Las jefas del Despecho: la música las salvó y hoy son ejemplo de lucha

Las jefas del Despecho, Leidy Johanna Meneses y Mayerly Cardona, sobrevivieron a la violencia el abuso, hoy soy abanderadas del empoderamiento femenino.

Por Redacción Vea

01 de abril de 2023

La vida de las integrantes de Las jefas del despecho ha estado llena de momentos difíciles, pero la música las unió, las convirtió en amigas y ahora buscan empoderar a las mujeres con sus canciones.

Leidy Johanna Meneses, una de las 'Jefas', fue víctima de abuso sexual y físico, pero la música, sus hijos y su compañera de grupo la hicieron fuerte. "Aprendí a darle valor a mi vida".

Leidy Johanna Meneses, una de las 'Jefas', fue víctima de abuso sexual y físico, pero la música, sus hijos y su compañera de grupo la hicieron fuerte. "Aprendí a darle valor a mi vida".

Fotografía por: Arturo Rodriguez. Locación: @brumaytaza- GMT Agencia @gmtagencia

Leidy Johanna Meneses: fue víctima de abuso sexual y violencia física

Leidy Johana Meneses, una de las integrantes de Las Jefas del Despecho, tiene 34 años y vivió momentos muy difíciles. Víctima no solo de abuso sexual, sino de violencia física, convirtió la adversidad en su manera de empoderar a las mujeres por medio de la música.

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Nació en Medellín, pero debido al gran amor que sentía por su abuela, Teresa Flores de Vélez, se fue a vivir a Venecia, un pueblo en el suroeste de Antioquia. “Yo era la niña de mi abuelita. A mí me enseñaron a ser muy guerrerita desde pequeñita. Era muy alegre y feliz. Me alcahueteaban todo”.

Cuando tenía 6 años regresaron a Medellín. “Mi abuelita tenía varios restaurantes, y un día cualquiera, no recuerdo bien si ese señor era amigo de la familia o qué era, pero yo me iba a lavar las manos, y ese señor llegó por detrás de mí y era a levantarme para que yo me mirara en el espejo, pero él me estaba tocando”. Inmediatamente, Leidy dejó de ser la niña alegre y extrovertida para convertirse en una pequeña silenciosa y hasta de mal comportamiento.

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Cuando tenía 9 años, vivían en una casa tan pequeña que debían compartir habitación con quien era la pareja de su abuela, y también comenzó a ser víctima de abuso por parte de él. “Era muy extraño que una niña como yo tuviera infecciones así, pasó el tiempo y cuando yo tenía 12 años, un día estaba sola en mi casa, me metí a bañar y sentí que abrieron la puerta, entonces ese señor abusó de mí”. Esto se repitió en diferentes ocasiones, pero el miedo y las amenazas la obligaron a callar. “Cuando nos sentábamos a comer, él ponía un frasco con un polvo blanco y me decía que si yo decía algo, él le iba a hacer daño a toda la familia. Me hacía creer que eso era veneno”.

A los 16 años quedó embarazada de su primer hijo, Stiven, viendo así la posibilidad de escapar de su realidad. Durante años vivió con el padre de su hijo, y 4 años después, llegó Justin, el segundo. Luego de separarse de su pareja, comenzó a trabajar. La actividad la empoderó y le permitió salir adelante como mujer y como mamá, hasta que llegó a su vida quien sería su nuevo abusador, pero esta vez haciendo uso de la violencia física, que ella soportó durante un año. La suma de sus inconvenientes y la muerte de su abuelita la sumieron en problemas de salud mental y física, pero la música, sus hijos y la amistad de Mayerly, su compañera en Las Jefas del Despecho, le permitieron convertirse en la mujer fuerte y llena de palabras de amor y empoderamiento para todas aquellas que la quieran escuchar. “Dije, ‘ya no más’. No me importaba lo que pensaran los hombres de mí, no permito que nadie pase por encima de mí, aprendí a darle valor a mi vida”.

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Mayerly Cardona: una tragedia le arrebató a su mamá y a su hermanita

Mayerly nació en Maceo, Antioquia, hace 34 años. Es hija de José Cardona y de Rosalba Madrid y tiene dos hermanas, Sulady y Britney. La música hace parte de su vida desde que era muy joven y ha trabajado en ella desde los 16 años. Crecer en un pueblo como Maceo le permitió enamorarse de la guascarrilera, el género musical que la llevó a ser parte de Las Jefas del Despecho. “Mi papá fue comerciante toda la vida y tenía cantinas, entonces, esta música se me fue metiendo en el corazón, es el género que yo amo”.

Desde los 16 años viajó a Medellín para cumplir su sueño. “Fue muy difícil, porque yo me fui sola, tuve que llegar a pagar una habitación. Para mí era duro estar lejos de mi familia”. Debido al estrés de sobrevivir en una ciudad tan grande sufrió de pólipos en la garganta, lo que afectó sus cuerdas vocales. Viajó a Maicao, en La Guajira, donde vivía su familia. Comenzó a estudiar y, gracias al reposo, se recuperó sin necesidad de recurrir a la cirugía. “Cuando supe que estaba bien, le dije a mi mamá que me devolvía, que lo mío era la música y dejé la universidad”.

Cinco años después, su papá enfermó y tuvo que regresar a Maceo. “Mi mamá se quedó allá solita con las dos niñas y, en un momento en el que mi hermana mayor no estaba, porque se había ido de paseo para Riohacha, entraron dos personajes a abusar de la niña y finalmente las mataron, a la niña de 9 años y a mi mamá”.

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Ese día, el 13 de septiembre del 2015, Mayerly iba de regreso a Medellín, luego de una presentación en Buenaventura cuando recibió la noticia. “Mi hermana llegó ese día a las 6:00 a.m., me llamó llorando y me dijo que mi mamá y la niña estaban muertas. Yo no lo asimilaba, pensé que era una charla, quedé en shock, hasta que comenzó toda la familia a llamarme, y ahí me di cuenta de que era verdad”.

Luego de lo sucedido, Mayerly pensó abandonar la música, pero el apoyo de su familia y de su pareja le devolvieron las ganas de seguir haciendo realidad el sueño que su progenitora siempre apoyó. “Mi mamá era mi todo, fue mi mejor amiga. Ella me hacía la ropa para los eventos, ella era mi fan, y saber que nunca la pude disfrutar en un concierto, es algo que me ha dolido demasiado”.

En su canción Hasta que el cuerpo aguante, Las Jefas del Despecho buscan empoderar a las mujeres, recordándoles el valor que tienen por el hecho de ser mujeres, devolverles esa voz y ese amor propio que se pierde en diferentes momentos de la vida. “Es una canción dedicada a las mujeres”.

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