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Desde hace al menos una década los creadores de contenido (influencers) se han convertido en una pieza fundamental para las empresas de consumo masivo en el mundo. Por su lado, quienes se dedican a esta labor también lo han convertido en una gran fuente de ingreso, a partir de patrocinios o pago por pauta orgánica y natural en redes sociales.
Y aunque este no es todavía un mercado de performance (rendimiento), medir su impacto directa y exclusivamente por ventas, propiamente dicho en Colombia, si está cerca de convertirse en eso, algo que ya es una realidad en Asia donde el negocio es redondo. Eso es a lo que apuntan tanto influencers y marcas, como multinacionales que trabajan con este tipo de mercadeo.
FLUVIP es una compañía dedicada al influencer marketing con presencia en Latinoamérica y España. Su labor es conectar marcas, campañas publicitarias y creadores de contenido para que trabajen juntos en busca de promocionar un servicio o producto. Desde 2014 utiliza algoritmos, tecnología e inteligencia artificial para recomendar la mejor combinación posible de estos tres agentes que intervienen en el éxito o fracaso publicitario.
El Espectador conversó con Sebastián Jasminoy, CEO y cofundador de FLUVIP, sobre una nueva tendencia de marketing con IA, además de la posibilidad real y tangible de crear influencers a partir de modelos de IA. Una práctica innovadora y muy eficiente, pero que como todo avance tecnológico implica riesgos y suscita cuestiones y reflexiones profundas.
¿En qué procesos utilizan inteligencia artificial?
Anteriormente, la utilizábamos para obtener información de los influenciadores con el fin de analizar sus publicaciones y convertirlas en predicciones para que las marcas supieran exactamente qué resultados van a conseguir con un creador de contenido antes de contratarlo.
Ahora, no solo nos ayuda a nosotros a ser el puente entre marcas e influenciadores, sino también hace que sus trabajos sean más eficientes. A través de algunas herramientas ahora los creadores de contenido pueden automatizar la publicación de su contenido y hasta vender sus derechos de imagen para prestar sus servicios sin tener que producir contenido ellos mismos, ahorrando tiempo y esfuerzo.
Por ejemplo, Mario Ruiz puede acordar la venta de sus derechos de imagen para una campaña con Coca-Cola y autorizar la generación de contenido con su rostro y voz, pero hecho con inteligencia artificial. Desde videos o audios, hasta poder generar patrones de comportamiento que simulen el contenido real que podría grabar el creador de contenido.
¿Esto no representa un reto moral y ético con los consumidores?
Aquí la clave es que la marca, el influenciador y el público conozcan con total transparencia que se trata de un contenido grabado con IA. Esto es exigido por la ley en Asía, pero no en Latinoamérica y aun así lo hacemos porque es parte de nuestra cultura corporativa.
Incluso, tenemos la capacidad de crear influencers con inteligencia artificial y con ellos medir el impacto de un mensaje o un método en una campaña publicitaria. Esto hace más eficaz el trabajo de los creadores de contenido reales, pero, de nuevo, requiere de mucha honestidad con el usuario.
¿Hay empresas que ya utilicen estos servicios?
Tenemos tres compañías con estos modelos generativos de IA; una en Colombia, una en España y otra Argentina. A pesar de que no te puedo decir los nombres de las marcas, la de Colombia es una casa de apuestas, la de España es un viñedo y la de Argentina es una bebida.
Esperamos que un mes y medio las personas puedan ver estos planes pilotos en las redes sociales y que otras empresas se animen a explorar nuevos caminos. No solo en beneficio de quienes brindamos estos servicios, sino de todos los que hacemos parte del influencer marketing.
¿Cómo funciona la contratación de estos servicios?
Tanto a marcas, como a influenciadores les prestamos el servicio de asesoría para clonar imágenes, videos y audio. Sin embargo, también pueden pagar por utilizar estas mismas herramientas y hacerlo ellos mismos, de ahí la responsabilidad de hacerlo sin la intención de engañar al consumidor.
Esto puede costar desde 29 dólares por mes, hasta valores mucho más altos dependiendo del tipo de herramientas y/o servicios que necesite cada influencer o compañía. Además, también ofrecemos planes anuales si ya estamos hablando de creadores de contenido muy populares.
¿Cómo es trabajar con inteligencia artificial?
Es algo que cambia todos los días y debes mantenerte actualizado para poder seguir aprendiendo. Muchas personas dicen que la IA puede remplazarlos o quitarles sus trabajos, pero la mejor manera de que esto no pase es aprender a utilizarla, pues al final del día para hacerla funcionar se necesitan las manos de un humano.
La clave es romper el miedo que muchos le tienen a la inteligencia artificial, pues hay quienes piensan que como se trata de tecnología es difícil, pero realmente no lo es. La incertidumbre siempre va a existir, pero la verdad es que esto ya es una realidad que llegó para quedarse. Incluso hasta podemos crear una canción en 30 segundos con tan solo usar IA.
En ese sentido, creo que este mercado es muy nuevo y la ley se ha quedado muy corta y ha avanzado muy lento en busca de regularlo. No obstante no es algo raro en industrias relacionadas con la tecnología; el negocio siempre se mueve más rápido que la legislación.
