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El tratado ha sido firmado -aunque está pendiente de ratificación en cada estado-, además de Suiza, por países como Reino Unido, Canadá, Israel, Japón, Estados Unidos o la Unión Europa, según informaron a EFE fuentes del Consejo de Europa.
El Convenio pretende garantizar que las actividades dentro del ciclo de vida de los sistemas de inteligencia artificial sean plenamente compatibles con los derechos humanos, con la democracia y con el Estado de derecho, y que favorezcan además el progreso tecnológico y la innovación.
El Consejo de Europa, que elaboró y lanzó este Convenio el año pasado, ha puesto en marcha además una herramienta para evaluar el impacto que los sistemas de inteligencia artificial pueden tener sobre los derechos humanos y la democracia y para minimizar los riesgos de las nuevas realidades tecnológicas.
Este organismo ha puesto en marcha y a disposición de las empresas, instituciones o administraciones públicas una herramienta bautizada como ‘HUDERIA’ (acrónimo que combina las siglas en inglés de las palabras Derechos Humanos; Democracia; Estado de Derecho; y Evaluación de Impacto) que según sus promotores permite evaluar los riesgos de la inteligencia artificial para garantizar que su uso sea eficiente, ético, seguro y confiable.
Desde numerosos sectores (empresas, administraciones y organismos internacionales) se han planteado durante las últimas semanas muchas dudas sobre el hecho de que haya países o regiones del mundo mucho más garantistas que otros en la protección de los derechos humanos frente a tecnologías como la inteligencia artificial, o sobre los riesgos que acarrea el uso de esta tecnología sin atender con nitidez los riesgos que puede tener para los derechos humanos y la democracia, y en ese sentido han constatado las dudas que genera la nueva administración estadounidense.