Egan hizo historia en el Tour de Francia

En la etapa 20 el cundinamarqués sentenció el triunfo más importante en la historia de nuestro deporte. El máximo sueño del ciclismo se hará realidad.

Camilo Amaya - Enviado Especial a París
28 de julio de 2019 - 01:00 a. m.
Sábado 27 de julio de 2019: Egan Bernal sentencia a su favor el Tour de Francia 2019, haciendo realidad el sueño por el que los escarabajos colombianos pedaleaban desde los años 80. / AFP
Sábado 27 de julio de 2019: Egan Bernal sentencia a su favor el Tour de Francia 2019, haciendo realidad el sueño por el que los escarabajos colombianos pedaleaban desde los años 80. / AFP

Unos lo vieron desde el parque principal de Zipaquirá, otros pocos en el ascenso a Val Thorens. Los más meticulosos se enteraron que la etapa 20 del Tour de Francia fue recortada y se extendieron a lo largo de los 33,4 kilómetros que tiene la cima más alta de este Tour de Francia (como llegada de jornada), una estación de esquí en la que el golpe del sol es tolerable por el aire frío que baja de los pocos glaciares que quedan en los picos. Y fue imposible no reconocerlos, porque los colombianos somos difíciles de camuflar, y emotivos, y expresamos los sentimientos con gritos y movimientos. Y las gentes se contagian de la alegría, y la toman como propia. Como por ejemplo, Dieter Senft, mejor conocido como Didi Senft, un diseñador de bicicletas, fanático de las pruebas de las Ardenas, que se unió a un colombiano para pintar en una rampa empinada, muy estrecha, el apellido más famoso en Francia, el que la gente más repite en nuestro país: Bernal.

Egan por fin se vistió de amarillo en la carretera, y antes de la salida se le vio emocionado, con ese orgullo sano de las personas que no pueden dejar de ser sensibles y sencillas, de un ciclista que tiene el amor de los suyos, el cariño de todos, el respeto de sus rivales y la lealtad de sus compañeros.

Su leyenda en el Tour arrancó el viernes pasado con el golpe que les dio a los demás en el Galibier. Y cautivó a Raymond Poulidor, el eterno segundo de los Tours. “Este chico tiene el potencial de ganar más la Grande Bouclé. Y lo hará. Su país puede estar tranquilo”, dijo a manera de sentencia, de una forma reconfortante. Y nadie mejor que él para entender el sentimiento de estar muchas veces por detrás del primero.

El cundinamarqués estuvo protegido por su Ineos durante la etapa 20, sin mayores problemas, y fue el más buscado no solo por sus compatriotas que llegaron a los Alpes hasta con un día de antelación para lograr un buen lugar al pie de la vía, sino por el resto, por todos los aficionados al ciclismo porque Egan los volvió colombianistas.

(Egan Bernal, un campeón desde antes de nacer)

Y pasó lo que los incrédulos y escépticos no creían: Geraint Thomas le puso la rueda a Bernal. Y el pedalista de 22 años fue la estrella de la escuadra más importante del mundo, de la poderosa y omnipresente, algo nunca antes visto. Y con la ligereza del que no sufre en este tipo de subidas, Egan se dio el lujo de mirar a los que corrieron a su lado, como un hombre que entregó todas sus fuerzas para que viera la bandera colombiana.

Y mientras Egan iba a una velocidad crucero, Julian Alaphilippe sufría con su andar limitado, como anticiparon los conocedores de este deporte. El rostro sereno disimuló un poco la felicidad, y el miedo de todos, de que sucediera algo inesperado, se esfumó. (En video: Egan, a una etapa de convertirse en campeón del Tour de Francia)

Y con vigor los hinchas en el podio gritaron Egan, campeón, como lo hicieron un día atrás, como lo han hecho desde que comenzó la carrera en Bruselas, cuando apaciguaba los triunfalismos adelantados. “No me creo que lo he pasado. Hace unos años, estando en el MTB, veía todo lo que envuelve la ruta muy lejano. Y ahora estoy acá. Y me lo quiero gozar”, sus palabras antes de tomar la partida de las que serían las mejores tres semanas de su vida.

Ayer se vio el puño apretado en la meta, cuando cruzó en el cuarto lugar a 17 segundos de Vincenzo Nibali, el vencedor de la corta travesía, y se repitió el abrazo con su novia Xiomara, la mirada noble al padre Germán como agradecimiento, y la alegría de un joven que todavía no se cree lo que ha hecho: ser el primer colombiano en ganar la prueba más grande del ciclismo mundial.

Egan, nombre que significa ser que irradia la luz, brilló de amarillo, cautivó de Bruselas a París y ahora tendrá toda una vida para recordar que él, en este 2019, es el campeón del Tour de Francia. Egan no hizo historia, Egan es la historia misma.

Por Camilo Amaya - Enviado Especial a París

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