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Instagram, la red social especializada en fotos y videos, se ha convertido en los últimos años en un jugador clave en el mundo de la publicidad en línea.
La aplicación, que cuenta con más de 1.000 millones de cuentas, hoy gana dinero con la venta de anuncios que parecen publicaciones y ha promovido colaboraciones pagas entre empresas y usuarios que tienen miles (o millones) de seguidores: los famosos influencers.
Según Bloomberg, durante 2019, esta plataforma le reportó a Facebook US$ 20.000 millones en ingresos por publicidad, casi una cuarta parte de lo que facturó la compañía en ese mismo año y por encima de YouTube, que registró US$15.100 millones en ventas de anuncios.
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Ahora, Instagram también está cambiando la forma en que se promocionan los hoteles e, incluso, las ciudades. Hay una tendencia cada vez más fuerte entre las empresas de alojamiento que los ha llevado a remodelar espacios, crear habitaciones y adaptar zonas específicas de las edificaciones para que sean más atractivas en las redes sociales de sus usuarios.
Un caso reciente es el del Mandarin Oriental, uno de los hoteles de cinco estrellas más antiguos del mundo y que anunció en noviembre su decisión de renovarse por completo para atraer a un público que se fija cada vez más en la estética. La remodelación asciende a US$90 millones.
Otros alojamientos han optado por ofrecer suites temáticas y promocionarlas como “aptas para Instagram". El hotel Refinery, por ejemplo, tiene una habitación en Nueva York que parece una panadería: incluye desde almohadas en forma de pan hasta pantuflas que parecen baguettes. Mientras el Hamilton Hotel, en Washington, tiene una suite que diseñó con HBO para que se asemeje a la Casa Blanca, haciendo un homenaje de la serie de televisión “Veep”.
Además, una de las experiencias más famosas en la plataforma de alojamientos Airbnb es la de recorridos fotográficos y consiste en que un viajero, bloguero o fotógrafo local se ofrece para llevar a cierto número de turistas a rincones de la ciudad “dignos de Instagram”, demostrando que otros jugadores del sector turístico también le apuestan a esta red social.
En una encuesta de la plataforma de intercambio de divisas WeSwap, realizada a 2.000 personas de entre 18 y 34 años, el 20 % de los consultados aseguró que la posibilidad de postear imágenes bellas y videos durante sus viajes tiene peso a la hora de seleccionar un destino. De hecho, el 31% dijo que publicar imágenes de sus vacaciones en línea era “tan importante como las vacaciones mismas”.
Tanto las cadenas de hoteles como los operadores turísticos ya se subieron al bus de Instagram, pues al garantizar la foto perfecta no solo aseguran el retorno de sus visitantes, sino también su difusión en redes sociales. Solo el tiempo dirá si esta tendencia seguirá dictando los hábitos de viaje de los jovenes en línea y, por ende, una nueva forma de hacer publicidad.