El país necesita más mujeres profesionales en el sector TIC

De acuerdo con la Fundación Mujeres por Colombia, la escogencia de carrera estaría relacionada con que ellas ganen 30% menos que los hombres. / iStock

Para ponernos en sintonía con el tema, empecemos hablando de cifras: en Colombia las instituciones de educación superior ofrecen 93 programas de ingeniería, sin embargo, el país tiene un déficit de entre 11.059 y 29.105 profesionales en esta área, según el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, que calcula, además, que en 2018 podría llegar a los 90.000.

Pero el problema va más allá de la deficiencia de estos profesionales. Un estudio realizado por la Universidad Nacional, sede Medellín, en cabeza de la ingeniera y profesora Diana López, mostró que de los estudiantes matriculados entre 2007 y 2014 en el pregrado de ingeniería mecánica 1.215 son hombres y solo 99 mujeres. Lo mismo ocurrió en ingeniería de sistemas e informática, en los que las cifras no distan mucho: 1.237 (91 %) hombres y 123 (9 %) mujeres.

Un escenario que, de acuerdo con la Fundación Mujeres por Colombia, está muy relacionado con el hecho de que ellas ganen 30 % menos que sus pares hombres. Las razones, detalla la fundación, se relacionan con que las mujeres tienden a privilegiar carreras sociales y humanísticas, mientras que en las ingenierías, las ciencias básicas y las carreras tecnológicas predominan los hombres. También, advierte, con la falta de información en los colegios, en donde se suele hacer creer que las matemáticas, la física y la química son materias para ellos.

Algo con lo que está de acuerdo Andrea Vélez, directora de Oracle Academy, cuando afirma que: “Existen muchas barreras que condicionan la relación entre el género femenino y las ingenierías, entre ellas la asociación implícita de sexo masculino con la ciencia y el femenino con el arte”. Una realidad que conocen las empresas multinacionales y compañías locales, que han empezado a desarrollar iniciativas para eliminar las barreras, proporcionando oportunidades para educar, apoyar y capacitar a las generaciones actuales y futuras de mujeres.

Por ejemplo, Oracle, una plataforma de servicios y sistemas de ingeniería de aplicaciones en la nube, realiza el evento Mujeres en las TIC, una iniciativa mundial conocida como Girls in ICT Day, a través de la cual busca ampliar el número de mujeres profesionales que desempeñan labores en ingeniería, tecnología y ciencias de la computación. En este escenario se ofrecen diferentes conferencias y actividades lideradas por mujeres que intentan motivar a otras a desarrollar su talento en el sector de las TIC.

La compañía considera que la ausencia de ellas en el mercado afecta directamente la economía mundial, que en la actualidad está direccionada a esta industria. Por ejemplo, se estima que para el año 2020, Estados Unidos tendrá más de 1,4 millones de ofertas laborales en el área, y solo 400.000 profesionales capacitados.

El Mintic, por su parte, creó una estrategia llamada Talento TI, con el fin de impulsar la competitividad, investigación, innovación y proyección internacional del sector de las tecnologías de la información del país. A la fecha ha beneficiado a más de 21.700 personas en niveles técnico, tecnológico y universitario, a través de créditos condonables. En el grupo de beneficiarios, 45,6 % son mujeres y 54,4 % son hombres.

Estas iniciativas de alguna forma contribuyen a los pronósticos de entidades como la Witsa, consorcio de asociaciones de tecnologías de la información (TI) alrededor del mundo, que demostró a través de una encuesta de mujeres activas en el sector que incrementar su participación representaría un aumento de 9 billones de euros anuales en el PIB.

Adicionalmente, en 2015, un estudio de McKinsey, consultora global que se concentra en resolver problemas relacionados con la administración estratégica, señaló que si en Estados Unidos se logra equidad entre hombres y mujeres en TI, se incrementará en 26 % el PIB.

Empresas y el Gobierno coinciden en que el talento de las mujeres contribuye a generar diversidad, calidad y competitividad en el sistema educativo y el mercado laboral de Colombia, y es ahí donde radica la importancia de seguir apoyándolas y promoviendo iniciativas que las impulsen a sentir suya esta profesión.