Mark Zuckerberg, más millonario, pero menos apreciado

Este 14 de mayo Mark Zuckerberg cumple 35 años, y en los últimos 15 su vida ha girado en torno a Facebook, una red social que fundó en febrero de 2004 y que ahora es una de las principales compañías tecnológicas del mundo, avaluada en más de US$500.000 millones (el doble que el PIB de Colombia), y que también es dueña de plataformas como WhatsApp e Instagram. Con el 15 % de las acciones que conserva, Zuckerberg ocupa el octavo lugar entre los más ricos del mundo, con una fortuna cercana a US$70.000 millones.

También te puede interesar: “El futuro es privado”, Mark Zuckerberg sobre Facebook

El nombre completo del fundador de Facebook es Mark Elliot Zuckerberg. Nació en White Plains (Nueva York, Estados Unidos), pero creció en Dobbs Ferry (Nueva York). Es hijo de un dentista, Edward Zuckerberg, y una psiquiatra, Karen Kempner. Además tiene tres hermanas y fue educado bajo la religión judía.

Desde muy temprano mostró sus dotes como programador. A los 12 años desarrolló ZuckNet, un software de mensajería instantánea para la clínica dental de su padre. Cuando estaba en secundaria creó un programa de listas musicales personalizadas, y fue tal el interés que despertó por parte de gigantes como Microsoft y AOL que recibió una oferta de US$2 millones. Sin embargo, la rechazó. No sería la única oferta que declinaría, pues tampoco aceptó la de US$1.000 millones que Yahoo le hizo en 2006 por Facebook, una sabia decisión considerando que ahora la compañía vale 500 veces más que ese monto.

Respecto a su personalidad, Zuckerberg es considerado un individuo complejo, que no suele mostrar sus emociones. También es reconocido por características como usar siempre el mismo tipo de camiseta gris. Dice que de esta manera no pierde tiempo a la hora de vestirse.

A Priscilla Chan, su esposa desde 2012, la conoció en la fila del baño de un bar. En 2015 tuvieron a su primera hija, Maxima Chan Zuckerberg, y en 2017 nació su segunda hija, August. Cuando nació su primogénita, Zuckerberg se comprometió, junto con su esposa, a donar a lo largo de su vida el 99 % de sus acciones, pero pese a que suele donar millonarias cifras a causas sociales (como los US$200 millones que donó en mayo de 2018 a una fundación en Silicon Valley), todavía está lejos de cumplir su promesa.

 Aunque ha logrado mantenerse en la lista de los más ricos, prácticamente doblando su fortuna desde el 2014, su reputación se ha visto seriamente afectada: ya no es el inocente genio que creó Facebook en su dormitorio en Harvard y ahora es considerado la cabeza de una organización capaz de cambiar la política mundial.

En marzo de 2018 se descubrió que la firma Cambridge Analytica capturó los datos de más de 50 millones de cuentas de Facebook. Según investigaciones de medios como The New York Times, estos datos fueron utilizados para influir a favor de la campaña del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en 2016.

Tan solo en el día que se produjo la denuncia la acción de Facebook bajó más de 7 %, es decir, la empresa se desvalorizó en más de US$37.000 millones. Pero el principal golpe fue el reputacional y Zuckerberg se disculpó públicamente: “Si no podemos proteger tu información, no la merecemos”, indicó en marzo de 2018.

El escándalo no quedó ahí: en abril de 2018, Zuckerberg tuvo que comparecer ante el Congreso de los Estados Unidos. Sin embargo, senadores poco preparados, con preguntas obvias y sin sentido, dejaron bien librado al multimillonario durante la audiencia. Aunque la imagen de Facebook quedó seriamente afectada. Diferentes organizaciones, como Tesla, y celebridades como Jim Carrey, se unieron a un movimiento que proponía cerrar sus cuentas en la red social (#DeleteFacebook). Además, Facebook fue multada en octubre de 2018 con 500.000 libras (565.000 euros) por el caso de Cambridge Analytica.

Ya ha pasado más de un año desde el escándalo y desde entonces Facebook ha informado sobre varios cambios para corregir sus errores. De hecho, hace tres semanas Zuckerberg dijo en la conferencia F8 que “el futuro es privado”, en alusión a las nuevas medidas que está adoptando la compañía. Algunos cambios incluirán publicaciones más efímeras, actividades en grupos pequeños y cifrado para sus aplicaciones de mensajería.

Pese a estas promesas de mejora, el malestar en torno a Facebook continúa. Incluso, el jueves 9 de mayo el cofundador de Facebook, Chris Hughes, propuso dividir la red social debido al poder que recae en Zuckerberg. “La influencia de Mark es asombrosa, mucho más allá de la de cualquier otra persona en el sector privado o en el Gobierno. Controla tres plataformas de comunicación claves —Facebook, Instagram y WhatsApp—, que miles de millones de personas usan a diario”, indicó en una columna en The New York Times.

Mark Zuckerberg llega a su cumpleaños 35 siendo el doble de rico que a sus 30, pero mucho menos apreciado que cuando era considerado un genio del mismo calibre que Steve Jobs y Bill Gates. En los próximos años deberá luchar por recuperar la confianza de miles de millones de usuarios de sus plataformas. Después de todo, él mismo lo dijo: “el futuro es privado”.

Este 14 de mayo Mark Zuckerberg cumple 35 años, y en los últimos 15 su vida ha girado en torno a Facebook, una red social que fundó en febrero de 2004 y que ahora es una de las principales compañías tecnológicas del mundo, avaluada en más de US$500.000 millones (el doble que el PIB de Colombia), y que también es dueña de plataformas como WhatsApp e Instagram. Con el 15 % de las acciones que conserva, Zuckerberg ocupa el octavo lugar entre los más ricos del mundo, con una fortuna cercana a US$70.000 millones.

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El nombre completo del fundador de Facebook es Mark Elliot Zuckerberg. Nació en White Plains (Nueva York, Estados Unidos), pero creció en Dobbs Ferry (Nueva York). Es hijo de un dentista, Edward Zuckerberg, y una psiquiatra, Karen Kempner. Además tiene tres hermanas y fue educado bajo la religión judía.

Desde muy temprano mostró sus dotes como programador. A los 12 años desarrolló ZuckNet, un software de mensajería instantánea para la clínica dental de su padre. Cuando estaba en secundaria creó un programa de listas musicales personalizadas, y fue tal el interés que despertó por parte de gigantes como Microsoft y AOL que recibió una oferta de US$2 millones. Sin embargo, la rechazó. No sería la única oferta que declinaría, pues tampoco aceptó la de US$1.000 millones que Yahoo le hizo en 2006 por Facebook, una sabia decisión considerando que ahora la compañía vale 500 veces más que ese monto.

Respecto a su personalidad, Zuckerberg es considerado un individuo complejo, que no suele mostrar sus emociones. También es reconocido por características como usar siempre el mismo tipo de camiseta gris. Dice que de esta manera no pierde tiempo a la hora de vestirse.

A Priscilla Chan, su esposa desde 2012, la conoció en la fila del baño de un bar. En 2015 tuvieron a su primera hija, Maxima Chan Zuckerberg, y en 2017 nació su segunda hija, August. Cuando nació su primogénita, Zuckerberg se comprometió, junto con su esposa, a donar a lo largo de su vida el 99 % de sus acciones, pero pese a que suele donar millonarias cifras a causas sociales (como los US$200 millones que donó en mayo de 2018 a una fundación en Silicon Valley), todavía está lejos de cumplir su promesa.

 Aunque ha logrado mantenerse en la lista de los más ricos, prácticamente doblando su fortuna desde el 2014, su reputación se ha visto seriamente afectada: ya no es el inocente genio que creó Facebook en su dormitorio en Harvard y ahora es considerado la cabeza de una organización capaz de cambiar la política mundial.

En marzo de 2018 se descubrió que la firma Cambridge Analytica capturó los datos de más de 50 millones de cuentas de Facebook. Según investigaciones de medios como The New York Times, estos datos fueron utilizados para influir a favor de la campaña del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en 2016.

Tan solo en el día que se produjo la denuncia la acción de Facebook bajó más de 7 %, es decir, la empresa se desvalorizó en más de US$37.000 millones. Pero el principal golpe fue el reputacional y Zuckerberg se disculpó públicamente: “Si no podemos proteger tu información, no la merecemos”, indicó en marzo de 2018.

El escándalo no quedó ahí: en abril de 2018, Zuckerberg tuvo que comparecer ante el Congreso de los Estados Unidos. Sin embargo, senadores poco preparados, con preguntas obvias y sin sentido, dejaron bien librado al multimillonario durante la audiencia. Aunque la imagen de Facebook quedó seriamente afectada. Diferentes organizaciones, como Tesla, y celebridades como Jim Carrey, se unieron a un movimiento que proponía cerrar sus cuentas en la red social (#DeleteFacebook). Además, Facebook fue multada en octubre de 2018 con 500.000 libras (565.000 euros) por el caso de Cambridge Analytica.

Ya ha pasado más de un año desde el escándalo y desde entonces Facebook ha informado sobre varios cambios para corregir sus errores. De hecho, hace tres semanas Zuckerberg dijo en la conferencia F8 que “el futuro es privado”, en alusión a las nuevas medidas que está adoptando la compañía. Algunos cambios incluirán publicaciones más efímeras, actividades en grupos pequeños y cifrado para sus aplicaciones de mensajería.

Pese a estas promesas de mejora, el malestar en torno a Facebook continúa. Incluso, el jueves 9 de mayo el cofundador de Facebook, Chris Hughes, propuso dividir la red social debido al poder que recae en Zuckerberg. “La influencia de Mark es asombrosa, mucho más allá de la de cualquier otra persona en el sector privado o en el Gobierno. Controla tres plataformas de comunicación claves —Facebook, Instagram y WhatsApp—, que miles de millones de personas usan a diario”, indicó en una columna en The New York Times.

Mark Zuckerberg llega a su cumpleaños 35 siendo el doble de rico que a sus 30, pero mucho menos apreciado que cuando era considerado un genio del mismo calibre que Steve Jobs y Bill Gates. En los próximos años deberá luchar por recuperar la confianza de miles de millones de usuarios de sus plataformas. Después de todo, él mismo lo dijo: “el futuro es privado”.