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La novela de la detención de Julian Assange, el hombre detrás de Wikileaks, continúa alargándose y, acaso también, agravándose. El australiano (que se encuentra asilado en la embajada ecuatoriana en Londres desde 2012) debe ir a un hospital por un problema en su hombro derecho, pero, si llegase a hacerlo, es posible que sea detenido y extraditado a Suecia gracias a una orden legal en su contra.
Un portavoz de la Oficina de Asuntos Exteriores del Reino Unido aseguró este jueves que “no hay ninguna duda de que las autoridades británicas de ninguna manera buscarían impedir que el señor Assange reciba cuidados o asesoramiento médico. Se lo hemos aclarado al gobierno de Ecuador”.
El gobierno de Ecuador solicitó que se le otorgara a Assange un salvoconducto humanitario para ir al hospital, pero no ha habido una respuesta positiva al respecto. Ricardo Patiño, ministro de Relaciones Exteriores ecuatoriano, aseguró que las autoridades británicas han dicho que “el señor Assange puede salir de la embajada en cualquier momento por cualquier asistencia médica que pudiera necesitar, pero la orden europea de detención se mantiene”.
Assange presenta problemas de hombro desde hace por lo menos tres meses y el médico que lo ha tratado sugirió que el australiano debe someterse a una resonancia magnética para poder determinar mejor cuál es la causa de sus dolores. El examen sólo puede practicarse en un hospital.
El experto en informática hizo una petición formal para poder asistir al examen el 30 de septiembre de este año, en la que aclaró que las autoridades británicas podrían asignar 10 mil policías para vigilar sus movimientos y que la permanencia en el hospital no sería sino de unas pocas horas.
Esta misma semana, la policía de Londres retiró a los uniformados que de forma permanente han montado guardia en las afueras de la embajada ecuatoriana desde que Assange ingresó a ésta. Estos turnos de vigilancia (que se extendieron durante más de 1.200 días) le costaban a la policía londinense US$16.384 por día en 2013. En febrero de este año, Scotland Yard aseguró que esta operación había costado cerca de US$15 millones entre junio de 2012 y octubre de 2014. Si los costos se han mantenido estables, los contribuyentes británicos han pagado cerca de US$21 millones para asegurarse que el fundador de Wikileaks no salga de su lugar de informal retención, según reveló el portal Ars Technica.
“La operación para arrestar a Julian Assange sigue en pie y si llegase a abandonar la embajada, los oficiales deben hacer cualquier esfuerzo para detenerlo. Pero no resulta proporcionado ahora seguir asignando oficiales de forma permanente para esta tarea”, dijo un portavoz de Scotland Yard esta semana.
Assange enfrenta un interrogatorio por una supuesta violación en contra de una mujer sueca. Un segundo proceso por presunta agresión sexual prescribió este año, aunque el primero no lo hará hasta 2020. El problema acá es que Assange no ha podido declarar en el proceso y el procedimiento para poder hacerlo es un tema de cooperación internacional entre Suecia y Ecuador, que aún no han podido ponerse de acuerdo sobre los términos en los que debería hacerse la diligencia en la embajada ecuatoriana en Londres. (Lea más acerca del proceso judicial de Assange acá)
El fundador de Wikileaks se rehúsa a abandonar la embajada ecuatoriana pues teme que, una vez en territorio sueco, sea conducido a Estados Unidos en donde con seguridad enfrentaría un duro juicio por su participación en la divulgación de documentos del gobierno estadounidense, como cables diplomáticos y bitácoras de la guerra en Afganistán. Las filtraciones desataron una gran polémica mundial por las malas prácticas que, en varias ocasiones según los documentos, utilizaron las tropas de este país en el combate contra los talibanes afganos.