Santa Marta concluyó la celebración de sus 500 años de historia con una serenata inolvidable que reunió a miles de asistentes en la emblemática bahía. Carlos Vives, uno de los artistas más queridos de la ciudad, ofreció un show de más de tres horas en el que recorrió los grandes éxitos de su carrera y rindió homenaje a su tierra natal.
La noche también contó con la presentación del Grupo Niche, referente de la salsa colombiana, y del cantante vallenato Elder Dayán Díaz, quien se encargó de poner el toque final a una jornada cargada de música, historia y orgullo samario.
La sorpresa de Carlos Vives y Niche que estremeció a Santa Marta
Uno de los momentos más emocionantes de la noche llegó cuando Vives invitó al Grupo Niche al escenario para compartir una primicia con su público: la presentación en vivo de su primera colaboración musical juntos. Ante la ovación de los asistentes, Vives explicó que se trata de una nueva versión de La tierra del olvido, uno de sus clásicos más queridos, ahora con el inconfundible sabor de la salsa del Grupo Niche.
“Esta canción se estrenará en próximos días, pero quiero que ustedes, el público samario que hoy nos acompaña, escuchen por primera vez La tierra del olvido con Niche. Estoy muy orgulloso porque es la primera canción juntos”, dijo Carlos Vives, mientras los acordes de la canción encendían aún más la euforia de la multitud. El público cantó a una sola voz este himno que une generaciones y reafirma el amor por la tierra caribeña.
Finalmente, Elder Dayán Díaz, una de las voces más representativas de la nueva generación del vallenato, fue el encargado de cerrar el espectáculo.

El Buque Gloria se pintó de tricolor y acompañó una postal para la historia.
La noche se iluminó con un show de fuegos artificiales mientras El Morro, uno de los símbolos más queridos de Santa Marta, se iluminaba en homenaje a la ciudad “dos veces bendita”.
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Las Fiestas del Mar 2025 cerraron así una edición histórica, marcada por la música, la unión y el orgullo de ser samario, dejando claro que, aunque pasen los años, Santa Marta sigue celebrando la vida con el corazón en la playa y la mirada puesta en el futuro.
