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Río de Janeiro es una ciudad de película. No solo por las múltiples producciones audiovisuales que se han realizado en sus calles, sino que los contrastes entre playas, bosques, cerros, montañas, favelas y edificios hacen de esta ciudad el mejor escenario para grabar un premiada película o pasar unas inigualables vacaciones en familia, con amigos o un viaje en solitario, pues las opciones que ofrece la Ciudad Maravillosa de Brasil se adaptan al bolsillo y gustos de los viajeros.
Como cualquier otra ciudad principal del mundo, Río posee un gran movimiento durante el día y la noche, sin embargo, también cuenta con rincones llenos de magia rodeados de naturaleza que garantizarán, en todos los casos, conseguir la mejor comida y las mejores postales de esta ciudad.
Las playas
En las playas de Río de Janeiro es donde más se puede apreciar la diversidad y la amabilidad carioca. Los restaurantes y bares a poco metros del mar en donde se puede disfrutar una buena caipiriña o un rica comida se mezclan con los puestos en la calle en donde y el mercado nocturno en donde se puede encontrar el mejor souvenir para recordar esta ciudad.
La playa de Copacabana, Leblon, Ipanema, Botafogo, Flamengo, Gávea o la playa roja de Vermelha, son solo una pequeña muestra de la variedad de playas que hay en Río, y seguramente en todas habrá un grupo de locales que te invitan a jugar futvóley mientras se disfruta una cerveza Bohemia o Praya, insignias de Río de Janeiro.
Cerro Corcovado
Es ahí donde se ubica el emblemático Cristo Redentor, ícono carioca por excelencia y solo hace falta alzar la mirada desde casi cualquier calle de la ciudad para poderlo apreciar. El Cristo de 30 metros de altura y cerca de 1200 toneladas se ubica en el cerro de Corcovado, a 710 metros sobre el nivel del mar y desde 1931 corona el cerro más alto del Parque Nacional Tijuca, la selva urbana más grande del mundo, con más de 4000 hectáreas de bosque tropical protegido.
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Sin duda, una de las mejores vistas que hay de Río de Janeiro se pueden apreciar desde el mirador del Cristo Redentor, y para llegar a él existen tres opciones: tomar el Tren de Corcovado, en el barrio Cosme Velho, subir demora 20 minutos y se puede apreciar la flora y fauna del parque. Subir en furgoneta o van, se puede tomar fuera de la estación del Tren de Corcovado y demora 30 minutos. Y, si lo suyo es el deporte, puede subir caminando por la ruta de las furgonetas o, otro sendero que inicia en el Parque Lage, ambos recorridos son de aproximadamente seis kilómetros. Sin importar como suba, arriba encontrará el mejor escenario para tomarse esa foto en uno de los siete monumentos del mundo moderno.
Parque Lague
Arquitectura del siglo XIX mezclado con naturaleza y arte. Este espacio de 52 hectáreas de naturaleza reúne a los enamorados, fiesteros y curiosos de Río de Janeiro, el jardín romántico de estilo europeo colinda con el bosque nativo Mata Atlántica y se ubica a los pies del cerro Corcovado. La casa antigua, en donde ahora funciona la Escuela de Artes Visuales Parque Lage, ofrece formación gratuita a artistas principiantes, cursos de capacitación en arte para jóvenes, además de una intensa programación de exposiciones artísticas.
Y en el patio central también funciona una biblioteca pública y una serie de restaurantes con la mejor oferta gastronómica de la ciudad. Sus palmeras, los lagos, las cuevas naturales y los acuarios en las paredes son muy apetecidos por la tranquilidad y naturalidad que emanan, pero también, los fines de semana su oferta sobrepasa la madrugada con fiestas y festivales de arte y música.
Cerro Pan de Azúcar
En el barrio de Urca, sobre una península que sobresale en el océano Atlántico, está uno de los parques más visitados de Brasil y del mundo, el Parque Cerro Pan de Azúcar. Su principal atractivo es que allí está el teleférico más antiguo en funcionamiento del mundo.
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El parque que recibe cerca de 1,6 millones de visitantes al año cuenta con un tramo inicial de 528 metros de teleférico que conecta la playa roja de Vermelha con el Cerro de Urca, epicentro musical de Río de Janeiro, a 227 metros de altura. Y son más de 750 metros los que separan el Cerro de Urca del icónico Cerro Pan de Azúcar, siendo ese el punto más alto, a 396 metros arriba del nivel del mar. La vista panorámica que se tiene de todo Río de Janeiro y del puente de 14 kilómetros que conecta con la ciudad vecina de Niterói, hacen de este lugar el espacio perfecto para una buena fotografía, un concierto inigualable o una cena romántica a la altura.
Espacio Memoria Cumbre
Este museo interactivo es un viaje al pasado. Se distribuye por el recorrido que hace el teleférico del Parque Cerro Pan de Azúcar y cuenta toda la historia de este lugar. En sus estaciones se pueden observar las primeras cápsulas que se usaron, monumentos como el de Augusto Ferreira Ramos, quien inauguró el parque en 1912, imágenes de los alpinistas expertos que en el siglo XIX cargaron los materiales hasta la cima para hacer la construcción.
¿Dónde alojarse?
Un lugar que por su historia también es un icono de Río es el Hotel Sheraton Grand Rio. Durante casi 50 años este resort ha estado ubicado frente a la Playa de Vidigal, haciendo que este paraíso prácticamente sea exclusivo de los huéspedes del hotel. El resort está ubicado en un barrio noble de la Zona Sur de la ciudad de Río de Janeiro, cercano a las famosas playas de Ipanema y Barra de Tijuca. Su ubicación estratégica permite que sus visitantes puedan conocer algunos de los bares y restaurantes más conocidos de Río de Janeiro. Sin contar que a cualquier hora del día al caminar se pueden encontrar ferias libres, tiendas de moda, deporte y joyas, además de unas insuperables playas.
Sumado a esto, algunas de las principales atracciones locales, como el Pan de Azúcar, la estatua del Cristo Redentor (Corcovado), el Parque Nacional Tijuca, las playas de Ipanema, Leblon y Copacabana, se encuentran a pocos kilómetros del hotel.
Sus más de 538 camas, los cuatro restaurantes, entre ellos L’Etoile, ubicado en el piso 26 del Hotel con una espectacular vista al mar, ganador de un premio Michelin y considerado el mejor restaurante francés de Río de Janeiro; sumado a las terrazas, el Spa con vistas al mar, y el increíble servicio lo hacen una de las mejores opciones para alojarse en la Ciudad Maravillosa. Sin contar que, al estar de cara al mar, este resort ofrece acceso exclusivo directo a la Playa de Vidigal; además de 2 piscinas, 1 jacuzzi, 3 canchas de tenis y el Sheraton Fitness, que ofrece a sus huéspedes soluciones inteligentes y equipos de vanguardia para la práctica de entrenamientos rápidos y direccionados.
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