En el capítulo 39, el Desafío del Siglo XXI dejó ver cómo las tensiones dentro de las casas empiezan a pesar tanto como las pruebas físicas. En Gamma, varios de sus compañeros apuntaron contra Rata por actitudes que no cayeron bien en el grupo, mientras que en Alpha la discusión giró en torno a la canasta de mercado que debía destinarse a Omega, lo que desató un cruce de palabras entre los desafiantes.
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La advertencia de Zambrano contra Rata en el ‘Desafío’
En Gamma, el clima se calentó cuando Zambrano encaró a Rata por el riesgo que asumió al ponerse el chaleco. El mensaje fue directo, en tono de broma pero con carga de advertencia: “Rata, pórtate serio, voy a pegarte una muñequera un día de estos. Si no es el elegido, no se ponga a ponerse el chaleco”. La frase dejó claro que, para parte del equipo, no hay margen para exposiciones individuales que comprometan a todos.
Rosa se sumó al llamado de atención y le pidió a Rata no jugar al “redentor” del grupo ni cargar con responsabilidades que no le corresponden. El debate no quedó ahí: Yudisa contó que Leo (Omega) le dijo que quería “robársela” para su equipo, una revelación que encendió las alarmas en Gamma por posibles movimientos de cara a los próximos ciclos.
Como telón de fondo, Zambrano puso otro tema sobre la mesa al narrar una conversación con Juan, en la que —según dijo— no verían grave recibir un chaleco porque tendrían “una ficha débil”. La frase abrió un frente adicional: ¿hay consenso real sobre las fortalezas internas o el equipo está fracturado en su lectura del juego?
Alpha ganó, pero desató otra controversia
En el Box Amarillo, Alpha se impuso en la primera prueba del ciclo y obtuvo la potestad de decidir qué alimentos dejaba al segundo lugar. Optó por enviar amasijos a Omega. La polémica surgió después: antes de despachar la canasta, varios integrantes de Alpha probaron parte de los panes dentro de su propia casa, lo que generó discusión interna.
Gero y Manuela se mostraron en contra del gesto y advirtieron que no era una buena señal —ni hacia afuera ni hacia adentro—, mientras que otros argumentaron que, al ser un premio ganado, tenían derecho a hacerlo. Cuando Tina llevó la canasta a Omega, los rosados notaron que la porción era reducida y no ocultaron su molestia. “Sí comieron, muchos faltones”, remató Potro, dando por hecho que Alpha había probado la recompensa.

