¿Por qué la gente no le come cuento a los hogares inteligentes?

Encuesta revela que la adopción de esta tecnología, una rama del internet de las cosas, parece estar aún en una infancia prematura entre las personas.

Redacción tecnología
10 de abril de 2017 - 03:59 p. m.
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Internet de las cosas y casas inteligentes son dos de los términos en la jerga tecnológica de hoy que más entusiasmo despiertan y que mayores esperanzas parecen guardar de cara al futuro. Esto al menos en la retórica de toda una industria dispuesta a vender desde termostatos automatizados hasta asistentes virtuales para el hogar. Los consumidores, por su lado, parecieran tener otros planes en mente.

Una encuesta de la firma de consultoría Gartner reveló que tres cuartos de las personas encuestadas prefieren realizar las tareas del hogar manualmente, al menos en lo que respecta a prender la televisión, las luces de la casa o cuadrar la temperatura de su casa. Cien mil personas, en Estados Unidos, Reino Unido y Australia participaron en este análisis.

Casi dos tercios de los encuestados tiene preocupaciones sobre su privacidad en lo que respecta al internet de las cosas (IoT): este miedo está particularmente relacionado con las capacidades de escucha y registro continuo que tienen los asistentes virtuales para el hogar, como Echo de Amazon y Google Home, de Google.

El año pasado, la policía de Bentonville (Arkansas-EE.UU.) buscó obtener información de un Echo de Amazon instalado en una casa en donde ocurrió un homicidio. Esto debido a la capacidad del dispositivo de grabar constantemente lo que dicen las personas en el hogar para así responder a los requerimientos de los usuarios.

La automatización del hogar tiene sus beneficios potenciales, pero uno de los costos de usar este tipo de asistentes virtuales es el alto grado de exposición de la privacidad de los usuarios al permitir ser grabados constantemente. En su momento, Amazon se negó a proveer las grabaciones solicitadas por las autoridades.

Otro de los problemas con este tipo de tecnologías es la seguridad de los dispositivos como tal. Expertos en seguridad digital advierten de fallas en el diseño de muchos de estos aparatos, cuyas claves y opciones de configuración se encuentran fácilmente en la red.

“Desde 2015 empezamos a ver la aparición de una gran cantidad de dispositivos que se conectan con todo. ¿Qué tanta seguridad le garantizan al usuario? Cosas como relojes inteligentes o vehículos conectados a internet cada vez manejan más información sensible y es necesario pensar en la seguridad en este ámbito. Si bien todavía hay una amplia variedad de aparatos y no han emergido estándares entre ellos, en el momento en el que esto suceda, los ataques se van a masificar. Como usuarios podemos cuidar desde dónde utilizamos esos dispositivos: si nos conectamos desde el teléfono para subir y bajar las cortinas de la casa, para controlar las luces o las puertas, es necesario hacerlo desde una conexión segura por ejemplo”, advierte Camilo Gutiérrez, especialista en seguridad informática de la empresa ESET.

Una de las conclusiones más ligeras del estudio de Gartner es que IoT y los hogares inteligentes son dos tendencias que, para toda la publicidad que reciben, aún están en una infancia prematura en adopción por parte del consumidor. Los datos de la encuesta revelan que sólo el 10% de las personas analizadas tenía algún grado de automatización en sus casas.

Según la encuesta, los sistemas de seguridad son las soluciones de hogares inteligentes más diseminadas entre los usuarios; su tasa de adopción duplica a la de otras tecnologías más recientes, como el manejo automatizado de la energía.

De acuerdo con algunos análisis, los mayores beneficios del IoT se sentirán en la producción industrial, en áreas como el manejo de fábricas o el mantenimiento predictivo de equipos, así como en ciudades inteligentes (monitoreo de tráfico y seguridad pública, dos de las vertientes más interesantes para esta tecnología).

Se estima que, para 2025, IoT sea un sector que represente beneficios globales de más US$7.000 millones.

Todo esto, claro, si primero se logra convencer al consumidor promedio de que es una tecnología segura y útil. El camino es largo.

Por Redacción tecnología

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