Ser mujer y dirigir en una “industria de hombres”

Marcela Perilla y Maryury Romero son dos colombianas que, desde distintos cargos, dirigen el negocio de Dell en América Latina. Hablan sobre sus perspectivas de género en la industria y dan sus recomendaciones para apostarle cada vez más a la inclusión.

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
-Redacción Tecnología
07 de mayo de 2019 - 10:29 p. m.
Marcela Perilla, vicepresidenta de ventas para el sector comercial en Latinoamérica para Dell EMC; y Maryury Romero, Gerente General de Colombia y Ecuador para Dell EMC. / Cortesía
Marcela Perilla, vicepresidenta de ventas para el sector comercial en Latinoamérica para Dell EMC; y Maryury Romero, Gerente General de Colombia y Ecuador para Dell EMC. / Cortesía
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Solo el 11% de las mujeres trabaja en Tecnologías de la Información y Comunicaciones en Colombia, según cifras del Mintic, un sector en el que además hay déficit de profesionales (cerca de 35.000). Ante este panorama, el Gobierno creó estrategias para fomentar el estudio de estas carreras, pero las mujeres siguen marginadas de ellas, pues socialmente fueron consideradas por mucho tiempo como exclusivas de los hombres. Así lo retrató hace un par de años la profesora de la Universidad Nacional Diana López. (Lea aquí: “El futuro está en la tecnología”: Michael Dell)

La investigadora concluyó que, de los estudiantes admitidos entre el segundo semestre de 2007 y 2014 a Ingeniería Mecánica en la Universidad Nacional (sede Medellín), 1.215 fueron hombres y 99 mujeres, lo que equivale al 92% y 7%, respectivamente. Y en Ingeniería de Sistemas e Informática las cifras no distaron mucho: 1.237 hombres (91%) y 123 mujeres (9%). ¿Pero qué significa que la tecnología esté dominada por hombres? Un estudio de la organización estadounidense National Center for Women & Information Technology (NCWIT) reveló que que el 88 % de todas las patentes de tecnologías de la información (1980-2010) han sido obtenidas por grupos enteramente masculinos y solo el 2 % femeninos. Lo que conlleva, como lo señaló la NCWIT,  que la tecnología que usa el mundo ha sido desarrollada por un grupo de gente relativamente homogéneo, muy seguramente en detrimento de mayores niveles de innovación. (Lea aquí: Solo el 25 % de los puestos en computación son ocupados por mujeres)

Sumado a esto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su más reciente informe “Un paso decisivo hacia la igualdad de género”, llamó la atención sobre la brecha que aún persiste entre hombres y mujeres en el campo laboral. El estudio reveló que el 45,3% de las mujeres están empleadas, en comparación con el 71,4% de los hombres; que ellas tardan un año menos que ellos en ocupar cargos directivos, pero que sólo el 27,1% de quienes ocupan estos puestos ejecutivos son mujeres.

En ese pequeño porcentaje se ubican Marcela Perilla, vicepresidenta de ventas para el sector comercial en Latinoamérica para Dell EMC; y Maryury Romero, Gerente General de Colombia y Ecuador para Dell EMC. Las dos colombianas dirigen en la región a una de las empresas que más vende computadoras en el mundo y se han convertido en un referente en el sector, desde claman cada vez más la participación de mujeres. Perilla, mamá de dos hijos adolescentes; y Romero, una tía dedicada a sus sobrinos; reparten sus días entre los afanes del trabajo, los viajes ejecutivos y el tiempo en familia.

Ambas expresan su emoción de haber sido nombradas en cargos directivos, pues, dicen, ha sido el resultado de un largo camino profesional que empezó hace años en las facultades de ingeniería de sistema de las universidades de los Andes y Distrital. “He visto cada vez más mujeres en estas carreras, aunque no la cantidad que uno quisiera. Cuando yo estudié éramos cinco mujeres de 150 hombres en la Universidad Distrital. Y, tal vez, en ingeniería electrónica había una o dos mujeres. Claro que percibí ideas de que ‘porque es mujer no va a ser capaz, no está para eso’. Pero si uno tiene la convicción, no se puede dejar nublar”, afirma Maryury Romero, con más de 25 años de experiencia en la industria tecnológica.

“Colombia es abanderada en inclusión de mujeres en un negocio manejado tradicionalmente por hombres. Y cuando ocupamos un cargo directivo, es nuestra responsabilidad atraer a más mujeres a la tecnología. Para eso es necesario enfocarnos en el aprendizaje y la disciplina”, agrega Romero, quien ha defendido también la maternidad de las mujeres trabajadoras.

Pese a que, según la OIT, sólo el 45,8% de las madres de niños pequeños están empleadas y que éstas son las que menos probabilidades tienen de ocupar un cargo directivo, Romero asegura que en los procesos de contratación de la compañía nunca se pregunta sobre la maternidad. “Hemos contratado mujeres en estado de embarazo, sabiendo que se irán a licencia, y para nosotros es normal. Además de ofrecerles flexibilidad en horarios”, concluye la Gerente General de Colombia y Ecuador para Dell EMC.

Contrario a esto, la costumbre empresarial en Colombia apunta a usar la maternidad como forma de exclusión en los procesos de contratación laboral. De acuerdo con el estudio “Entre estereotipos: trayectorias laborales de mujeres y hombres en Colombia”, de Dejusticia, las preguntas sobre la maternidad y las responsabilidades de cuidado en las entrevistas de trabajo, aunque puedan parecer a primera vista neutras, llevan en muchos casos un “componente implícito de discriminación, o de diferenciación de los sexos que puede tener efectos discriminatorios”.

Una de las mujeres encuestadas narró que durante una entrevista laboral le pidieron su opinión sobre el embarazo y si quería tener más hijos. “Lo cual sí lo considero que es como una indirecta para saber si de pronto van a contratar a una futura madre gestante”, contó la mujer consultada por Dejusticia. La ONG afirmó que en esta exclusión fundada en la maternidad subyace la idea de que la mujer es la persona llamada a encargarse del cuidado de los hijos, mientras que el hombre en su rol de padre puede limitarse a ser el proveedor. Así, mientras que dar trabajo a este es un apoyo para un hogar, el emplear a la mujer es una carga para la empresa, pues no podría dedicar todo el tiempo que le dedicaría el hombre.

Marcela Perilla, sin embargo, recuerda que en trayectoria laboral en el sector de las TIC ha sido ascendida a cargos directivos estando en estado de embarazo y desea que otras mujeres tenga la misma experiencia, pues reconoce que su caso ha sido excepcional. La diversidad en todas sus manifestaciones, de acuerdo con Perilla, ayuda a optimizar el negocio. “El mundo es diverso”, recuerda Perilla, quien junto a un grupo de trabajo promueve el talento femenino e incentiva a las mujeres para que estudien carreras relacionadas con las tecnologías de la información y comunicación.

“La fuerza de trabajo va a necesitar muchas profesionales de este tipo porque la tecnología avanza. Creemos que las oportunidades son independientes del género, pero hay que trabajar en el inicio de la cadena, en la educación, porque en la medida en que haya menos mujeres con las competencias, las candidatas a ocupar estos cargos serán menos. Hay que cambiar la percepción de que las mujeres no son buenas para matemáticas o para la labor de innovación. No encajonemos a niñas y niños en roles exclusivos. Hoy los equipos balanceados en género son más productivos”, concluye Perilla.

Por -Redacción Tecnología

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.