano Simón Bolívar de Bogotá, manteniendo la sede que ha consolidado desde la primera edición. La programación agrupó propuestas de larga trayectoria y nombres emergentes de la música en español y portugués, en lo que la organización definió como una apuesta por la diversidad de escenas latinoamericanas.
El primer día estuvo encabezado por Carlos Vives, Miguel Bosé, Rubén Blades (con Roberto Delgado Big Band) y Paulo Londra. Completaron la programación del sábado agrupaciones como UB40 (con Ali Campbell), Orishas, Gipsy Kings (por André Reyes), Silvana Estrada, Crudo Means Raw, Catupecu Machu y La Mosca, entre más de veinte proyectos que recorrieron sonidos caribeños, rock, pop y fusiones urbanas.
El domingo cerró el Festival Cordillera con una jornada encabezada por Fito Páez, Zoé e Illya Kuryaki & The Valderramas, acompañados de figuras como Los Auténticos Decadentes, Los Caligaris y Panteón Rococó, que aportaron energía con sus fusiones y estilo festivo. También destacaron presentaciones de Belanova, haciendo su esperado regreso, Serú Girán (por Aznar y Lebón), Los Bunkers en formato unplugged, Duncan Dhu, Ximena Sariñana, Gondwana, Frente Cumbiero, además de artistas más emergentes como Skampida, Laura Pérez, Vale, Planes, Ciegossordomudos y Estelares.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppEn términos de asistencia, la organización y autoridades proyectaron cifras cercanas a los 90.000 asistentes para la edición de 2025; los reportes periodísticos publicados tras el cierre registran más de 82.000 personas durante las dos jornadas, con un primer día que alcanzó alrededor de 42.000 asistentes según informaron medios locales. Esa diferencia entre expectativa y reporte final es habitual en eventos de gran aforo y sirve para calibrar futuras proyecciones.
El impacto económico anunciado por las autoridades locales situó la inyección directa al comercio y la cadena de servicios en torno a los $74,6 mil millones COP, con estimaciones sobre el gasto promedio de los asistentes en alimentación, transporte y compras que ayudan a dimensionar la repercusión del festival más allá del entretenimiento.
En logística y operación, la edición 2025 operó con múltiples escenarios (cinco tarimas según la programación) y mantuvo espacios destinados a servicios, zonas de descanso y puntos de comida; la organización también destacó medidas vinculadas con sostenibilidad, un énfasis que diversos reportes locales calificaron como una de las novedades de esta versión.
