
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Colombia se prepara para brillar en el escenario del turismo rural internacional. Y es que ocho pueblos han sido seleccionados por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo para representar al país en la edición 2025 del programa Best Tourism Villages, impulsado por ONU Turismo.
Estos destinos, con menos de 15.000 habitantes, no solo conservan con orgullo sus tradiciones agrícolas, forestales y ganaderas, sino que han encontrado en el turismo una herramienta para compartir su cultura y forma de vida con el mundo. La elección, resultado de un riguroso proceso técnico y cualitativo, destaca propuestas que combinan sostenibilidad, identidad local y visión estratégica.
En total, 28 municipios de 13 departamentos se postularon, pero solo unos pocos lograron destacar por su autenticidad y compromiso con el desarrollo rural. ¿Qué hace únicos a estos pueblos y por qué merecen el reconocimiento global? Aquí se lo contamos.
- Murillo (Tolima)
Este municipio tolimense, situado a una altitud excepcional de 3,000 metros sobre el nivel del mar, ostenta el título de ser el más alto de su departamento, una distinción que va mucho más allá de un simple dato estadístico. Su ubicación a 130 kilómetros de Ibagué y 78 kilómetros de Manizales lo posiciona estratégicamente en la cordillera andina, donde la proximidad al Nevado del Ruiz no solo define su paisaje sino que también determina su clima, su ecosistema y, fundamentalmente, su identidad turística. Esta altura extraordinaria crea un microclima único que ha permitido el desarrollo de ecosistemas de páramo y bosque alto andino, convirtiendo al municipio en una ventana natural hacia uno de los paisajes más espectaculares de Colombia.
Murillo combina patrimonio cultural y riqueza natural en un entorno andino único. Su casco urbano conserva la arquitectura tradicional de “Tabla Parada”, visible en la Casa Murillo y la Parroquia de la Medalla Milagrosa. Sus atractivos naturales destacan aún más: aguas termales como La Cabaña, lagunas como El Escondite y paisajes como el Cañón del Río Lagunilla, que ofrece vistas del Nevado del Ruiz.
- Sutatenza (Boyacá)
Sutatenza es un ejemplo inspirador de cómo una comunidad rural puede transformarse a través de la innovación educativa y la preservación cultural. Ubicado en Boyacá, este municipio fue cuna de Radio Sutatenza, una emisora fundada en 1947 por el sacerdote José Joaquín Salcedo Guarín, que revolucionó la educación campesina usando la radio como herramienta pedagógica. De hecho, el museo local, establecido en 1963, preserva equipos originales de transmisión y documenta cómo esta experiencia pionera sentó las bases para programas de educación a distancia que posteriormente se replicarían en toda América Latina.
Hoy, Sutatenza conjuga su legado histórico con un modelo de turismo rural sostenible que pone en valor sus tradiciones y saberes locales. Conserva oficios ancestrales como el tejido en chin, resguarda una arquitectura colonial con calles empedradas que invitan al recorrido pausado, y promueve rutas ecoturísticas como el Sendero de la Cestería, donde se integran la educación ambiental y la demostración artesanal. Esta visión integral del turismo permite que la comunidad mantenga vivas sus raíces mientras crea oportunidades económicas sostenibles.
- Colón (Putumayo)
Este municipio putumayense, fundado en 1916 por el fraile franciscano Fidel de Montclar bajo el nombre de Sucre y rebautizado como Colón en 1936, se ubica a 90 kilómetros de Mocoa, en la zona de transición entre la cordillera andina y la llanura amazónica. Su localización estratégica no fue fortuita: permitió que se consolidara como un punto de encuentro para colonos, principalmente provenientes de Nariño, que buscaban nuevas oportunidades en territorios poco habitados. Con el tiempo, se integraron comunidades indígenas que adoptaron muchas de las costumbres locales, dando lugar a un tejido social diverso donde se entrelazan múltiples tradiciones culturales.
La transformación de Colón, de asentamiento colonial a destino turístico sostenible, refleja la capacidad de esta comunidad para reinventarse sin perder su esencia. Entre sus principales atractivos se destacan la gruta de San Sebastián, la riqueza botánica de sus orquídeas nativas, los ecosistemas de páramo y la arquitectura religiosa de su imponente iglesia. Esta oferta turística, que trasciende el ecoturismo, incorpora también experiencias espirituales, culturales y gastronómicas. Las fiestas patronales y las prácticas artesanales no solo preservan el legado local, sino que invitan al visitante a ser parte de una experiencia inmersiva que revela la identidad viva de Colón.
- Paicol (Huila),
Situado estratégicamente en las estribaciones de la cordillera central donde confluyen los ríos Magdalena y Páez, este destino emergente se ha consolidado como uno de los más impresionantes de Colombia gracias a su rica diversidad de atractivos naturales y culturales. Entre sus principales joyas se encuentran la Cueva Caja de Agua, la Quebrada Las Delicias, la venerada Iglesia Santa Rosa de Lima (declarada Patrimonio Arquitectónico y Cultural), el Parque Natural Municipal Cerro San Jacinto, la Cascada La Serpiente y diversas cavernas y quebradas que adornan su paisaje montañoso.
La belleza natural de Paicol se complementa perfectamente con su oferta de aventura y experiencias auténticas, convirtiéndolo en un paraíso para los amantes de los deportes extremos donde se pueden practicar senderismo, ciclismo de montaña, rappel, espeleología y rafting. Además, el municipio ofrece una experiencia única para los aficionados al turismo gastronómico a través de su ruta experiencial del café y cacao, donde los visitantes pueden explorar las plantaciones locales y conocer los procesos de producción de estos productos emblemáticos colombianos.
- Consacá (Nariño)
Consacá, municipio colombiano ubicado en el departamento de Nariño a cincuenta kilómetros de San Juan de Pasto, se distingue como uno de los territorios de mayor importancia histórica y cultural de la región. Situado en las faldas del imponente volcán Galeras, este municipio fue testigo de la histórica Batalla de Bomboná del Libertador Simón Bolívar, cuyo legado perdura en sitios como la Hacienda San Antonio de Bomboná, donde las tropas bolivarianas encontraron refugio, y la Piedra de Bolívar, monumento que honra la campaña libertadora. Sus paisajes están enmarcados por los verdes terrenos sembrados que se extienden hasta las orillas de los ríos Azufral y Guátiara, coronados por la belleza esmeralda de su Laguna Verde.
La riqueza cultural de Consacá se manifiesta también en sus festividades que atraen visitantes durante todo el año. Entre las celebraciones más destacadas se encuentran la Feria Campesina y Cultural realizada del 20 al 23 de julio, la Fiesta de Nuestra Señora la Virgen del Tránsito a mediados de agosto, y su participación en el tradicional Carnaval de Negros y Blancos del 4 al 6 de enero.
Jericó (Antioquia)
Jericó, conocido como la “Atenas del Suroeste”, es un municipio antioqueño enclavado en las montañas de la cordillera Occidental, en plena región cafetera del suroeste. Se destaca por su riqueza arquitectónica y cultural que lo ha hecho parte de la Red de Pueblos Patrimonio de Colombia. Las calles empedradas, las fachadas coloridas y los balcones de madera reflejan el legado de la colonización antioqueña y le otorgan un carácter único que encanta a los visitantes. Este lugar es un importante destino de turismo religioso pues es la tierra natal de la Madre Laura, la primera santa de Colombia, cuya casa ha sido convertida en museo y santuario, atrayendo peregrinos y viajeros que buscan una experiencia espiritual en un entorno patrimonial excepcional.
La experiencia en Jericó trasciende su arquitectura colonial para sumergir a los visitantes en las fascinantes tradiciones rurales paisas y la excelencia de su cultura cafetera. Las empinadas laderas montañosas que rodean albergan encantadoras fincas cafeteras, reservas naturales como el Parque Las Nubes, y miradores panorámicos como el Cerro El Salvador con su estatua del Cristo Redentor. Los visitantes pueden participar en degustaciones de café galardonado con baristas profesionales, explorar talleres artesanales del tradicional carriel paisa, y descubrir la biodiversidad local en el Jardín Botánico Los Balsos.
- Sesquilé (Cundinamarca):
Este municipio cundinamarqués, entre 45 y 55 kilómetros al noreste de Bogotá, ilustra perfectamente la continuidad cultural que caracteriza muchas regiones andinas. Fundado oficialmente en 1537 sobre territorio muisca ancestral, Sesquilé se sitúa estratégicamente en la Cordillera Oriental a 2,600 metros de altitud, una ubicación que no solo determina su clima frío sino que también explica su importancia histórica como punto de encuentro entre diferentes culturas.
Una joya de Sesquilé es la legendaria Laguna de Guatavita, situada en la vereda Tierra Negra y reconocida como una maravilla natural colombiana. Esta laguna tiene un valor cultural profundo: fue aquí donde los muiscas realizaban ceremonias de ofrenda que dieron origen a la leyenda de El Dorado.
Sin embargo, más allá de su significado histórico, el municipio ha desarrollado una oferta turística diversificada que incluye senderos ancestrales para los amantes de las caminatas como el de Cerro Las Tres Viejas y el páramo de Guatanfur, además de actividades culturales como el mercado campesino mensual y el Festival Al Compás de Tominejo.
Providencia y Santa Catalina
Providencia, municipio colombiano del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, está conformado por las islas de Providencia y Santa Catalina, ubicadas a una altura media de 12 metros sobre el nivel del mar con una temperatura promedio de 26 grados Celsius. Fundado durante el siglo XVIII y reconocido como municipio en 1952, este paraíso caribeño ofrece una experiencia única donde la diversidad cultural se refleja en cada aspecto de la vida isleña. Sus aguas cristalinas son perfectas para actividades como snorkeling en la Cabeza de Morgan y el Puente de los Enamorados, buceo, kayaking por la bahía de Old Providence, y avistamiento de especies marinas como barracudas, jureles, pargos, rayas, tiburones, delfines y tortugas carey. En su punto más alto, The Peak (360 metros sobre el nivel del mar), nacen los arroyos que abastecen de agua dulce a toda la población.
La riqueza cultural de Providencia se manifiesta tanto en su gastronomía como en sus tradiciones musicales, producto de la confluencia de diversas culturas a lo largo de la historia. La cocina local destaca platos emblemáticos como el tradicional rondón (rundown) preparado con yuca, ñame, plátano, batata, caracol y pescado, la sopa de cangrejo negro con leche de coco y especias aromáticas, y el Jhonny Cake, una torta elaborada con ingredientes locales. La música isleña fusiona ritmos europeos como la polca, quadrille, mazurca y schotisse con adaptaciones caribeñas, incorporando instrumentos únicos como la Horse Jawbone (quijada de caballo) y el Tub bass.
👀🌎📄 ¿Ya está enterado de las últimas noticias del turismo en Colombia y en el mundo? Lo invitamos a verlas en El Espectador.
