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Si está planeando una luna de miel en Colombia, está eligiendo un país que lo tiene todo: desde playas paradisíacas hasta montañas imponentes, pasando por pueblos coloniales llenos de historia, selvas exuberantes y ciudades que no duermen.
Pensando en esa variedad de gustos y estilos, Booking.com ha identificado los destinos nacionales más recomendados para lunas de miel, con base en miles de comentarios de viajeros reales que se hospedaron en Colombia. Esta selección se elaboró considerando factores como la calidez del ambiente, las actividades disponibles, el nivel de hospitalidad y las experiencias románticas que cada lugar puede ofrecer. El resultado: un recorrido por destinos que invitan a desconectarse del mundo y a conectarse entre sí.
Para la pareja aventurera:
- San Gil
San Gil es reconocido como la capital de los deportes de riesgo en Colombia, un pequeño municipio andino ubicado en el departamento de Santander que ofrece una experiencia única para los amantes de la adrenalina. Esta pintoresca ciudad, atravesada por el río Fonce, se ha convertido en el destino perfecto para quienes buscan emociones fuertes en medio de la espectacular naturaleza de los Andes orientales colombianos. Entre las actividades más populares se encuentran el rafting en los ríos Fonce y Suárez, el parapente sobre el majestuoso Cañón del Chicamocha, la exploración de cuevas subterráneas como la Cueva de la Vaca y la Cueva del Indio, el rapel en las impresionantes Cascadas de Juan Curí que caen desde 200 metros de altura, y el barranquismo en diversos escenarios naturales.
Más allá de los deportes extremos, San Gil ofrece una rica experiencia cultural y natural que incluye el mágico Parque Natural El Gallineral, donde casi dos mil árboles cubiertos de musgo español crean un ambiente de bosque encantado. Los visitantes pueden relajarse en balnearios como Pozo Azul y Pescaderito, explorar pueblos de montaña cercanos, disfrutar de la gastronomía santandereana tradicional, y admirar la arquitectura colonial representada por la Catedral de Santa Cruz del siglo XVIII.
Para la pareja rumbera: fiesta hasta el amanecer
- Cartagena de Indias
Cartagena de Indias se ha consolidado como el mejor destino de luna de miel líder en América del Sur, ganando por quinta vez consecutiva los World Travel Awards entre 2018 y 2022. Esta ciudad caribeña, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1984, ofrece el escenario perfecto para las parejas que desean que la magia de su matrimonio continúe en un ambiente lleno de romance y diversión. Con sus murallas coloniales, calles empedradas, arquitectura histórica y la posibilidad de pasear en un coche clásico mientras un trío toca boleros románticos, Cartagena envuelve a los recién casados en una atmósfera única donde pueden caminar tomados de la mano por la playa, disfrutar de cenas gourmet con pescado en agua de coco, y contemplar atardeceres desde los baluartes de las murallas.
La experiencia cartagenera va más allá del romance tradicional, ofreciendo una vida nocturna que permite a las parejas bailar champeta, salsa y son cubano hasta el amanecer, mientras disfrutan de cocteles como la margarita de mango biche en terrazas con vistas al mar. La ciudad combina perfectamente cultura, historia y diversión con sitios emblemáticos como el Castillo de San Felipe, el colorido barrio de Getsemaní con sus grafitis artísticos, Las Bóvedas convertidas en galerías de arte y bares, y excursiones a las paradisíacas Islas del Rosario y Barú.
- Medellín
Medellín se ha posicionado como uno de los destinos más atractivos para el turismo de bodas y romance en Colombia, experimentando un crecimiento del 15% en los últimos años según la Cámara de Comercio de Medellín. Conocida como la “Ciudad de la Eterna Primavera” por su clima perfecto de 19°C durante todo el año, esta metrópoli antioqueña combina la calidez paisa con la sofisticación urbana, ofreciendo a las parejas recién casadas una experiencia única que va desde la cultura hasta la vida nocturna. La ciudad, nombrada la más innovadora del mundo en 2013, cuenta con una amplia oferta de espacios románticos que incluyen desde fincas campestres hasta hoteles boutique exclusivos, museos como El Castillo, y lugares emblemáticos como el Jardín Botánico, el Pueblito Paisa en el Cerro Nutibara, y excursiones a Guatapé con su famosa Piedra del Peñol, donde las parejas pueden disfrutar de paisajes únicos rodeados de lagos y montañas.
La propuesta de Medellín para lunas de miel va más allá del romance tradicional, ofreciendo una escena nocturna vibrante perfecta para parejas que quieren que la fiesta continúe después del matrimonio. El Poblado y Provenza se han convertido en epicentros de la vida nocturna con bares ocultos, discotecas especializadas en reguetón y electrónica, y rooftops ideales para brindar por el futuro, mientras que plataformas como Booking.com facilitan encontrar alojamientos cerca de la movida con terrazas privadas, jacuzzis y hasta DJs en vivo.
Para la pareja sostenible: amor con propósito
- Minca
Minca, conocida como la capital ecológica de Colombia, se presenta como el destino perfecto para parejas que buscan una luna de miel que refleje sus valores ambientales compartidos. Ubicada a solo 21 kilómetros de Santa Marta en las estribaciones de la Sierra Nevada, esta pequeña localidad ofrece una experiencia única donde el romance se combina con la sostenibilidad. Las parejas pueden sumergirse en la cultura ancestral visitando el Museo del Cacao, donde encontrarán la única fábrica artesanal de chocolate de la zona con productos cultivados orgánicamente por las cuatro etnias indígenas que habitan la Sierra Nevada: Archuacos, Wiwas, Kogis y Kankuamos.
La experiencia en Minca va más allá del turismo convencional, ofreciendo a las parejas la oportunidad de fortalecer su vínculo a través de actividades que honran la naturaleza y el bienestar conjunto. Entre los senderos ecológicos que conducen a las Cascadas de Marinka y Pozo Azul, donde pueden disfrutar de masajes de hidroterapia natural en aguas cristalinas, los recién casados encuentran espacios de desconexión y relajación profunda. El avistamiento de más de 300 especies de aves, incluyendo tucanes, guacamayos y colibríes, se convierte en una metáfora del cuidado mutuo y la observación consciente del mundo que los rodea.
Para la pareja foodie
- Villa de Leyva
Villa de Leyva se presenta como el destino perfecto para parejas que buscan una luna de miel donde los sabores locales sean protagonistas de su experiencia romántica. Este encantador pueblo colonial, fundado en 1572 siguiendo las normas arquitectónicas españolas, ofrece una atmósfera única con sus fachadas blancas imponentes, ventanales y puertas de madera asombrosas, y bellos balcones de influencia morisca que crean el escenario ideal para una experiencia culinaria inolvidable. Entre sus calles empedradas que conectan emocionalmente el Nuevo Mundo con la tradición hispánica, las parejas pueden disfrutar desde desayunos con pan artesanal y arepas boyacenses hasta almuerzos con platos de autor que incorporan ingredientes locales como papa criolla, cabrito y quinua.
La magia culinaria de Villa de Leyva se intensifica en su plaza mayor, donde las parejas pueden vivir momentos únicos tomando chocolate caliente con queso en las cafeterías tradicionales, mientras contemplan las montañas que rodean este pueblo patrimonio. Los recién casados pueden planificar cenas románticas a la luz de las velas en restaurantes ubicados en casas coloniales con patios de época.
Para la pareja zen:
- Bahía Solano
Bahía Solano emerge como el destino perfecto para parejas que buscan una luna de miel de desconexión profunda entre la exuberante selva del Chocó y las aguas cristalinas del océano Pacífico. Este municipio ofrece una experiencia transformadora donde los días transcurren entre caminatas por la húmeda selva chocoana hasta cascadas escondidas como El Salto del Aeropuerto y El Salto de Chocolatal, sesiones de yoga frente al mar en playas solitarias como El Almejal, y momentos de relajación en alojamientos como la Posada Turística Rocas De Cabo Marzo.
La experiencia en Bahía Solano se complementa con la riqueza gastronómica del Pacífico, donde sabores frescos y auténticos como el arroz de piangua, el encocado de pescado con corvina y pargo rojo, y el sancocho de tres carnes, adobados con coco y especias regionales como albahaca y cilantro cimarrón, convierten cada comida en una celebración sensorial. Las parejas pueden explorar ecosistemas únicos en el Parque Nacional Natural Utría, con sus 54.380 hectáreas que equivalen a 159 Central Parks, donde caminan entre manglares con cuatro de las siete especies de mangle colombianas, practican kayaking, buceo y snorkeling en islotes como Morros Vidales, y observan el proceso de anidación de tortugas marinas entre julio y diciembre.
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