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Parece que la guerra comercial entre Estados Unidos y el mundo es total y frontal, al menos del lado norteamericano. El recién posesionado presidente número 47, Donald Trump, expuso en campaña una serie de medidas económicas para proteger la industria local con un conjunto de aranceles a todos los productos que vengan del extranjero.
Muchos pensaron que solo se trataban de amenazas sin cabida en la realidad, pero este 10 de abril de 2025 se han hecho efectivas. Más allá de lo que eso signifique en el mapa geopolítico del mundo y la relación de las estadounidenses con las demás naciones, estas medidas ponen de cabeza a más de una industria y por supuesto la tecnología no se salva.
Varios de los productos más vendidos alrededor del globo terráqueo son diseñados por empresas norteamericanas, por ejemplo Apple y su popular iPhone. Sin embargo, estos artículos, lejos de lo que puedan pensar algunos, son fabricados en otros países, en la mayoría de los casos asiáticos para reducir costos de manufactura y ampliar el margen de ganancia.
Ahora esto ya no parece tan beneficioso, pues las naciones más afectadas por los aranceles de Trump son Japón, Vietnam, Camboya y China, reconocida como “la fábrica del mundo” y el enemigo número uno de Estados Unidos en esta guerra comercial. Este es el impacto real de la situación actual y como perjudicará a los usuarios a la hora de comprar un producto o adquirir un servicio.
¿El iPhone 16 costará 2.000 dólares?
En este momento es poco predecible el futuro de los costos de los productos tecnológicos, pero tampoco se puede descartar esta posibilidad. Comenzando por el iPhone 16, el último modelo de Apple, que hoy tiene un precio de 960 dólares, pero puede aumentar hasta casi los 2.000 dólares.
La compañía de la manzana mordida podría evitar esto si mueve su producción a otro país que no esté en la “lista negra” de Trump o que por lo menos tengan un porcentaje de arancel más amable. Sin embargo, esa es una acción que requerirá tiempo en caso de ser ejecutada.
Otra opción es ajustar la rentabilidad del negocio recortando en otras áreas como la publicidad. Apple es una de las empresas que más invierte en anuncios de Facebook, pero parece que ahora habrá que cortar cabezas y la publicidad en redes sociales sería la primera.
¿Las suscripciones subirán de precio?
Otro mercado que también camina sobre la cornisa son los servicios por suscripción, comenzando por los más famosos, los de Microsoft. Esta organización lleva más de cuatro décadas ofreciendo los servicios de Word, Excel, PowerPoint y One Drive en el paquete Office 365.
No obstante, con los aranceles al acecho mantener sus gigantescos servidores, que no están solo en Estados Unidos, podría ser muy costoso. Esto se traduce en un aumento considerable en la cuota que los usuarios pagan mes a mes por escribir en Word, hacer una hoja de calculo en Excel o guardar u documento en la nube.
Netflix, Amazon, Disney+ y hasta las suscripciones de los videojuegos podrían verse encarecidas, pues operar será cada vez más caro. Sin embargo, subir los precios puede provocar la fuga masiva de clientes, algo que tampoco le cae bien a las empresas con la situación actual.
Adiós a los proyectos y servicios con IA
Adicionalmente, organizaciones como Meta y Microsoft e incluso OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT tendrían que frenar sus propuestas con IA para hacer frente a los aranceles. Además, ya es palpable que para los servicios vigentes está siendo cada vez más caro generar una imagen o responder a una pregunta con ayuda de IA.
En conclusión, este efecto dominó provocado por los aranceles del presidente estadounidense y sus respectivas respuestas internacionales solo tiene dos caminos para las multinacionales. O suben los precios o recortan gastos, pero de una forma u otra tienen que mantenerse rentables.
Habrá que esperar como avanza la política proteccionista de Donald Trump y que tantos beneficios le trae a su nación. Solo para hacerse una idea, Estados Unidos es el mayor exportador de servicios digitales del mundo por un valor de US $187.000 millones en 2024.
Si a esta cifra se le agrega el 25% del arancel impuesto a todo lo que se exporte desde suelo norteamericano, el efecto en la economía mundial es inimaginable; especialmente en Europa, el mayor consumidor de estos servicios digitales producidos por la todavía primera potencia económica del mundo.