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Recientemente, OpenAI hizo disponible para todos sus usuarios la herramienta de generación de imágenes de ChatGPT, que se había vuelto viral por su capacidad para recrear el estilo visual característico de Studio Ghibli. Esta actualización llega después de que la empresa retrasara su lanzamiento gratuito debido a la alta demanda, que inicialmente la había limitado a los usuarios de niveles de suscripción paga.
Sam Altman, CEO de OpenAI, confirmó en X que la funcionalidad ya está accesible para todos los usuarios, aunque con ciertas restricciones. Aunque no se detallaron los límites específicos, la herramienta ahora permite tres generaciones de imágenes diarias, un detalle previamente confirmado por Altman. Esta característica, que antes solo estaba disponible para usuarios de suscripción, se hizo viral rápidamente gracias a sus resultados visuales sorprendentes.
El anuncio llega en un momento clave para OpenAI, que acaba de cerrar una ronda de financiación histórica, recaudando 40 mil millones de dólares. Este es el mayor monto obtenido por una empresa tecnológica privada, lo que eleva la valoración de OpenAI a 300 mil millones de dólares. Este impulso económico le permitirá continuar su desarrollo y expansión en el mundo de la inteligencia artificial.
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La nueva actualización de generación de imágenes, impulsada por el modelo GPT-4o de OpenAI, fue lanzada oficialmente el 25 de marzo. Inicialmente, se había previsto que estuviera disponible solo para suscripciones como ChatGPT Plus, Pro, y Team, pero la demanda fue tan alta que el acceso gratuito se retrasó un día. Altman, mencionó que las unidades de procesamiento gráfico (GPU) estaban “derritiéndose” debido a la gran cantidad de usuarios. A lo largo de ese periodo, ChatGPT experimentó un récord, al recibir un millón de nuevos usuarios en solo una hora.
El consumo de recursos de la Inteligencia Artificial
A medida que la inteligencia artificial continúa avanzando, surgen preocupaciones sobre el consumo de recursos necesarios para alimentar estos complejos sistemas. En particular, los centros de datos que albergan los servidores de IA requieren enormes cantidades de electricidad y agua para mantenerse operativos.
El calor generado por estos servidores es tan intenso que se necesita un sistema de refrigeración constante para evitar daños. Este proceso implica un consumo significativo de agua, la cual, en muchos casos, debe ser potable debido a las impurezas que pueden afectar el rendimiento de los equipos.
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Además, una parte del agua utilizada en estos centros se evapora en el proceso de enfriamiento, lo que significa que no se puede reutilizar. Para ponerlo en perspectiva, el funcionamiento de ChatGPT 3, por ejemplo, utilizaba entre medio litro y un litro de agua para responder entre 10 y 50 preguntas, dependiendo de la complejidad de la consulta.
Este consumo de agua se vuelve aún más relevante cuando comparamos el uso de recursos con actividades cotidianas. Por ejemplo, para igualar el gasto de agua de un solo minuto de funcionamiento de la IA de Elon Musk, Grok, una persona tendría que bañarse entre 20 y 50 veces al día. Este es solo un ejemplo del impacto ambiental de la inteligencia artificial, lo que plantea preguntas sobre la sostenibilidad a largo plazo de estas tecnologías en un mundo donde el agua es cada vez más escasa.
La creciente demanda de recursos, tanto energéticos como naturales, es una de las principales preocupaciones en el desarrollo de tecnologías emergentes. A medida que se avanza en la creación de sistemas de IA más poderosos, es esencial encontrar soluciones que permitan equilibrar la innovación con el cuidado del medio ambiente.
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