Río de Janeiro no solo se destaca por sus numerosas e inigualables playas, por su gastronomía, sus cerros y amabilidad carioca; sino también, porque en el corazón de la ciudad se ubica la selva urbana más grande del mundo. Le mostramos algunos ángulos de la ‘Cidade Maravilhosa’ de Brasil.
Panorámica desde el cerro Pan de Azúcar, a 396 metros arriba del nivel del mar.
MIGUEL CRUZ
El Cristo Redentor, construido en 1931, corona el cerro más alto del Parque Nacional Tijuca.
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El parque Nacional Tijuca conforma la selva urbana más grande del mundo, con 4000 hectáreas de bosque protejido.
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‘Parque Lage’ es un espacio de puro verde que reúne a los enamorados y fiesteros de la Ciudad Maravillosa, sus 52 hectáreas de naturaleza rodean la casa antigua del siglo XIX en donde ahora funciona la Escuela de Artes Visuales Parque Lage.
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Mural en el Cerro de Urca, en donde se ubica el teleférico más antiguo en funcionamiento del mundo y el cual posee más de un kilómetro de trayectoria.
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Panorámica desde el Cerro Corcovado, a 710 metros sobre el nivel del mar. Al fondo se aprecia el cerro Pan de Azúcar.
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La playa de Copacabana, Leblon, Ipanema, Botafogo, Flamengo, Gávea o la playa roja de Vermelha, son solo una pequeña muestra de la variedad de playas que hay en Río.
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En Río de Janerio es común ver cariocas disfrutando de sus playa mientras realizan diferentes tipos de deporte, desde 'futvoley' hasta capoeira.
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Las 4000 hectáreas de selva urbana ha permitido que animales como tucanes, varios tipos de monos y algunos anfibios aprendan a convivir con la presencia de visitantes y locales.
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En Río de Janeiro muchas edificaciones coloniales se encuentran cerca de la playa y rodeadas de árboles tropicales.