El Centro de Convenciones del hotel Las Américas se alista para recibir, desde este miércoles 3 de septiembre de 2025, una nueva edición de Andicom. Un congreso tecnológico que este año cumple cuatro décadas, marcando el pulso de este sector en América Latina. Con el mar como vecino, todo se alista para un encuentro con el futuro.
Pedro Mendoza, corresponsal de El Espectador en la ciudad heroica, fue recibido por Manuel Martínez, director ejecutivo de Cintel. Este centro de investigación y desarrollo de tecnologías tiene la responsabilidad y es el encargado de la organización de este congreso.
Martínez revisa los detalles del montaje. Está leyendo el libro “Supremacía Cuántica”, de Michio Kaku, uno de los conferencistas invitados. Dice que Andicom ha sido un termómetro de la evolución tecnológica: de los sistemas básicos, a la inteligencia artificial, las ciudades inteligentes, la ciberseguridad, entre otros temas. Todo eso mucho después de que se hablara de internet como una simple palabra, y no como todo lo que significa actualmente.
En esta conversación con El Espectador, Pedro le pregunta al director ejecutivo de Cintel por su formación en la universidad pública en Bogotá, su paso por Alemania y el momento que lo marcó: cuando en este mismo congreso -hace ya unos años- se mencionaron por primera vez los celulares.
¿Dónde estaba usted hace 40 años, cuando Andicom daba sus primeros pasos?
Estaba regresando de Alemania tras completar mis estudios de posgrado en el Karlsruher Institut für Technologie (KIT), una de las instituciones más prestigiosas del mundo en ingeniería y tecnología.
Fui uno de los primeros ingenieros de sistemas colombianos en hacer estudios de posgrado en el exterior, gracias a una beca otorgada por el gobierno alemán. En mi promoción en la Universidad Distrital, fui el primero de mi clase, lo que me abrió las puertas a esta oportunidad única.
¿Qué encontró en Alemania que marcó su visión tecnológica?
Alemania era un laboratorio vivo de innovación. Allí profundicé en telecomunicaciones, específicamente en procesamiento y distribución de datos. Un campo que hoy sigue siendo fundamental.
En los laboratorios tuve acceso a tecnologías incipientes como la fibra óptica, además de que ya se hablaba de lo que luego sería internet. Era evidente que estábamos ante una revolución tecnológica, aunque pocos imaginaban el alcance que tendría.
La experiencia me dejó una enseñanza clara: la tecnología no tiene límites; el límite lo pone el ser humano. Si sabemos interpretarla, usarla con propósito y apropiarla, puede transformar sociedades enteras.
¿Qué nos puede contar de Cintel? Una organización clave en el ecosistema TIC de Colombia
Cintel, el Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, es una organización con más de 30 años de trayectoria. Desde 1991 lideramos proyectos de innovación tecnológica que apoyan la transformación digital, tanto en el sector público, como en el privado.
Uno de nuestros principales hitos es la organización del Andicom, el Congreso Empresarial y Tecnológico que marca la agenda de innovación en Colombia y Latinoamérica. Además, este año celebrará 40 años de historia.
No es solo un evento; es un espacio de encuentro, conocimiento y proyección para toda América Latina. Hemos trabajado con gobiernos, empresas, organismos internacionales y comunidades académicas para impulsar el desarrollo tecnológico con impacto social.
Cuatro décadas después, ¿Cómo evalúa el impacto de Andicom en el sector TIC?
Andicom ha sido un termómetro de la evolución tecnológica. Hemos pasado de hablar de sistemas a discutir inteligencia artificial, ciudades inteligentes, ciberseguridad y computación cuántica, entre otros temas. Este congreso ha sido un catalizador para que el país se posicione como un referente regional en tecnología.
Hemos tenido el privilegio de recibir a organizaciones como el Banco Mundial, el BID, la OEA, la Unión Europea, y delegaciones de Asia, Estados Unidos y toda América Latina. Eso no solo válida nuestro trabajo, sino que convierte a Colombia en un hub tecnológico regional. La irradiación de conocimiento desde Andicom nos abarca de manera global.
Esto no es una feria, es un Congreso que reúne a las más altas autoridades de Colombia, la región y el mundo.
¿Cómo ha sido la relación entre el sector público y las TIC?
Agradezco los avances significativos del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC). Han hecho un trabajo sólido en conectividad, inclusión digital y políticas públicas. Pero lo que necesitamos ahora es continuidad estratégica.
Quisiera que desde la Presidencia de la República, ministros, gobernadores y alcaldes entendieran que las TIC no son un gasto, sino la herramienta más poderosa para cumplir los planes de desarrollo. La digitalización mejora la eficiencia del Estado, empodera a los ciudadanos e impulsa la competitividad. Cuando se usa bien, transforma realidades.
¿Cuál ha sido el aporte más valioso de Cintel a este proceso?
Nuestra misión es clara. Transferir conocimiento de vanguardia al país. No se trata solo de adoptar tecnología, sino de entender cómo los modelos emergentes pueden resolver problemas reales.
Hemos liderado más de 500 proyectos de transformación digital, lo que nos convierte en una de las organizaciones con mayor experiencia en América Latina en este campo. Todo ese conocimiento lo compartimos en Andicom, en forma de casos de éxito, investigaciones y buenas prácticas.
En 40 años de congreso, ¿Cuál considera que ha sido la transición tecnológica más disruptiva que ha presenciado?
Sin duda, el teléfono celular. No solo por su evolución técnica, sino por su apropiación masiva. Ver cómo un dispositivo que en sus inicios costaba miles de dólares y era un símbolo de estatus se convirtió en un objeto universal y accesible incluso en zonas rurales.
El celular es hoy la herramienta más importante del ser humano: permite comunicarse, aprender, hacer negocios, acceder a servicios financieros, salud y educación. Eso es apropiación tecnológica; cuando las personas adoptan una herramienta porque les hace la vida más fácil.
¿Hay algún momento, con relación a los celulares, que considera una oportunidad perdida?
Si pudiera viajar en el tiempo, traería a Martin Cooper, el inventor del primer teléfono móvil, para que nos contara en vivo cómo hizo la primera llamada con el Motorola DynaTAC 8000X en Nueva York en 1973. Sería un homenaje merecido a un hito que cambió al mundo y siguiendo el objetivo, una gran conversación de aprendizaje.
Andicom siempre ha sido un espacio de conocimiento, y figuras como él habrían sido inspiradoras. Pero también hemos tenido momentos inolvidables: tuvimos a Michio Kaku, el físico teórico, a Sophia; la robot keynote speake no humana en 2017, y muchos otros invitados importantes.
Hablemos de Sophia. ¿Qué significó tener a una robot como oradora principal?
Fue un momento histórico. Sophia cerró la edición 33 de Andicom, y en medio de una pregunta, sobre si creía en Dios, respondió: ‘¿Cuál es esa religión?’
Pero más allá del impacto mediático, fue una demostración de cómo la tecnología está llegando a espacios antes impensados. Sophia fue diseñada para trabajar junto a los humanos, aprender de ellos y adaptarse. Pero debo decirlo con claridad; nunca superará la capacidad de razonamiento humano.
Nosotros somos los creadores. La tecnología es una extensión de nuestra inteligencia, no un sustituto.
¿Cuál es, en su opinión, la relación ideal entre el ser humano y la tecnología?
Debe regirse por ética, propósito y visión de futuro. Ahora mismo estoy leyendo “Supremacía Cuántica” de Michio Kaku, y hay una frase que me impactó. ‘Pensamos que la inteligencia es saber cosas, pero la esencia de la inteligencia es ver el futuro’. Eso es exactamente lo que debemos hacer: usar la tecnología para anticiparnos, prevenir y mejorar.
La tecnología no debe ser un fin, sino un medio para construir sociedades más justas, sostenibles e incluyentes.
Para ustedes ha sido importante tener un país invitado cada año, ¿Corea del Sur fue un ejemplo de esto?
Así es. Algo que siempre hemos buscado es la apertura mundial, el entorno colaborativo y aunque sabemos que algunos países nos llevan mucha distancia, eso no significa que no podamos acercarnos, aprender, tratar de asimilar y aterrizarlo a nuestro entorno.
Haber traído a Corea del Sur fue muy significativo. Este año, entre otros invitados, tendremos a los Emiratos Árabes Unidos.
Hablemos de impacto social. ¿Puede contarnos de alguna iniciativa que combine tecnología y responsabilidad social?
Uno de los momentos más emotivos fue en La Boquilla, cerca a Cartagena, cuando llevamos tecnología educativa con Craig Barrett, el entonces presidente del consejo de Intel. Juntos, instalamos laboratorios de cómputo en una escuela rural. Ver a niños usando computadores por primera vez, con ojos llenos de esperanza, fue algo inspirador.
También trabajamos con pescadores en un proyecto que involucraba sensores para monitorear la temperatura del mar, su salinidad y las condiciones para las faenas en el mar. Un pescador me dijo, ‘esto es como tener a Dios en las manos’. Así se resume el poder de la tecnología: empoderar a quienes más lo necesitan.
Desafortunadamente, esos proyectos no se han podido escalar. Se necesita voluntad política y continuidad para que estas iniciativas no queden en planes pilotos aislados.
Este año Andicom cumple 40 años. ¿Qué podemos esperar de esta edición?
Del 2 al 5 de septiembre en Cartagena, tendremos más de 6.000 asistentes de 35 países invitados, algo más de 120 conferencistas internacionales y debates de alto nivel sobre inteligencia artificial, smart cities, ciberseguridad, economía naranja y sostenibilidad digital. Además, y muy importante, el cuidado del medio ambiente y la responsabilidad ética.
El lema es claro: Unlocking a Digital Future: ‘Desbloqueando el futuro digital’.
Incluso, celebraremos la innovación regional con tres premios estratégicos. La Innovación en Transformación Digital en alianza con PwC, Smart City Innovator Awards 2025 y los Premios a la Ciberseguridad Empresarial en alianza con Etek.
Son reconocimientos que destacan a quienes están liderando el cambio tecnológico en América Latina.
¿Cómo serán sus días durante el congreso?
Para mi equipo y para mí serán de reconocimiento, emoción y responsabilidad. Nos hemos preparado durante meses para ver delegaciones diplomáticas, autoridades del país, Europa, Estados Unidos, Asia, líderes empresariales y académicos. El ministerio de las TIC participará en Andicom, y eso es reconfortante, saber que se valora el trabajo que hemos hecho.
Sin embargo, también pienso que aún nos falta. Tenemos que seguir aportando, construyendo, ayudando a consolidar un país que, a pesar de sus retos, puede dar noticias buenas y sin duda, esta es la semana para hacerlo.