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El lanzamiento del iPhone 17 desató una jornada de contrastes en todo el mundo: mientras miles de personas hicieron largas filas en Nueva York, Bombay y Nueva Delhi para estrenar el nuevo dispositivo, en China las redes sociales se llenaron de críticas por rayaduras visibles apenas horas después de salir a la venta.
En la icónica tienda de la Quinta Avenida en Manhattan, el propio Tim Cook abrió las puertas y recibió a los primeros clientes. Uno de ellos, un estudiante chino que pasó la noche en la acera, salió con un iPhone 17 Pro Max firmado por el CEO de Apple, en un ambiente dominado por la expectación y el nuevo color “naranja cósmico”, que se convirtió en protagonista del día.
En India, el furor fue aún mayor: avalanchas en Bombay y filas interminables en Nueva Delhi marcaron la apertura de tiendas donde algunos clientes esperaron más de 20 horas para conseguir el nuevo modelo. El entusiasmo refleja la creciente importancia de ese país, que genera casi 9.000 millones de dólares anuales a Apple y será clave en el ensamblaje de futuros iPhone.
China, sin embargo, puso la nota crítica. Usuarios en Weibo publicaron imágenes de iPhone 17 Pro y Pro Max en azul oscuro y del iPhone Air negro con rayaduras en la parte trasera, lo que reavivó recuerdos de modelos anteriores con problemas similares. En pocas horas, la etiqueta relacionada alcanzó más de 40 millones de visualizaciones.
El interés global también provocó tiempos de espera de hasta cuatro semanas en varias ciudades de Asia y Oceanía. En Nueva York, los modelos Pro se agotaron rápidamente en tienda y solo podían conseguirse en línea.
El estreno del iPhone 17 confirma que el dispositivo sigue siendo mucho más que un teléfono: es un símbolo de consumo y, al mismo tiempo, un termómetro del impacto tecnológico, económico y cultural de Apple en el mundo.