El más reciente capítulo del Desafío 2025 dejó en evidencia que las tensiones entre casas están llegando a un punto crítico. En medio de especulaciones sobre posibles pactos secretos y estrategias conjuntas, Alpha, Beta, Gamma y Omega empiezan a mover sus fichas con cautela, conscientes de que cualquier paso en falso podría costarles la permanencia en el juego. Andrea Serna, presentadora del reality, abrió el debate antes de la competencia del Box Rojo con una pregunta clave que destapó parte de las intenciones ocultas de los equipos.
Eleazar, capitán de Alpha, admitió públicamente que existía la idea de forjar una alianza con Omega para enfrentar a Gamma, considerada por algunos como la casa más fuerte. Aunque reservó los detalles para después de la prueba, el mensaje fue suficiente para encender las alarmas. Abrahan, de Omega, respondió con contundencia. “Somos poquitos, pero hemos demostrado que somos poderosos”, dijo, dejando claro que, aunque podrían escuchar propuestas, no están dispuestos a bajar la guardia.
Juego estratégico y polémica en Alpha
La competencia en el Box Rojo exigía coordinación, fuerza y precisión: lanzar balones hacia una jaula y, desde allí, encestarlos para sumar puntos. Gamma tomó la delantera en un inicio, pero el cambio de roles dentro de Omega permitió que este equipo remontara. En plena prueba, Lucho, de Alpha, aprovechó para tantear el terreno con Potro (Omega), buscando apoyo en la estrategia contra Gamma. La respuesta fue favorable, siempre y cuando Gamma no ganara.
Finalmente, Alpha se quedó con el primer lugar, mientras que Gamma aseguró el segundo. Como parte de la recompensa, Alpha debía decidir a qué equipo ceder el sofá. Contra todo pronóstico, algunos integrantes optaron por entregárselo a Gamma. Esta decisión detonó un fuerte enfrentamiento interno: Eleazar y Juan reclamaron no haber sido tenidos en cuenta, mientras que Lucho defendió que actuaron bajo presión, priorizando un gesto “altruista” que evitara enemistarse aún más.
Las tensiones siguieron escalando. Juan advirtió que esperaba que esta decisión no terminara afectando al equipo, mientras que Leo, notablemente molesto, insistió en que los chalecos de castigo seguirían dirigidos a Gamma, reafirmando así la estrategia planteada inicialmente. El cruce de palabras se tornó intenso hasta que Leo aseguró que, si hacía falta, él mismo se pondría los próximos dos chalecos.
Reacciones desde otras casas
La discusión no pasó desapercibida para Beta, cuyos integrantes escucharon parte del altercado. Tina, sin rodeos, calificó a Alpha como “unos tibios”, cuestionando su falta de firmeza ante el juego estratégico. Mientras tanto, Leo cumplió con llevar los chalecos a Gamma, donde Rata e Isa los recibieron entre comentarios cargados de expectativa. “El espectáculo está por venir”, advirtió Rata, anticipando que la guerra apenas comienza.
Con estas movidas, las alianzas, las discusiones internas y los pactos secretos empiezan a definir el rumbo del Desafío Siglo XXI. Más allá de la fuerza física, el verdadero reto parece estar en sostener la cohesión de los equipos y mantener el control de un juego que cada día se vuelve más impredecible.

