Ya estamos acostumbrados a los millones de dólares que amasan las grandes estrellas del cine, la música y el entretenimiento en general. Sin embargo, no se habla mucho de niños millonarios y es apenas lógico, los infantes, salvo algunas excepciones no generan ganancias que puedan conformar fortunas. Aun así, se sabe que existen pequeños acaudalados, generalmente gracias a las fortunas que heredarán de sus ricos padres o a bienes que sus progenitores han puesto a su nombre.
Justamente esa es la lista que recientemente publicó una encuesta reportada por el Evening Standard. Según este estudio, la princesa Charlotte, única hija de los príncipes de Gales, Kate y William, de apenas 8 años, es la niña más rica del mundo con un fortuna de 4 mil 400 millones de dólares. Si la comparamos con la artista colombiana más rica que es Shakira, su fortuna es impresionante. La barranquillera ostenta una riqueza cerca a los 400 millones de dólares.
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Curiosamente la niña aparece por encima de su hermano el príncipe George, de 10 años, quien será el futuro rey de Inglaterra. También superó a los niños que habitualmente aparecen en este ranking como la hija del empresario Francois Henri Pinault y Salma Hayek llamada Valentina Paloma, cuya fortuna se estima en 1.900 millones de dólares. Así mismo aparece North West, hija de Kanye West y Kim Kardashian, con una riqueza cercana a los 370 millones.
¿Por qué Charlotte es la niña más rica del mundo?
Según la publicación, reproducida por revista Quien, Charlotte, conocida en algunos países como Carlota de Gales, debe el crecimiento de su riqueza al famoso “efecto Kate”, ya que, así como ocurre con su madre quien viste alguna prenda o joya que de inmediato se valoriza en el mercado, está ocurriendo algo similar con su pequeña. Por ejemplo, sus abrigos de Amaia Kids son los más buscados, al igual que sus vestidos favoritos de la marca londinense Rachel Riley, que generalmente tiene un costo de 150 dólares en promedio y se agotan tan pronto la princesa es fotografiada en ellos.
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Sin embargo, no es solo este aspecto lo que la ubica en la privilegiada posición, también es la heredera de una colección de joyas que contiene piezas costosas antes de propiedad de la reina Isabel II, así como otras que fueron de Lady Di. Eso sin contar las propiedades a las que tendría derecho en su calidad de princesa.
