La tecnología en el deporte hace referencia al uso de herramientas, sistemas y dispositivos antes, durante y después de este tipo de práctica. Sin embargo, esto no siempre fue así, solo se hizo presente en el panorama cuando el juego le dio paso a la disciplina como una actividad supeditada a la competencia, a un sistema de reglas y a la exposición pública.
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Antes de eso, lo que hoy entendemos como deporte era nada más que un juego, algo tan antiguo como la humanidad misma. Que si bien nació como un momento de recreación sin muchos fines más que el de entretener a las personas, a lo largo de la historia ha funcionado como un vehículo para aprender, enseñar, desarrollarse, socializar y vivir.
En ese sentido, el deporte, como una herencia del juego, debe funcionar bajo parámetros justos que premien el mérito deportivo. Mucho más cuando ese mérito está fuertemente vinculado a un nombre, una bandera, un país y un grupo de personas. Todos los que siguen un deporte esperan que ganar, sea quien sea, refleje justicia en favor del mejor.
Por eso nace el primer uso de la tecnología en el deporte. Un mecanismo operado, pero no controlado por humanos para impartir decisiones que no perjudiquen o beneficien a alguien. Aun así, esto no siempre ha sido posible y mucho menos es la única utilización de la tecnología en el deporte. También ha sido una manera de profesionalizarlo y masificarlo.
¿Qué ha hecho la tecnología por la justicia en el deporte?
El deporte, sea atletismo, fútbol, tenis, fútbol americano, automovilismo, baloncesto, running o cualquier otro, casi siempre ha sido practicado por humanos. Seres vivos que cometen errores, no por una intención premeditada, sino por las propias y naturales limitantes de una persona.
Por eso, desde la década de 1910, una fecha muy cercana al inicio de los Juegos Olímpicos modernos, un momento que muchos expertos señalan como el inicio del deporte profesional, se comenzó a contemplar la idea de valerse de algunos artefactos para cronometrar, medir y definir algunas pruebas del atletismo.
No es hasta 1930 que lo que hoy conocemos como “photo-finish” y cronómetros electrónicos se inventan para ayudar a los jueces a tomar decisiones e impartir justicia. No obstante no está hasta los Juegos Olímpicos de los años 60, Roma 1960, Tokio 1964 y México 1968, que oficialmente se cronometran y registran pruebas de 100 y 800 metros.
¿Cómo la tecnología ha profesionalizado el deporte?
Siguiendo con esa misma línea, mejores decisiones arbitrales, como las que también ayudan a tomar el “Ojo de Halcón” en el tenis (2006) o el Video Assistant Referee (VAR) en el fútbol (2016) exigen mejores deportistas. Verdaderos profesionales entregados al deporte y a una profesión de la cual generan ingresos suficientes para vivir.
Es por eso que alrededor de la década de 1980 se comienza a estandarizar el uso de sistemas estadísticos y decimales para medir el rendimiento deportivo. Esto también ayudado por la información proporcionada por calzado (1950), prendas y dispositivos portátiles (wearables) que comenzaron a hacer posible el saber cuántas calorías quema una persona o cuántos kilómetros corre. Algo incluso común en el deporte no profesional.
Este fue el primer ladrillo para el deporte moderno que conocemos hoy. Uno en el que las distancias entre el ganador y el perdedor son cada vez menos. Algo mucho más palpable en una categoría como la Fórmula 1, en la que cada escudería y piloto se prepara y se entrena, en compañía de la tecnología, para ganarle una décima de segundo a sus rivales.
¿Cuál es el rol de la tecnología en la masificación del deporte?
Es precisamente eso último lo que atrae a tantos y tantas a seguir un deporte. Sentir que cualquier puede vencer a cualquiera. Las diferencias son tan mínimas que el deporte se convierte en una entretención capaz de atraer las miradas de millones y millones de personas.
Sin embargo, ver los Juegos Olímpicos, una Copa Mundial de fútbol, un gran abierto de tenis, las finales de la NBA, la serie mundial de beisbol o el SuperBowl no siempre fue como lo es ahora. Berlín 1936 fue la primera cita olímpica transmitida en televisión, pero no fue hasta Seúl 1988 (más de 50 años después) que Colombia pudo ver los Juegos Olímpicos por medio de la pantalla chica.
Antes de eso, la radio era el medio de comunicación que mejor contaba las proezas de un país durante los olímpicos. Por eso contar la historia de la tecnología en el deporte es también contar la historia de la televisión y la radio. Dos medios de comunicación que siguen conectando a un pueblo y a una nación con sus héroes y sus glorias deportivas.
Por eso la tecnología ha ayudado a construir el deporte que hoy algunos juzgan, muchos practican y millones disfrutan. Una camino que solo se puede entender a través de pantallas y ondas electromagnéticas que cuentan mucho más que una marca, un récord mundial o un campeonato. Es algo que trasciende la vida de quien ven y practican un deporte.