A finales de 2019, tres socios y un equipo interdisciplinario se unieron para lanzar la start-up Valiu, una aplicación para que los venezolanos que han emigrado a Colombia puedan enviar remesas a su país de manera segura.
La herramienta, que funciona en sistemas operativos iOS y Android, fue pensada para teléfonos de gama baja y, según sus creadores, pesa el equivalente a 3 'selfies'. Para el registro, pide el número de celular y documento físico del migrante, los datos son validados por la 'app' y se solicita la información de los receptores del dinero en Venezuela. Según Simón Chamorro, CEO de Valiu, trabajan con los 9 principales bancos privados del país vecino.
“Con la migración, Venezuela se convirtió en el segundo mercado de remesas más grande del continente, después de México y EE.UU.”, explica Chamorro. “Son más de 6 millones de personas que necesitan mandar dinero a Venezuela, pero no pueden hacerlo, entonces se creó un mercado informal, el típico ‘gota a gota’ en Colombia, pero para las remesas”.
Según el CEO, que es colombo-venezolano, estas aplicaciones permiten formalizar un mercado que normalmente se presta para robos y fraudes en el país vecino, donde funcionan redes de intermediarios con diferentes jerarquías que cobran lo que quieren y en múltiples ocasiones se quedan con el dinero. Valiu, en particular, permite a los usuarios hacer envíos sin depender de terceros y monitorear su dinero en tiempo real hasta que llegue a su destino.
Además, la aplicación es gratuita y realiza un cobro por cada transferencia. Según sus creadores, permite realizar pagos por medio de plataformas especializadas en recaudos y giros, o de manera virtual por medio de herramientas como Daviplata y Nequi, así como también tarjetas de crédito.
“Venezuela, al ser un país que tiene controles de capital y que colapsó económicamente, es un lugar en donde la innovación se presta mucho para pasar de los sistemas más viejos a los más avanzados”, añade Chamorro. “Gracias a herramientas de blockchain y cripto podemos hacer todo esto. Lo vemos como un lugar en el que podemos hacer que este sistema funcione y si lo hace, que se implemente en otros países de la región”, concluye.