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Sara Uribe quedó en quiebra luego de millonario robo. “No sabía qué hacer”

La modelo, presentadora y empresaria colombiana se ha enfrentado cara a cara con la traición más de una vez. Estas amargas experiencias afectaron su patrimonio y su salud mental.

Por Redacción Vea
20 de junio de 2025
Sara Uribe
Fotografía por: Archivo

La modelo, presentadora y empresaria colombiana Sara Uribe no solo ha enfrentado retos en su vida profesional y personal, sino también difíciles episodios relacionados con el fraude y la estafa. En los últimos años, la antioqueña ha sido víctima de dos situaciones que no solo afectaron su patrimonio, sino también su confianza y tranquilidad.

Un engaño disfrazado de amistad

Uno de los golpes más duros para Uribe fue el que sufrió en el marco de un emprendimiento que montó con la ayuda de una mujer cercana, a quien consideraba amiga y socia. Según ha contado en entrevistas y a través de sus redes sociales, esa persona terminó traicionándola gravemente.

Sara había confiado en ella para el manejo de un negocio que funcionaba bajo el esquema de sociedad compartida, “mitad y mitad”, según sus propias palabras. Sin embargo, tiempo después descubrió que su socia había realizado movimientos financieros sin su autorización: falsificó firmas, contrajo deudas a su nombre y dejó múltiples facturas impagas.

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“Me embargaron cuentas. Me tocó responder por créditos que yo no sabía que existían. Fue muy doloroso darme cuenta de que alguien en quien confié me robó y me usó”, expresó Sara Uribe en una de sus intervenciones públicas.

Las consecuencias fueron devastadoras: el negocio —que se rumora era una peluquería o una tienda enfocada en el cuidado personal y estilo de vida— quebró, y ella quedó con una carga financiera que aún está intentando resolver. El proceso legal sigue en curso, y aunque ha preferido no revelar el nombre de la persona implicada, ha usado su experiencia como advertencia para otros emprendedores.

Estafa digital: suplantación en redes

Como si fuera poco, en julio de 2024, la modelo alertó a sus seguidores sobre una suplantación de identidad a través de WhatsApp. Alguien había tomado una antigua foto de perfil suya y estaba utilizando un número telefónico que había sido suyo hace años para hacerse pasar por ella. El objetivo: pedir dinero y ofrecer cambiar divisas, especialmente dólares y euros.

“¡Ojo! Esa no soy yo. No entreguen dinero ni información personal. Ese número de WhatsApp lo dejé de usar hace muchos años”, dijo la presentadora en un video publicado en sus redes, visiblemente preocupada por la posibilidad de que personas cercanas o fans cayeran en el engaño.

Uribe también informó que había iniciado acciones legales para intentar rastrear al estafador y contrató abogados para gestionar el caso. Esta situación, aunque menos grave en lo económico que la anterior, afectó su imagen y generó temor entre sus seguidores, algunos de los cuales llegaron a pensar que realmente se trataba de una solicitud legítima de su parte.

Las secuelas de una doble estafa

Estos episodios han dejado una huella profunda en la vida de la empresaria. A nivel económico, todavía se encuentra lidiando con los efectos del fraude empresarial. A nivel emocional, el impacto de haber sido traicionada por alguien en quien confiaba y de haber visto su imagen utilizada para engañar a otros la ha llevado a reflexionar públicamente sobre la importancia de cuidar a quién se le da poder y acceso en los negocios.

“Ahora me asesoro mucho mejor. Ya no entrego firmas ni acceso total a nadie. Aprendí a cuidar lo que construyo”, dijo en una entrevista reciente.

Uribe también ha aprovechado su plataforma digital para invitar a otros emprendedores a protegerse legalmente, revisar contratos y no dejar en manos de terceros el control total de sus finanzas. A pesar de lo vivido, no ha dejado de emprender y mantiene varios proyectos activos, demostrando que su espíritu resiliente no se ha quebrado.

Una historia con lecciones

El caso de Sara Uribe no solo refleja el impacto que puede tener una estafa en la vida de una figura pública, sino también sirve como ejemplo de los riesgos reales que enfrentan los emprendedores y usuarios de redes sociales. La historia de Uribe evidencia que el éxito, la fama y el reconocimiento no blindan a nadie frente al engaño.

Con una carrera en televisión, modelaje y negocios, la paisa sigue adelante, reconstruyendo sus finanzas y enfocándose en nuevos proyectos. Su mensaje, tras la tormenta, es claro: “No hay caída que te impida volver a empezar”.

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