Mostrar fotos de la familia y de la cotidianidad está más que normalizado. La mayoría de los usuarios de redes sociales ni siquiera se preguntan qué puede pasar con sus imágenes.
Cualquiera las podría tomarlas para diferentes fines. Esto hablando de los adultos, ahora imaginense lo que podría ocurrir con la cara de un menor, más si es el hijo de uno de los gurús digitales más conocidos del mundo.
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La introducción anterior tiene que ver con una imagen que difundió Mark Zuckerberg, quien el pasado 4 de julio compartió un momento con su esposa Priscilla Chan y sus tres hijas pequeñas.
Algunos usuarios aplaudieron el cuidado y protección de las Zuckerberg, otros en cambio lo criticaron porque precisamente sus redes sociales, como Facebook e Instagram, se lucran con el retrato de sus millones de registrados.
Mark Zuckerberg y el valor de lo que hace
“Al demostrarnos que tuvo cuidado de no compartir la ubicación de su familia ni la identidad de sus hijos, puede estar comunicándonos que es responsabilidad de los usuarios finales protegerse en internet”, dijo a CNN Alexandra Hamlet, psicóloga que estudia el impacto de las redes sociales en los menores de edad.
La especialista Leah Plunkett, también citada por CNN, tiene una opinión interesante: “Cada vez que publicas algo sobre tus hijos, les estás impidiendo que cuenten su propia historia sobre quiénes son y quiénes quieren llegar a ser”, reveló a cadena estadounidense. “Crecemos haciendo travesuras y cometiendo más de un error, y crecemos mejor habiéndolos cometido. Si perdemos la intimidad de los adolescentes y los niños para jugar y explorar, y para vivir y a través del ensayo y error, les privaremos de la capacidad de desarrollar y contar historias”.
Papás y mamás: ¿Qué pueden hacer frente a los riesgos de las redes sociales?
La Red de padres y madres (Red Papaz) sugiere lo siguiente a los grandes y chicos para proteger la privacidad.
- Recordar que todo lo que se divulga en Internet es público, permanecerá allí para siempre y no todas las veces es cierto
- Respetar, comportándose en línea igual que en la vida real
- Desconfiar de los encuentros personales con quienes conocen en Internet
- Preguntarle a un adulto de confianza antes de intercambiar información personal como el nombre, teléfono o dirección
- Contarle a un adulto de confianza si algo los hace sentir tristes, asustados o confundidos
- No hacer nada con lo que no estén a gusto o que no quieran hacer
Los peligros de la tecnología en la salud mental
Alejandro Ramos, neurocirujano y director médico de la Clínica del Country y Clínica La Colina, deslizó que “almacenar mucha de nuestra información en el celular implica que nuestro cerebro pierda el entrenamiento que necesita para recordar ciertas cosas, repercutiendo en pérdida de memoria a largo plazo y en la capacidad de comunicación -efectos negativos sobre las interacciones humanas con déficit en la adquisición del lenguaje-; adicionalmente, existen estudios que sugieren la asociación entre los tumores cerebrales y el uso del celular”.
El especialista da estas recomendaciones generales para contrarrestar los efectos adversos:
· Evitar las pantallas en los niños menores de 2 años; entre los 2 y 5 años, se debe limitar su uso a menos de una hora al día; y por encima de 5 años, se debe considerar el criterio de los padres haciendo énfasis en un uso moderado.
· Evitar llevar el teléfono celular en partes cercanas del cuerpo.
· Evitar responder llamadas con el teléfono cerca al oído y/o a la cabeza, en lo posible utilizar el alta voz o audífonos.
· Poner el teléfono en modo avión cuando no está en uso o cuando se lleva cercano al cuerpo.
· Evitar utilizar el teléfono en espacios cerrados.
· Evitar el teléfono en la habitación mientras se duerme.