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La unidad de estado sólido o SSD (Solid State Drive) es un componente de almacenamiento de datos que utiliza una memoria no volátil, como la memoria flash. Esto permite que no se necesite energía eléctrica para guardar información, contrario a lo que ocurre con las unidades de disco duro (HDD). Hasta hace muy poco muy comunes en computadores y consolas de videojuegos.
Las grandes diferencias entre un disco duro y una SSD es que: son menos sensibles a los golpes, son inaudibles (no emiten sonido), son más livianas y, lo que inclina la balanza definitivamente a favor de las SSD, es que permiten un acceso y procesamiento de los datos mucho más rápido. Esto significa menos latencia y un mejor rendimiento de sistemas operativos, software y transferencia de información.
Otro punto a favor de las SSD es que, mientras un disco duro puede tener una vida útil de tres a cinco años, una unidad de estado sólido puede durar entre cinco y 10 años. Además, cambiar un tipo de componente de almacenamiento por otro en un equipo es relativamente sencillo, pues ambos usan la misma interfaz lo que evita tener que emplear adaptadores.
Ahora, todo este mercado de los unidades SSD se tambalea gracias a la guerra arancelaria entre China y Estados Unidos, pero que repercute en todo el mundo. Si bien el Gobierno de Donald Trump ha excluido a los computadores y celulares de la guerra comercial, mantuvo el 145% de arancel a China, donde se fabrican la mayoría de unidades SSD en el mundo.
El mercado de las unidades SSD
Si bien los chips para aplicaciones de inteligencia artificial (IA), las CPU (procesador) y otros componentes importantes para el hardware tecnológico también están resultando afectados por la misma situación, las unidades de almacenamiento parecen ser un problema desapercibido o invisible, al menos a simple vista.
Seagate, Toshiba, Western Digital y Kingston son los principales fabricantes de soluciones de almacenamiento en el mundo. Sus cadenas de suministro esparcidas en varios países hoy que están sometidos a las decisiones que toma Trump desde la casa blanca en Washington.
Por ejemplo, Seagate produce la mayoría de sus productos en China. Y trasladar sus fábricas a Estados Unidos u otros países menos afectados no es tan fácil. Tal como ocurre con los productores de semiconductores, es necesario un sala impecable para asegurar que el más mínimo polvo no dañe el funcionamiento de este tipo de componentes.
Unidades de SSD más caras por culpa de los aranceles
Samsung, Micron y Kioxia son otras de las empresas que se dedican a este negocio. No obstante, todas estas compañías parecen tener una solución a la vista, pues también son fabricantes de discos duros, los cuales no requieren de una sala limpia para ensamblarlos.
Sin embargo, esto significaría uno o dos pasos hacia atrás en términos tecnológicos, al menos para algunas industrias. Para darse una idea y aterrizarlo a la realidad cotidiana del usuario, una unidad SSD asegura que un juego de Xbox Series X cargue en menos de 30 segundos, mientras que un título de Xbox One (que utiliza disco duro) puede demorar más de dos minutos.
Pueden parecer diferencias ínfimas, pero a la hora de comprar un artefacto tecnológico, llámese consola, computador o celular, hacen la diferencia. Eso sí, tal y como está la situación quienes quieran velocidad tendrán que pagar más aranceles que los que no.
