Samsung apuesta su sonrisa en el S8

¿Podrá la multinacional coreana, con este nuevo equipo, superar a Apple y sacarle distancia a Huawei?

Redacción tecnología
30 de marzo de 2017 - 03:00 a. m.
Samsung apuesta su sonrisa en el S8
Foto: AFP - TIMOTHY A. CLARY

Cuatro años han pasado. Era marzo de 2013 y el crecimiento en ventas de Samsung le daba para todo, por ejemplo, como para lanzar su nuevo teléfono inteligente en el mayor mercado (Nueva York) de su principal competidor (Apple). Sus ejecutivos lo decían, en las puertas del Radio City, caída la tarde: es un mensaje del poder coreano, es un mensaje al mundo tecnológico que sólo ve al iPhone como lo más anhelado. Esto es Samsung. Lo es la cara de Apple. La razón de su convencimiento: no había otros grandes en el negocio en ese momento como esos dos jugadores. Ni los históricos ni los nuevos les hacían temblar la mano.

Ahora, cuatro años más tarde, tras un 2016 con 428,5 millones de celulares despachados en todo el mundo, de acuerdo con las cifras de IDC, entre todas las marcas, monto muy superior a los 400,7 millones que movieron en 2015, la mayor torta del mercado está dividida en tres: Apple, Samsung y Huawei. Por eso, como sucedió en aquel marzo de 2013 y tras un año tocado por el fracaso del Note7, Samsung tenía que dar un nuevo golpe. Y lo hizo, nuevamente, en Nueva York. Allí, en el Lincon Center, el presidente del grupo, DJ Koh, presentó el Samsung Galaxy S8, la nueva joya de la corona.

Técnicamente ofertaron un equipo grande, tanto el de 5,8 pulgadas como el de 6,2 pulgadas, pues lanzaron el S8 y S8+ (Plus). Se trata de “la nueva era del diseño de teléfonos inteligentes”, dijo el ejecutivo. En esencia, sí que se ve bien. Lo que hicieron fue extender su pantalla al límite, dejando el tradicional borde negro casi inexistente. Eliminaron el botón frontal, lo hicieron “invisible” y lo que sucede es que se activa al tacto. Como el Edge, su pantalla es curva en los laterales, el procesador mejora la visualización de la imagen y el contraste de los colores, una tradicional cámara de 12 megapixeles y la delantera con autofoco. La memoria es de 64 GB, externa hasta de 2 TB, batería de 3.000 mAh y 3.500 para el plus.

Pero más allá de lo predecible, llamó la atención la esperada puesta en marcha del asistente que ya tienen otros. El de Samsung se llama Bixby (el de Apple se llama Siri) y promete conectar con aplicaciones determinantes desarrolladas por los coreanos, como las de salud o las que enlazan a la casa inteligente, la puerta de entrada de la internet de las cosas. Atrae, con muchas estrellas en la calificación, el reconocimiento facial, el del iris -aunque ya lo habían hecho con el S4, que cambiaba la pantalla con sólo mover los ojos-, la huella digital y el de convertir el teléfono en una computadora de escritorio. Tiene un accesorio llamado DeX, es como una base en la que se coloca el celular y si se tiene un monitor y un teclado, el teléfono se convierte en el cerebro y listo, tiene su computador de escritorio. Atrae, sí, ¿pero le alcanzará para que la marca logre echar al olvido el fracaso del Note7 y, de paso, supere a Apple y le saque ventaja al creciente Huawei?

Por Redacción tecnología

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