Después de años brillando en la comedia, Sofía Vergara sorprendió en enero de 2024 con su interpretación dramática en Griselda, la serie de Netflix basada en la vida de la narcotraficante Griselda Blanco.
Sin embargo, lo que no se vio en pantalla fue el enorme desgaste físico y emocional que vivió durante el rodaje. Sobre esto habló en una reciente entrevista con Blu Radio.
Sofía Vergara y el ‘trauma’ de convertirse en Griselda Blanco
La barranquillera pasó varios años trabajando para hacer realidad este proyecto, teniendo en cuenta que no solo protagonizó la serie, sino que también fue su productora. Lo que no anticipó en su momento fue lo que implicaría asumir un rol tan alejado de lo que había hecho antes.
“Yo estaba acostumbrada a la comedia, a llegar al set feliz de la vida. Nunca había actuado en dramas, nunca había llorado frente a una cámara, casi que nunca había actuado en español”, explicó Sofía Vergara.
La transformación fue total. Además del desafío actoral, la preparación diaria incluía una nariz prostética, pelucas, prótesis dentales y hasta un plástico que le cubría parte del rostro para modificar sus cejas.
“Imagínate: una nariz de plástico pegada todos los días, una peluca, un plástico desde el párpado hasta la frente… porque yo con las cejas bien gruesas, y allá en ese tiempo se usaban delgaditas (...) Los dientes eran una cochinada todo el día. Las primeras dos semanas se me salían cuando hablaba en las escenas. Tuve que aprender a hablar con ellos”, recordó entre risas.
Durante esos seis meses de grabación, Sofía Vergara contó con el respaldo del director Andrés Baiz, con quien mantiene una buena relación: “Andy, que es mi director favorito, me llevó de la mano y me ayudó con todo eso (...) Sigo tratando de hacer cosas con él, pero ha sido un poquito complicado por el tema de la distancia”.
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