Madres transmiten sida a hijos al masticarles la comida
Por primera vez, científicos confirmaron que las madres con sida que
mastican la comida de su infante antes de dársela podrían transmitirles
el virus.
El Espectador
Esa práctica, considerada inusual en Estados Unidos, se ve principalmente en países pobres en desarrollo. Tres de dichos casos se reportaron en Estados Unidos en 1993-2004, dijeron los científicos del gobierno en su presentación en una conferencia científica en Boston.
Fue la sangre y no la saliva la que transmitió el virus debido a que, por lo menos en dos de los casos, las madres infectadas tenían encías sangrantes o llagas en la boca, según los investigadores en el Centro para Control y Prevención de las Enfermedades.
Funcionarios del Centro dicen que se necesitan más estudios. Pero están pidiendo a los padres y cuidadores con VIH que no mastiquen los alimentos de los infantes antes de dárselos, y están informando a los médicos acerca de este tipo de transmisión.
Las autoridades de la salud creen que esa clase de transmisión es infrecuente en Estados Unidos, donde ese comportamiento es considerado inusual. En algunos países, las madres lo hacen porque no tienen acceso a alimentos para bebés ni medios para pulverizar los alimentos para los infantes desdentados.
“Pero aun un solo caso es demasiado” , dijo el doctor Ken Domínguez, del Centro, quien contribuyó a investigar los casos estadounidenses.
El primero involucró a un niñito afroestadounidense en Miami, diagnosticado en 1993. Su tía abuela estaba infectada y masticaba el alimento para el infante entre los nueve y los 14 meses.
Luego un niño de tres años caribeño estadounidense fue diagnosticado en 1995, también en Miami. Su madre infectada se lo transmitió.
En el 2004, a una niña afroestadounidense de nueve meses se le diagnosticó el VIH en Memphis. La madre empezó a masticar los alimentos de la niña cuando ésta tenía 4 meses.
Los tres pequeños fueron infectados con el VIH en el momento de su dentición y tenían las encías inflamadas. Podría ser que tanto la cuidadora como el niño que tienen lastimaduras en la boca tuviesen buena probabilidad de pasar el virus de un flujo sanguíneo al otro, dijeron los investigadores.
Esa práctica, considerada inusual en Estados Unidos, se ve principalmente en países pobres en desarrollo. Tres de dichos casos se reportaron en Estados Unidos en 1993-2004, dijeron los científicos del gobierno en su presentación en una conferencia científica en Boston.
Fue la sangre y no la saliva la que transmitió el virus debido a que, por lo menos en dos de los casos, las madres infectadas tenían encías sangrantes o llagas en la boca, según los investigadores en el Centro para Control y Prevención de las Enfermedades.
Funcionarios del Centro dicen que se necesitan más estudios. Pero están pidiendo a los padres y cuidadores con VIH que no mastiquen los alimentos de los infantes antes de dárselos, y están informando a los médicos acerca de este tipo de transmisión.
Las autoridades de la salud creen que esa clase de transmisión es infrecuente en Estados Unidos, donde ese comportamiento es considerado inusual. En algunos países, las madres lo hacen porque no tienen acceso a alimentos para bebés ni medios para pulverizar los alimentos para los infantes desdentados.
“Pero aun un solo caso es demasiado” , dijo el doctor Ken Domínguez, del Centro, quien contribuyó a investigar los casos estadounidenses.
El primero involucró a un niñito afroestadounidense en Miami, diagnosticado en 1993. Su tía abuela estaba infectada y masticaba el alimento para el infante entre los nueve y los 14 meses.
Luego un niño de tres años caribeño estadounidense fue diagnosticado en 1995, también en Miami. Su madre infectada se lo transmitió.
En el 2004, a una niña afroestadounidense de nueve meses se le diagnosticó el VIH en Memphis. La madre empezó a masticar los alimentos de la niña cuando ésta tenía 4 meses.
Los tres pequeños fueron infectados con el VIH en el momento de su dentición y tenían las encías inflamadas. Podría ser que tanto la cuidadora como el niño que tienen lastimaduras en la boca tuviesen buena probabilidad de pasar el virus de un flujo sanguíneo al otro, dijeron los investigadores.