A finales de enero de 2015, Jay-Z, el rapero convertido a empresario tecnológico, anunciaba la compra del servicio de distribución de música en línea Tidal para ampliar su imperio. El también esposo de Beyoncé pagó 56 millones de dólares por la compañía sueca. Un año después, Shawn Carter (nombre verdadero del músico) admite que la plataforma con la que aspiraba a hacer claudicar a Apple, Spotify y Pandora no funciona y echa la culpa a los dueños originales de la sociedad.
El impulso que recibió Tidal con el estreno en exclusiva de los nuevos trabajos de Rihanna y de Kanye West fue un puro espejismo. La compañía que emergió como la primera plataforma en la que los artistas son los dueños del negocio está plagada de problemas. Jay-Z cree que se debe todo a un engaño y acusa a los anteriores propietarios de haber inflado el número de usuarios para que picara el anzuelo.
Por este motivo, la compañía acaba de iniciar el proceso legal contra las partes que participaron en la operación buscando una compensación. Tras realizar su propia auditoria, el nuevo propietario se dio cuenta de que los 540.000 suscriptores que se le reportó eran "claramente inferior" al total de abonados reales. Y no se trata solo de un problema de cantidad, sino también de calidad de los clientes.
El inicio de este litigio se conoce pocos días después de que se revelara que Jay-Z intentó vender sin mucho éxito el servicio a la multinacional surcoreana Samsung, que también cuenta con su propia plataforma de streaming musical. Tidal acaba de superar los tres millones de usuarios de pago gracias a las maniobras de promoción de conocidas estrellas del pop, pero va muy rezagada frente a sus rivales. Spotify, por ejemplo, es 10 veces más grande en número de abonados mientras que Apple Music suma 11 millones de socios.
El grupo de medios nórdico Schibsted y su socio Verdane Capital ha respondido a la acusación dejando claro que el proceso fue transparente, porque como compañía cotizada estaba obligada a dar toda la información financiera relevante para los inversores. El equipo de Jay-Z, añade, hizo además un examen previo "en profundidad" de los datos de la compañía original antes de dar el sí definitivo a la operación de compra de la que nacería Tidal. Por eso rechazan de lleno la acusación y que tengan, por tanto, que compensar al rapero.
Se especula con que Jay-Z podría estar buscando con esta demanda un pago de 15 millones de dólares.
La clave para el éxito de estas plataformas de contenido musical es conseguir que artistas como Daft Punk o Madonna les den trabajos exclusivos, al tiempo que amplían los formatos y servicios a los abonados. El nuevo álbum de Rihanna fue descargado 1,4 millones de veces en un día mientras que Life of Pablo de Kanye West se reprodujo 250 millones de veces los 10 primeros días que estuvo disponible.