Netflix y Archewell Productions, la compañía audiovisual fundada por el príncipe Harry y Meghan Markle, no renovarán su contrato exclusivo tras su vencimiento en septiembre de 2025. La alianza, firmada en 2020 por una suma cercana a los 100 millones de dólares, marcó el ingreso oficial de los duques de Sussex a la industria del entretenimiento luego de su separación de la familia real británica. Sin embargo, cinco años después, la relación comercial llega a su fin en términos que, aunque diplomáticos, revelan las tensiones entre expectativa y resultado.
¿De qué trataba el acuerdo entre Netflix y los duqus de Sussex?
El acuerdo entre Netflix y los Sussex fue celebrado como un golpe maestro de la plataforma de streaming. El documental Harry & Meghan, estrenado en 2022, rompió récords de audiencia en sus primeras semanas, generando conversaciones globales sobre la monarquía, el racismo institucional y la privacidad. La producción no solo atrajo a millones de espectadores, sino que también posicionó a Meghan y Enrique como narradores de su propia historia, fuera del rígido protocolo real.
Pero el brillo inicial no se mantuvo. Aunque Archewell prometía una serie de proyectos “inspiradores e inclusivos”, las producciones que siguieron al documental no lograron replicar su impacto.
¿Por qué fracasó el acuerdo?
Entre las principales causas del fin del contrato está el bajo rendimiento de los títulos más recientes. With Love, Meghan, una serie de estilo de vida lanzada en marzo de 2025, registró apenas 5.3 millones de espectadores en su debut y ocupó el puesto 383 en el ranking global de Netflix. Polo, otro de los proyectos promovidos por la pareja, tuvo una recepción aún más modesta: solo 500 mil visualizaciones y una clasificación lejana en el listado de popularidad (#3436).
Estos números contrastaron fuertemente con el ambicioso contrato inicial, lo que llevó a Netflix a replantearse su relación con Archewell. Según medios estadounidenses como The Cut y Entertainment Weekly, la plataforma ha estado alejándose de contratos multimillonarios a largo plazo con celebridades, en favor de acuerdos más flexibles por proyecto, conocidos como first-look deals. Esta estrategia ya se ha aplicado con figuras como Barack y Michelle Obama, y ahora también alcanza a los Sussex.
A diferencia de otros quiebres en la industria del entretenimiento, esta separación no está marcada por escándalos ni comunicados incendiarios. Ambas partes parecen haber coincidido en que el contrato cumplió su ciclo. Netflix, de hecho, aún planea estrenar la segunda temporada de With Love, Meghan en el otoño de 2025, proyecto que ya fue filmado y cuyo lanzamiento no se verá afectado por la decisión.
“La relación no terminó por falta de voluntad, sino por diferencias en el modelo de negocio y los resultados alcanzados”, señalan fuentes cercanas a la plataforma. En otras palabras, fue una separación consensuada, aunque inevitable.
¿Y ahora qué?
El fin del contrato con Netflix no significa el cierre de Archewell Productions. Meghan y Harry aún podrían firmar acuerdos por proyecto con la misma plataforma u otras compañías como Amazon Prime o Paramount+. Además, su empresa sigue activa y con ambiciones de seguir contando historias centradas en el empoderamiento, la equidad y la resiliencia.
Por su parte, Netflix mantiene una relación con As Ever, la nueva marca de estilo de vida de Meghan Markle, en el área de productos de consumo. Es decir, aunque la exclusividad desaparece, algunos vínculos comerciales podrían mantenerse.
La incursión de los duques de Sussex en el mundo del streaming deja un legado mixto. Por un lado, marcaron un precedente como figuras reales que decidieron tomar el control de su narrativa, sin mediaciones ni silencios incómodos. Por otro, el impacto real de sus proyectos más allá del escándalo inicial fue limitado.
En última instancia, la decisión de Netflix refleja una tendencia más amplia: en una industria cada vez más guiada por datos y resultados inmediatos, ni siquiera una historia real garantiza el éxito continuo.

