Egan Bernal: “No veo la hora de llevar esta camiseta a Colombia”

El ciclista cundinamarqués, nuevo campeón del Tour de Francia, habló con El Espectador tras lograr el éxito más importante en la historia de nuestro deporte.

Camilo Amaya - Enviado Especial a París
29 de julio de 2019 - 01:00 a. m.
Egan Bernal: “No veo la hora de llevar esta camiseta a Colombia”

En los últimos días, con sus horas y minutos y hasta segundos, Egan Bernal ha tratado de hacer polo a tierra y dimensionar su presente, una realidad que lo tiene como el campeón del Tour de Francia.

El colombiano, espectacular en la montaña, inteligente en el llano y muy constante contra el reloj, todavía mantiene el asombro y como si tuviera un catalejo hace el esfuerzo de mirar atrás y entender cada paso, cada decisión tomada, cada palabra de aliento y cada tristeza para llegar adonde ha llegado: al primer escalón del podio en los Campos Elíseos.

Y con los ojos aguados Egan aguanta el llanto antes de hablar, cambia de semblante y muestra esa coherencia de palabras que asombra, una capacidad de hilar ideas que hacen de él un ganador más completo, el referente de una generación que además de entrenar muy bien las piernas no descuida la cabeza.

El cundinamarqués de 22 años se sentó con una calma extrema y una por una respondió las preguntas de quienes lo ven hoy como el corredor más completo del World Tour. Lo hizo en español para los suyos, en inglés para los otros y en italiano para quienes lo vieron crecer en Italia. Hasta incursionó con un francés entendible para asegurar que la Grande Boucle es lo que había soñado de niño.

¿Cree en las casualidades? Si no se hubiera caído antes del Giro quizá no estaría acá.

Bueno, seguramente no, porque correr un Giro y después recuperarte para el Tour es muy complicado. De hecho, dos horas después de que me fracturé la clavícula, cuando todavía no me habían dado algo contra el dolor, le pregunté a mi entrenador que cuántos días faltaban para la carrera francesa. Desde ahí supe que tenía que ir y por fortuna no me equivoqué.

Estudió unos semestres de periodismo. ¿Cómo escribiría su historia, lo que ha hecho?

Uy, no sabría ni por dónde comenzar. No he tenido tiempo de analizar y saber lo que estoy viviendo. Ha pasado todo tan rápido que ni me doy cuenta. Ya gané el Tour y sigo sin creerlo.

Me imagino la agenda tan apretada…

Te levantas, vas adonde el médico, te pesas, hablas de pulsaciones, desayunas, después viene la charla técnica, la carrera, las ruedas de prensa, el masaje y de nuevo a dormir. No te queda tiempo ni de hablar con tu familia. No sé lo que está pasando en Colombia, ni siquiera lo que sucede fuera del equipo. Pero puede que sea mejor así.

Pues la gente en el país está enloquecida con su primer Tour de Francia.

¡Me imagino! Esto es para que se den cuenta de que en Colombia tenemos buenos ciclistas, buenas personas y que somos un país que vive este deporte de una manera diferente. Además, no habíamos tenido suerte antes. Nairo fue segundo, Rigoberto también, y siempre faltó un poco para festejar en los Campos Elíseos.

¿Qué análisis puede hacer de lo que ha vivido el ciclismo colombiano en los últimos años?

Es una ola, y va creciendo desmedidamente. Los equipos se dan cuenta y tratan de buscar más corredores. Y eso es importante porque al otro lado del Atlántico se pierden de grandes cosas y es necesario que estén pendientes porque detrás mío vienen más.

¿Qué sintió cuando los vio el día que se vistió de amarillo?

Mi novia (Xiomara) ha estado desde el principio y ha hecho el proceso a mi lado. Los sacrificios que he hecho ella los ha asumido también. Igual mi papá. Él sale conmigo en la moto cuando entreno, sabe cuántos kilómetros hago, cómo los hago y el esfuerzo que pongo en mi entrenamiento. Es muy lindo tenerlos acá y verlos emocionados, así como a Pablo Mazuera, quien me apoyó y patrocinó en mis comienzos: él es el culpable de todo esto.

Tiene 22 años. ¿Ha pensado en lo que vendrá?

Esto es como una droga, como un vicio. Y ganas y ya estás pensando en obtener otro. Uno como ciclista no se conforma y siempre irá por más. Pero ahora quiero relajarme, tomar las cosas con calma e ir paso a paso.

Se imaginará cómo está Colombia, ¿no?

Estoy muy orgulloso de ser colombiano. No veo la hora de llevar esta camiseta a mi país. Nos merecíamos el Tour desde hace mucho tiempo.

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Por Camilo Amaya - Enviado Especial a París

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