El modo oscuro ha ganado terreno en las configuraciones del equipo, sitios web y aplicaciones hasta convertirse en un protagonista indiscutible en el diseño digital Este cambio, que a primera vista parece responder únicamente a preferencias estéticas, tiene detrás un conjunto de razones prácticas que impulsaron su popularidad. Los tonos oscuros prometen ser menos agresivos para la vista, especialmente en condiciones de poca luz, y también podrían contribuir a un menor consumo energético en ciertos dispositivos. Sin embargo, la realidad es más compleja y depende de factores como el tipo de pantalla y el contexto en el que se utiliza.
Por ejemplo, en dispositivos con pantallas OLED o AMOLED, el modo oscuro puede marcar una diferencia significativa en la autonomía, ya que estos paneles apagan los píxeles para mostrar el color negro y de esa manera reducen el gasto energético.
En cambio, en pantallas LCD, este beneficio es prácticamente nulo debido a su tecnología de retroiluminación constante. Además, el impacto del modo oscuro en la salud visual está estrechamente ligado a la iluminación ambiental y a las condiciones de uso, lo que sugiere que no siempre es la mejor opción.
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Más allá de la energía y la comodidad visual, el modo oscuro también tiene implicaciones importantes para nuestra salud general. La exposición prolongada a la luz azul, emitida por dispositivos como smartphones, tablets y ordenadores, está relacionada con problemas oculares como fatiga visual y, en casos más graves, pérdida de visión.
Además, esta luz afecta negativamente al sueño, dificultando la conciliación del mismo y afectando la calidad del descanso. Aquí, el modo oscuro ofrece una ventaja significativa al reducir la intensidad de la luz azul, especialmente en entornos de baja iluminación, lo que contribuye tanto al cuidado de los ojos como a un sueño más reparador.
¿Cómo activar el modo oscuro?
- Windows:
- Hacer clic derecho en el escritorio.
- Seleccionar “Personalizar” en el menú desplegable.
- En la ventana de personalización, dirigirse a “Colores”.
- Cambiar el “Modo predeterminado de Windows” y “Modo de aplicación de Windows” a “Oscuro”.
- Cerrar y guardar el menú para aplicar los cambios.
Además, en algunos programas y navegadores como Outlook o Microsoft Edge, también puedes activar el modo oscuro dentro de las configuraciones de cada aplicación o navegador.
1. Android:
- Acceder a Ajustes.
- Ir a Pantalla.
- Activar la opción Oscuro o Tema oscuro.
- Se puede configurar el modo oscuro para que se active automáticamente según el atardecer o en un horario específico.
2. iOS:
- Dirigirse a Ajustes.
- Seleccionar Pantalla y brillo.
- Tocar sobre Oscuro para activar el modo oscuro.
- También los usuarios pueden añadir la opción al Centro de Control para activarlo o desactivarlo rápidamente.
La decisión final sobre qué modo utilizar en el teléfono depende de las preferencias personales de cada usuario. Sin embargo, existen escenarios específicos en los que la elección es más evidente. Por ejemplo, si una persona usa habitualmente su teléfono en exteriores, lo más recomendable es optar por el modo claro, ya que la pantalla será más fácil de leer bajo la luz del sol.
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Por otro lado, si el uso principal del teléfono ocurre de noche o en condiciones de baja iluminación, el modo oscuro es una mejor opción, por el hecho de que reduce la fatiga ocular y mejora la visibilidad en ambientes oscuros. Además, si lo que más se prioriza es la duración de la batería, el modo oscuro es ideal, ya que consume menos energía en pantallas OLED.
No obstante, no todo es blanco o negro; también existe la posibilidad de alternar entre ambos modos. De esta manera, se puede activar el modo claro durante el día y cambiar al modo oscuro cuando llega la noche.
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