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La “nube” lleva a grupos de tecnología a una tormenta

Las bajas expectativas de ganancia de las más grandes del negocio y la enorme escala de computación, ofrecen vientos de deflación que soplan en el panorama de esta industria.

Richard Waters (SAN FRANCISCO)

08 de diciembre de 2013 - 01:00 a. m.
Para las compañías de tecnología que no tengan una estrategia propia y clara de “nube”, el futuro parece más sombrío.
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A menudo los titulares que provienen de la industria de tecnología parecen ser maniobras para llamar la atención, con pocos efectos sobre la realidad empresarial inmediata. Por ejemplo, vean la centelleante sugerencia hecha esta semana por parte de Jeff Bezos, el director ejecutivo de Amazon, con respecto a que su compañía pronto podrá entregar paquetes empleando drones aéreos. Pocos expertos creen que esta eventualidad, aunque técnicamente posible, suceda en el futuro cercano.

Algunas de las propuestas que de verdad pueden generar dinero, por otra parte, tienen una capacidad inaudita para quitarle el brillo a una historia periodística sobre la tecnología. “Aburrido” es un adjetivo que no le hace justicia a algunas de estas ideas. Como muestra, un servicio llamado Motor de Cálculo Google, que fue mejorado esta semana, redobló los esfuerzos de la compañía de búsquedas para ganar dinero al vender su capacidad de computación interna a otras compañías.

El sopesar los méritos del nuevo Motor de Computación Google es tan emocionante como revisar las cuentas de servicios públicos, que además, es exactamente lo que esta herramienta pretende hacer.

El costo de alquilar un gigabyte de almacenamiento en uno de los servidores de la compañía, por ejemplo, acaba de reducirse de 10 centavos de dólar al mes a 4. En cambio, Amazon cobra 9,5 centavos al mes, con un cargo extra por transferir datos fuera del sistema y a internet.

Pueden no ser robots voladores, pero éste es el tipo de tema que define el destino de buena parte de la industria de tecnología.

El nombre poco atractivo que se le da a este mercado, infraestructura como servicio (o ICS), nubla su dinamismo. Fue un negocio de US$10.000 millones el año pasado, que aumentará a US$30.000 millones para el 2017, según el grupo de investigación IDC. Esto lo hace el componente con más rápido crecimiento en el nuevo mundo de la tecnología “nube”.

Son muy malas noticias para muchos nombres más antiguos en la tecnología de información. Entre más reduzcan su precio de venta para capacidad de computación básica en compañías como Google y Amazon, más presión generan sobre todo el hardware, software y servicios de compañías cuya tecnología se utiliza para los sistemas tecnológicos mundiales.

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Una política de precios más agresiva por parte de las compañías de internet, junto con Microsoft e IBM, los otros grandes protagonistas del mercado ICS, aumentará el atractivo para los clientes de trasladarse a estos servicios. Esto reduce la cantidad de nuevos aparatos que compran para sus sistemas tecnológicos internos.

Las gigantescas compañías de servicios de infraestructura tendrán que comprar equipos, por supuesto, pero venderle a estos pocos clientes le dejará poco poder de precio a los comerciantes. Además, los Google del mundo ya han perfeccionado el arte de emplear hardware commodity y software de código abierto para reducir sus propios costos en sistemas.

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A medida que colapsan lo precios, se hace más urgente la pregunta de cómo lograrán generar ganancias los protagonistas de la ICS. Las bajas expectativas de ganancia de Amazon y la enorme escala de computación la exponen a poderosos vientos de deflación que soplan en el panorama de la industria de tecnología. ¿Pero cuántos de sus rivales se sienten igual de cómodos?

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Parecen decididos a que no tienen mayores opciones. Microsoft inició su servicio Azure a un nivel más alto en la fila de computación “nube”, ofreciendo una plataforma en la que los desarrolladores podrán construir sus propias aplicaciones, que es un eco del papel que su software Windows jugó en la era del cliente-servidor de la computación. Sin embargo, este mercado, que se conoce bajo el rótulo de “plataforma como un servicio”, ha fracasado en su intento por ser igual de llamativo, y a forzado a que este año Microsoft se sumerja más profundo en la ICS.

IBM también ha debido cambiar su posición de forma abrupta, como lo evidencia el uso que le ha dado a la publicidad exterior, de una agresividad poco característica de esta empresa. Claramente, algunos de los clientes corporativos más grandes y exigentes, que IBM considera su nicho, han derivado hacia otras plataformas, como Amazon.

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En lugar de justificar sus exploraciones en la venta de acceso a infraestructura commodity como una propuesta solitaria, compañías como ésta buscan añadirles otros servicios.

IBM, por ejemplo, dice que está en proceso de transferir todas sus aplicaciones actuales y plataformas de servicio a la nueva capa de infraestructura. El éxito dependerá de cuántos consumidores pueda atraer a estos servicios de mayor valor.

Pero al tiempo que el nuevo enfoque de Google es vender infraestructura tecnológica en las exposiciones de esta semana, los grandes nombres de la industria no están aguardando que emerja un modelo de negocios más fuerte para adentrarse en este mercado. Para las compañías de tecnología que no tengan una estrategia propia y clara de “nube”, el futuro parece más sombrío.

Por Richard Waters (SAN FRANCISCO)

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