Hace 30 años Nintendo no era el gigante que es ahora, pero tampoco era un principiante en la industria de los videojuegos. Después de ayudar a reconstruir el mercado en Estados Unidos con la Nintendo Entertainment System (NES) la empresa japonesa ya se había consolidado en el negocio del Gaming, a pesar de perder una generación de videoconsolas contra Sega.
Incluso, ya competía con la PlayStation 1 de Sony que no tardó mucho en arrebatarle la mayoría de las ventas, logrando en seis años lo que Sega no pudo en más de una década. Es en ese contexto que la gran N roja decidió apostar por la innovación a una escala sin precedentes hasta ese momento. Un dispositivo portátil para jugar en tres dimensiones (3D).
El proyecto fue bautizado como VR32 y al principio fue la preocupación número uno para Nintendo, incluso por encima de la que sería su plataforma de quinta generación, la Nintendo 64. Aun así terminó siendo uno de los dispositivos de juegos más criticados y olvidados en la historia de esta industria. Incluso su uso tuvo implicaciones médicas para los pocos que lo utilizaron.
Así fue como la marca de videojuegos firmó el primer gran fracaso de su historia, pero el error le permitió desarrollar satisfactoriamente la tecnología 3D en el Gaming. Algo que después apareció perfeccionado, o mejor dicho realmente bien hecho, durante la época de la Nintendo 3DS, la sucesora del sistema más vendido en la historia de la gran N.
Nintendo y su afán de seguir siendo innovador
Desde 1989 y el estruendoso éxito de la Game Boy, Nintendo comenzó a pensar en cómo llevar su experiencia de juego portátil al próximo nivel. Por eso es que dos años después comenzó el desarrollo de lo que en 1995 se convertiría en la revolucionaria Virtual Boy.
Lo hizo de la mano de Reflection Technology, una compañía estadounidense fabricante de pantallas 3D monocromáticas pensadas para la ciencia y no para los videojuegos. Era tan importante este proyecto para Nintendo que abrió una planta de fabricación en China únicamente para la manufactura de esta nueva consola y la enorme demanda que le auguraban.
No obstante, antes de salir a la venta, la marca japonesa tuvo que sortear muchos problemas relacionados con el precio de la plataforma, pues producirla era muy costoso, y las implicaciones de salud que acarreaba tener una pantalla totalmente roja a 10 centímetros de los ojos.
La Virtual Boy se estrenó sin estar terminada
Finalmente, el 21 de julio de 1995 la Virtual Boy de Nintendo fue lanzada en Japón a un precio cercano a los 200 dólares y la promesa de vender tres millones de unidades en nueve meses. Sin embargo, la realidad fue muy distinta y marcó la historia de la empresa.
A pesar de vender cada unidad de la Virtual Boy con una copia de Mario Tennis, la falta de seguimiento craneal, su nula portabilidad y la incomodidad en los ojos con tan solo 10 minutos de uso hicieron que el sistema de 32 bits cosechará malas críticas en poco tiempo.
Con el tiempo los especialistas de la GamePro, una revista de Gaming, la posicionó en el quinto lugar de “Las 10 peores consolas vendidas de todos los tiempos” en 2007. Al final, se trataba de una paso hacia adelante en términos tecnológicos, pero sin responder a una necesidad en específico de los usuarios y sin estar perfeccionada para lanzar al público.
Problemas de salud por culpa de la Virtual Boy
Más allá de no cumplir con las expectativas de venta, apenas 770.000 unidades en todo el mundo, la Virtual Boy de Nintendo ocasionó graves problemas de salud en quienes la utilizaron. Desde mareos, pasando por náuseas, hasta llegar a las alteraciones en la vista en los casos más graves.
Adicionalmente, con un catálogo de apenas 22 videojuegos no valía la pena poner en riesgo los ojos o la visión a largo plazo por jugar con la Virtual Boy. Y aunque su sistema 3D estereoscópico funcionaba bien, nunca llego a la profundidad de campo que los gamers de la época se imaginaron.
En 1996, Nintendo desistió de la idea y decidió discontinuar la producción de esta consola e invertir todos sus recursos en la Nintendo 64. La cual tampoco fue un éxito en ventas, fue apabullada por la PS1, pero por lo menos no puso en riesgo la salud de los jugadores.
Conclusiones de la Nintendo Virtual Boy
¿Qué le quedo a Nintendo luego de su primer gran fracaso? Aparte de las millonarias perdidas económicas, la marca de Gaming reculó en eso de innovar por innovar. Se prometió a sí misma volver a apostar por un proyecto fuera del molde solo cuando el mercado se lo pidiera.
Así fue como llegaron sus éxitos más recientes como la Nintendo Switch, la Nintendo Wii y la Nintendo DS, la primera consola portátil de dos pantallas. A la cual le siguió la 3DS (2011) como la primera plataforma de juegos en tres dimensiones sin la necesidad de lentes en 3D.
Esta utilizaba una tecnología de seguimiento ocular que va cambiando la imagen en pantalla dependiendo de los movimientos del jugador para simular el efecto 3D. Y a pesar de que la gran N roja aún no entra en el negocio de las gafas de realidad virtual (VR), tiene toda la tecnología para hacerlo.
En conclusión, la Virtual Boy de Nintendo siempre será recordada, si es que hay espacio en la memoria para ella, como un momento humilde para la compañía nipona. El día que se dieron cuenta de que a veces, solo a veces, innovar no es siempre el mejor negocio o por lo menos no al corto plazo.