En la medida en la que el choque inicial de la pandemia cede (vía vacunación o costumbre), las rutinas alrededor del trabajo también comienzan a asentarse. Si bien algunas empresas pedirán a algunos (o a todos) los trabajadores que regresen a las oficinas, una realidad comienza a quedar medianamente clara: el trabajo presencial ya no será la opción reinante en el mercado.
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Progresivamente vamos migrando hacia modelos de trabajo totalmente remotos o, cuando menos, híbridos, en los que hay componentes presenciales, pero un énfasis en laborar desde otras locaciones.
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Desde esta perspectiva, las oficinas en el hogar han emergido como una necesidad de primera mano, más que un lujo o una especie de extravagancia de algunos usuarios. Equiparlas adecuadamente se convierte, entonces, en una preocupación central para muchos usuarios.
Y el equipamiento pasa un poco por todo, desde una buena silla y escritorio, hasta decoración. En este día sin IVA nos centraremos en la tecnología que puede hacer de su lugar de trabajo en casa algo más adecuado y funcional.
Uno de los problemas en este punto es que comprar tecnología puede ser una experiencia angustiante. Entre las siglas, los números y las unidades todo el ritual puede sentirse como haber aterrizado en un planeta extraño, terreno propicio para perderse y terminar comprando algo que no se ajusta a las necesidades o al presupuesto del usuario.
El día sin IVA es, claramente, un momento de alto consumo. Por eso es importante tener buenos criterios para comprar cosas que se ajusten a sus necesidades y que, además, no conspire contra su salud financiera.
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Hemos construido una serie de guías de compra en tecnología alrededor de impresoras, monitores, computadores portátiles, altavoces, auriculares y mouse.
Hay que aclarar que estas guías no son recomendaciones de marcas específicas. Lo que sí ofrecen son criterios e información para navegar la maraña de especificaciones técnicas que rodean algunos de estos equipos en el día sin IVA. Insistimos en que el primer paso para comprar un equipo es reconocer las necesidades de cada usuario porque este criterio guía, en últimas, qué dispositivo sirve mejor las funciones que se requieren.
Prácticamente todas las compras de tecnología (por no decir todas, como por superstición estadística) son un poco como comprar zapatos: no todos sirven para lo mismo y no todos le quedan bien a todas las personas. En otras palabras, el criterio clave acá es ¿para qué necesita este equipo, qué tipo de usuario es usted y cuáles son sus necesidades?
Cómo comprar portátiles
Memoria y almacenamiento son dos términos que pueden confundirse fácilmente, principalmente porque suelen asumirse bajo la misma palabra (memoria) y que comparten unidad (GB, de gigabyte).
Lo primero es el almacenamiento, que siempre suele ser una cifra más grande. Esto se refiere, literalmente, a la capacidad del computador para guardar programas, documentos, fotos, todo. Las opciones más comunes en el mercado pueden arrancar en los 256GB, que es una cifra entre modesta y baja para un PC (aunque esto se puede remediar de otra forma, de la que ya hablaremos).
Las siglas que encontrará a la hora de comprar son HDD o SSD. El Hard Disk Drive (HDD) se refiere al disco duro, pero a una unidad mecánica, con un disco que gira a grandes velocidades bajo un lector que, como su nombre lo indica, va leyendo y escribiendo información en ese disco.
Ahora bien, el otro término a tener en cuenta en este apartado es la memoria RAM, cuya sigla en inglés significa Random Access Memory. En palabras sencillas, esto amplía (de cierta forma) la capacidad del computador de manejar más tareas al mismo tiempo.
Este tipo de memoria actúa como una especie de intermediario entre el disco duro y el procesador de un equipo.
Una forma sencilla de verlo, reduccionista incluso, es que a mayor RAM, más capacidad tiene el PC para sostener la operación continua y óptima de varios programas al tiempo. O, si se quiere, con mayor RAM, su máquina también puede desplegar software más complejo, como herramientas de edición de video o modelación en 3D, por poner sólo dos ejemplos.
El procesador es el otro componente que resulta fundamental a la hora de entender cómo funciona un computador. Para ser justos, hay muchas otras piezas indispensables, como la tarjeta madre, pero no son componentes que suelen ser comunes en las hojas de especificaciones de estos dispositivos a la hora de ir a hacer una compra. El procesador sí.
El procesador comúnmente se conoce como el cerebro del PC y, en palabras sencillas, es el encargado de ejecutar las operaciones que permiten abrir un programa y usarlo o correr un sistema operativo. Su rol y desempeño, aunque esencial, puede verse comprometido si no está acompañado de una cantidad de RAM suficiente o un buen disco duro.
Puede leer la guía completa sobre computadores portátiles
Elegir una buena impresora
A grandes rasgos, la mayoría de impresoras para usuarios no especializados (negocios de impresión en masa o impresiones para fines específicos, de gran tamaño, altísima definición etc.) se dividen entre las que utilizan cartuchos o las de impresión láser. A muy (muy) grandes rasgos, las diferencias técnicas radican en que en unas la tinta viene en forma líquida y en las otras se trata de un polvo.
Sin tecnificar la discusión (pues la idea es tener información para una mejor compra, no para repararlas), estas diferencias separan a las impresoras en temas como rapidez de la impresión, calidad a la hora de impresiones en color y costo de las tintas.
Y podemos comenzar por este último punto. Por lo general, las impresoras de cartuchos son más baratas al momento de comprar, pero la tinta es bastante costosa, por lo que un uso continuo termina convirtiéndose en una renta nada despreciable.
Las impresoras láser, por el otro lado, son más caras de adquirir, pero el toner (la tinta en forma de polvo) tiende a durar más y su precio suele ser más bajo que el de los cartuchos. Esto es clave, por ejemplo, para un usuario que requiere imprimir constantemente, pues mantener operando la impresora termina por ser menor en el largo plazo.
La otra gran pregunta, más allá de la impresión, es si necesita imprimir y ya o, quizá, escanear documentos, sacar fotocopias o (algo más remoto) mandar un fax. Si la respuesta es positiva, principalmente para la primera de estas opciones, lo que necesita es una impresora multifuncional.
En toda justicia, esta era una pregunta y respuesta fácil. Lo que puede ir complejizando la discusión es su conectividad. En otros momentos, las impresoras funcionaban exclusivamente en conjunto con un computador (bien sea mediante un puerto paralelo o, más recientemente, con un conector USB). Pero hoy existen una multitud de opciones de conectividad que, a su vez, permiten más usos.
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En qué fijarse al comprar altavoces
Quizá uno de los términos básicos con los que debe empezar a familiarizarse es la potencia RMS, que no es igual a la potencia pico. La RMS (Root Mean Square, en inglés) indica cuánta potencia continua o promedio puede emitir el altavoz sin que se distorsione el sonido, mientras que la potencia pico (peak power) es el nivel de potencia más alto que puede manejar. Esta última se mide en intervalos extremadamente cortos, pues no es una potencia que se pueda sostener sin que se dañe el equipo.
Por lo anterior, es importante que siempre se fije en la potencia RMS, pues es un valor más diciente. Aunque este dato, expresado en vatios (W), le permite comparar equipos, una potencia alta no necesariamente se verá reflejada en un mayor volumen o una mejor calidad de sonido, pues entran a jugar otras variables como la impedancia, el rango de frecuencia, la direccionalidad del sonido, e incluso, los materiales.
La impedancia, expresada en ohmios (Ohm), indica la resistencia al paso de la corriente eléctrica a través del altavoz. A menor impedancia, mayor fidelidad respecto al audio original y, por ende, mejor calidad. Un altavoz con una buena impedancia puede ofrecer 4 o 6 Ohm.
El rango de frecuencia, por su parte, se refiere a las frecuencias que puede emitir el equipo y que incluyen sonidos graves (en la franja que va de los 10 Hz a los 256 Hz), medios (entre los 256 Hz y los 2.000 Hz) y agudos (desde los 2.000 Hz hasta los 20.000 Hz), cuanto mayor sea este rango, más sonidos podrá abarcar el equipo. Expertos coinciden en que un dispositivo que se sitúe entre los 60 y 20.000 Hz estará más que bien equipado. Aunque recuerde que inciden otros factores que varían según el tipo y tamaño del parlante.
Con esto claro, lo primero que debe preguntarse es ¿qué necesita? ¿Quiere un equipo potente para organizar fiestas en casa? ¿Adaptar su sala para ver películas con sonido envolvente? ¿O tan solo busca un dispositivo que pueda amenizar una tarde en la playa sin dañarse?
Puede leer la guía completa sobre altavoces
Comprando auriculares
Estos equipos se han vuelto esenciales para quienes hacen videoconferencias y requieren escuchar y hablar con buena calidad. También para quienes buscan aislarse del ruido del hogar mientras realizan alguna labor. Sea cual sea el caso, comprar los auriculares apropiados no siempre es fácil. Y aunque en este segmento pueden entrar a jugar varios aspectos técnicos que solo conocen los más especializados, decidimos compilar los principales tipos de auriculares que hay en el mercado para que pueda orientarse mejor a la hora de adquirir estos dispositivos en el día sin IVA.
En el nivel más básico, estos equipos se pueden agrupar en dos categorías. Una es la de los intraurales o ‘in-ear’, que van dentro del canal auditivo y son ideales para viajar y hacer deporte.
Estos equipos tienen la ventaja de ser ligeros, fáciles de transportar y pueden pasar más desapercibidos que otros, por lo que su punto a favor es la comodidad. Pueden ser tanto auriculares de botón como de inserción. Los primeros solo se ajustan a la entrada del canal auditivo, mientras que los otros se introducen en el canal con diferentes almohadillas que aíslan parcialmente el ruido exterior y entregan un sonido más directo.
En segundo lugar están los de diadema, que van sobre la cabeza y se dividen en dos tipos:
Circumaurales (over-ear): estos rodean la oreja, por lo que suelen ser más grandes, y si son cerrados, aíslan muy bien el sonido. Son ideales para los ‘gamers’ y para quienes trabajan en el segmento audiovisual, por ejemplo, pues reproducen frecuencias más amplias y sonidos más detallados que los intraurales.
Supraaurales (on-ear): se apoyan en la oreja, pero no la cubren completamente. Esto los hace más ligeros y portables que los over-ear, sin embargo, el aislamiento es menor.
Según su conexión, los auriculares pueden ser de cable o inalámbricos; estos últimos utilizan tecnología True Wireless (Bluetooth) o conexión Wi-Fi, y suelen ser menos engorrosos que los de cable, aunque estas características elevan el precio considerablemente.
También pueden venir con o sin micrófono (aunque casi todos los in-ear vienen con uno) y con cancelación de ruido o sin ella.
La cancelación puede ser pasiva, es decir que atenúa el ruido exterior con material aislante, o activa, que reduce el ruido por medio de una onda de sonido artificial. Aunque no es perfecta, por lo general consigue reducir el ruido en más de 25 o 30 decibeles, según expertos. Sin embargo, este proceso demanda energía externa para llevarse a cabo, bien sea por medio de cables o baterías.
Puede leer la guía completa sobre auriculares
Definir su monitor
En este mundo hay un poco de todo, desde monitores de 20 o menos pulgadas hasta 49, además de un reguero de opciones en la mitad. Sin embargo, algunas de las referencias más usuales orbitan alrededor de las 21, 24 y 27 pulgadas, en general. ¿Por qué? Porque ofrecen un rango medio para usuarios que buscan una herramienta de productividad (como un monitor secundario para su portátil) o un buen despliegue para contenido más visual (bien sean juegos o como pantalla principal de entretenimiento en algunos casos, como un TV, mejor dicho). Pero esta es una discusión que no se salda sólo con más área, con más pulgadas de pantalla.
Por los lados del tamaño es que entramos a las discusiones sobre la resolución, una cifra que habla principalmente acerca del número de pixeles horizontales y verticales (en ese orden). En esencia, entre más alta sea la cifra, más nítida la imagen.
Por ejemplo, para el caso de monitores de 24 pulgadas, es bastante común que sean de 1.920 (pixeles horizontales) X 1.080 (pixeles verticales). Este estándar de resolución se conoce popularmente como Full HD.
En el grupo de resoluciones, en orden ascendente, viene luego Quad HD (2.560 X 1.440), que ofrece una mejor calidad de imagen, que va de la mano con un precio bastante más abultado. En la fila, el siguiente estándar es 4K (3.840 X 2.160).
Como ya dijimos más arriba, lo mejor que puede hacer es sincerarse con sus necesidades y presupuesto y no comerle cuento al refrán de que más es mejor porque, en este caso, puede ser que sólo sea más y no mejor, o más adecuado.
Puede leer la guía completa sobre monitores
Cómo comprar el mejor mouse
Antes que nada, evalúe para qué actividades y espacios lo necesita. Si debe trabajar desde su casa y quiere montar su propia oficina o si utiliza su computador para estudiar y entretenerse, probablemente no necesita un mouse con una sensibilidad extrema o múltiples botones, como sí lo requieren los jugadores de videojuegos.
La primera decisión gira alrededor de si debe ser cableado o inalámbrico. Para un usuario promedio, esta decisión tiene que ver más con sus preferencias. El mouse más común es el que puede conectar su PC con un cable USB y que, por lo tanto, no requiere de batería y nunca se quedará sin carga. Es “la vieja confiable”, el mouse más económico, pero tampoco tiene mucho para destacar.
Por su parte, el ratón inalámbrico no tiene cable y usa baterías. Según la tecnología de transmisión de datos que tiene, puede ser de dos tipos.
Mouse RF: utiliza radiofrecuencia para enviar señales al computador o dispositivo receptor. Por lo general se necesita un receptor USB para generar la señal inalámbrica, lo que a su vez puede ser una desventaja, pues el usuario debe asegurarse de no perderlo. Este viene en varios tamaños, el nano es el más pequeño.
Mouse Bluetooth: utiliza el protocolo Bluetooth que viene en el computador, por lo que no necesita un receptor para conectarse.
Un concepto que debe saber para entender más sobre la dinámica del mouse es el DPI (dots per inch o puntos por pulgada), que mide su sensibilidad. A mayor DPI, más lejos se moverá el cursor en la pantalla con un movimiento de la mano. Cabe decir que sensibilidad no es igual a precisión, por lo que esta no debe ser la única característica a revisar.
Si hablamos de puntos por pulgada, tenga en cuenta que cada punto equivale a un pixel en la pantalla. Por ejemplo, si tiene un monitor de 1080p y un DPI de 1.000, al mover el mouse una pulgada, el cursor se moverá por encima de 1.000 pixeles, es decir, llegará casi a la altura de la pantalla. Si el mouse tiene un DPI de 2.000 solo hay que mover media pulgada para recorrer la misma distancia en esa pantalla.
Si sus labores frente no requieren de tanta sensibilidad, el mouse promedio le dará las prestaciones que necesita. En el caso de los gamers, el consenso general de los expertos es que el DPI debería estar correlacionado con la resolución horizontal de la pantalla.
Entre otras opciones de compra se encuentran conceptos como si es óptico o láser, si posee trackball, si es multitoque…
Puede leer la guía completa sobre mouse
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