De entrada, una de las cosas que más sorprende del HTC One M9 es la construcción del aparato y los finos acabados del producto. Es, en esencia, un teléfono bello y que, con cinco pulgadas de pantalla, se para en la mitad del camino entre tener un celular demasiado grande para algunos (5.5 pulgadas del iPhone 6 Plus y 6S Plus, por ejemplo) u otros modelos con poco menos cinco pulgadas (iPhone 6 y 6S, por mencionar un fabricante). Este tamaño parece combinar lo mejor de ambos mundos, con una resolución Full HD en el display que entrega buenos niveles de contraste y color, además de un espacio de lectura generoso a la hora de navegar en la web, ver videos o consumir libros electrónicos.
El teléfono resulta agradable al tacto y a la vista y, a pesar de ser metal pulido, no es resbaloso. Quizá para algunos es un teléfono muy pesado (157 gramos y 9,6 mm de grosor), pero la construcción del aparato es, sin duda, una de sus características de diseño ganadoras. Lanzado en marzo de este año y recientemente introducido al mercado colombiano, en el que la marca taiwanesa ya hace presencia oficial, el One M9, sin embargo, se parece bastante a su antecesor, el One M8, modelo que sin muchas dudas se convirtió en uno de los hitos de este fabricante.
Parte de las críticas que se le han hecho al M9 son sus modestas mejoras frente a su antecesor, especialmente en lo que tiene que ver con el diseño. Un asunto cierto en parte y que, sin embargo, no invalida el buen trabajo de manufacturación del teléfono. En mis pruebas, con casi tres semanas de uso continuo, lo único que realmente resultó molesto en el diseño fue la ubicación, en el mismo lado, de los botones para el volumen y el de encendido y apagado: aunque este último tiene una superficie corrugada para distinguirlo de los otros dos, esta diferencia resulta tan sutil que a la hora de modificar el volumen en medio de una llamada frecuentemente terminé usando el de activar o desactivar la pantalla. Problema de usuario, dirán algunos. Quizá. Quizá no.
En aras de la transparencia, he de confesar que mi experiencia con teléfonos Android no es extensiva y que, en general, siempre he orbitado alrededor de dispositivos Apple por una cuestión de afinidad con su software. De nuevo, problema de usuario para muchos. Quizá sí. Dicho esto, una de las quejas más comunes de los usuarios del mundo Android tiene que ver con la extensa huella que algunos fabricantes dejan sobre el sistema operativo base hecho por Google: o sea, algunas marcas suelen insertar demasiado contenido extra e interfaces no muy agradecidas encima del software original y esto resulta en una experiencia a veces complicada para el usuario.
/ Cortesía HTC
Uno de los aspectos sobresalientes del One M9 es que presenta una fachada de Android que, sin necesidad de buscar fanáticamente la pureza, llega a la simplicidad de uso. De nuevo, he sido un usuario de iOS la mayoría de mis horas conectado a un teléfono y este tratamiento de Android no tiene mayor cosa que envidiarle al primero. Claro, hay cosas que cambian de lugar aquí y allá, procesos que se realizan de forma diferente, pero en general se trata de una interfaz tan intuitiva y plena de buenas respuestas como la diseñada por Apple. Y esto sin duda es una jugada sensata de HTC que, en últimas, beneficia al usuario. Por cierto, el celular corre la versión Lollipop de Android, con HTC Sense 7, la interfaz del fabricante.
El teléfono viene con herramientas para trasladar datos desde Apple, bien sea sólo la agenda de contactos o para instalar en Android la copia de seguridad hecha en iOS. El proceso es simple y, al menos en mi caso, no presentó ningún problema de transferencia de información.
Detalles técnicos. El One M9 cuenta con 32 GB de almacenamiento interno (además de la posibilidad de sumar una tarjeta SD que, según el fabricante, puede llegar hasta 2TB), 3GB de memoria RAM y un procesador de ocho núcleos que va hasta 2GHZ. Lo que quiere decir esto es que, claro, es un teléfono de alta gama (con un precio acorde a su categoría, por encima de los $2´400.000) y que sus prestaciones le permiten ser un dispositivo más que capaz a la hora de exigirle en serio, o sea, en el momento de jugar.
En varios videojuegos que consumen recursos técnicos como si se tratara de agua, el teléfono respondió sin problema alguno e incluso en pruebas de respuesta visual y consumo de procesador, el equipo se comportó a la altura de las expectativas. De nuevo, no se espera nada menos de un teléfono de alta gama y, como ya se dijo, de alto precio.
Pero todo este poder a veces suele impactar la batería. Otra confesión personal: soy una especie de maniático del cuidado de la batería, por lo que suelo apagar las notificaciones push del correo, los servicios de localización (a menos de que los necesite en un momento, claro está), intento moderar la iluminación de la pantalla y trato de engancharme a una conexión wifi tanto como puedo. Así las cosas, la vida de la batería del One M9 (de 2.840 mAh) resultó ser más que suficiente para el día a día. Varias noches me acosté con poco más de 50% de energía restante, aún cuando, chateo simultáneamente, más de lo que debería, a través de varios servicios y, en esta pantalla de cinco pulgadas, alcancé a terminar un libro en Kindle y a comenzar otro, además de leer noticias en varias aplicaciones, pedir taxis, revisar correo (actualizado manualmente, como ya dije), ver videos diariamente y navegar constantemente.
La batería sufre, entonces, cuando el teléfono es exigido al máximo en juegos o, por ejemplo, cuando se hacen videollamadas en Skype, en las que se recibe video y también se envía con alguna de las dos cámaras. Los tiempos de recarga de la pila son normales considerando el tamaño y capacidades de ésta.
Y ya que llegamos a este terreno hay que hacer referencia a las cámaras del One M9. La frontal cuenta con una apertura de f/2.0 y puede grabar video hasta 1.080p. Es un elemento estándar que cuenta con una respuesta rápida de contraste e iluminación, tarea en manos del sensor de luz ubicado al lado del auricular del teléfono. Este sensor, sin embargo, a veces es demasiado inteligente y sus mediciones constantes pueden variar excesivamente la cantidad de luz que la cámara filtra, dependiendo de la forma como el usuario sostenga el teléfono frente a una lámpara, por ejemplo. En palabras simples, el dispositivo mide cambios de luz en exceso sutiles que a veces pueden obligar a acomodar el teléfono de cierta forma para obtener la mejor respuesta de la cámara frontal y no al revés, como debería ser. Un asunto menor para alguno, pero igual presente.
La cámara trasera es otra historia y uno de los puntos fuertes y débiles del One M9: 20 megapixeles, una apertura fija de f/2.2 y lente angular de 27.8mm, capacidades que, con el software de manejo de la imagen, logran video en 4K y fotos plenas en contraste, color y detalle con las condiciones de luz adecuadas (e incluso en escenarios de luz promedio).
/ Cortesía HTC
Bastante se ha dicho sobre la calidad de las imágenes de este dispositivo en escenarios de baja luminosidad. Una porción de esto es cierto, la porción que sucede en condiciones en las que una cámara semiprofesional debe echar mano de ISOS más altos (800-1.600 para arriba). Y sí, las fotografías con poca luz no son las mejores en este caso, pero también habría que decir que probablemente no sea la mejor idea recurrir a un teléfono para este tipo de escenarios si lo que se quiere son imágenes de gran factura, sitios en los que incluso un equipo semiprofesional, o profesional, tendría problemas para enfocar y para reducir el ruido en la imagen, por ejemplo. Si lo que busca son recuerdos tomados en una fiesta o fotografías tomadas en el baño de un bar para subir a Facebook, entonces adelante.
Los dos parlantes del One M9 son otro de los puntos a destacar del teléfono, pues cuentan con tecnología Dolby y HTC Boom Sound, que producen un sonido claro y rico en bajos para este tipo de dispositivos. Están ubicados en la parte superior e inferior del teléfono, pero justo en el frente del aparato, lo que permite que a la hora de ver videos o jugar, el sonido llegue de cara al usuario, lo que mejora sensiblemente la experiencia en comparación con otros celulares.
HTC quizá no es una de las marcas que está en el primer radar del consumidor a la hora de pensar en celulares de alta gama. Y para algunos puede ser un equipo demasiado grande o demasiado caro o demasiado innecesario si la persona no juega, navega intensamente y apenas chatea por WhatsApp. Pero, para quienes quieran un teléfono de gama alta con prestaciones igual de buenas, este es, entonces, uno de los equipos que con cierta seguridad debería tener presente.
El equipo está disponible en Colombia exclusivamente a través de Claro.
La lista con las especificaciones completas puede leerse aquí y aquí.