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El auge turístico reciente ha encontrado un aliado poderoso en las redes sociales, donde las excursiones organizadas y el contenido generado por influencers han transformado destinos tradicionales en tendencias virales. En Roccaraso, Italia, por ejemplo, figuras reconocidas han documentado sus experiencias en la nieve, desencadenando una ola de interés que ha consolidado a las pistas de esquí como el nuevo epicentro de los viajes exprés y que ha comenzado a causar problemas tanto medioambientales como sociales.
Y es que el domingo 26 de enero, más de 20.000 turistas arribaron a las montañas de Roccaraso, desplazando 220 autobuses y dejando una huella no solo en los paisajes nevados, sino también en millones de pantallas alrededor del mundo gracias a los videos virales difundidos en redes sociales, debido a que esta masiva afluencia provocó un colapso vial significativo en la carretera estatal 17, con tiempos de viaje entre Castel di Sangro y Roccaraso que superaron las seis horas.
La situación exigió una intervención urgente de las autoridades, incluyendo Carabineros, policía vial y guardia de finanzas, quienes coordinaron esfuerzos para gestionar el flujo vehicular. El congestionamiento persistió durante toda la jornada, empeorando cuando los esquiadores empezaron a regresar de las pistas.
Este fenómeno de turismo masivo fue en gran parte impulsado por ofertas de bajo costo, con paquetes desde 20 euros por persona que incluían transporte, y algunas empresas de Secondigliano y Casoria incluso ofreciendo almuerzos por tan solo 30 euros. La popularidad del destino se disparó aún más gracias a los videos virales en TikTok y la promoción de influencers, que pusieron en el radar global la zona esquiable de Abruzzo.
En un esfuerzo por mitigar la crisis, las autoridades locales buscaron soluciones colaborativas. El alcalde de Rivisondoli, Giancarlo Iarussi, intentó aliviar la situación, permitiendo que aproximadamente 100 autobuses estacionaran en la zona “Vera”, ubicada entre el cementerio y el campo deportivo. Sin embargo, la gravedad de la situación llevó al mandatario a anunciar una prohibición total de tránsito y estacionamiento en todo el territorio municipal para el próximo fin de semana, una medida que considera necesaria para garantizar la seguridad pública.
La situación en Roccaraso ha llegado a un punto crítico que ha captado la atención de las autoridades locales. El alcalde, Francesco Di Donato, hizo un contundente llamado a la acción: “Damos la bienvenida a todos, siempre que sean respetuosos, pero ahora necesitamos al ejército”.
Di Donato también señaló un problema específico: muchos turistas que llegan en autobuses privados permanecen estacionados en la localidad sin siquiera acceder a las pistas de esquí, lo que agrava significativamente los problemas logísticos. A pesar de haber implementado medidas preventivas, como la ordenanza que prohíbe el tránsito de autobuses turísticos en el centro urbano y la zona de Aremogna, la falta de estacionamientos adecuados y la extraordinaria afluencia de vehículos han sobrepasado estas restricciones.
Como respuesta a esta crisis, Angelo Caruso, quien ocupa el doble cargo de alcalde de Castel di Sangro y presidente de la provincia de L’Aquila, ha convocado una cumbre técnica urgente con el prefecto Di Vincenzo. Caruso enfatizó que la situación va más allá de un simple problema de deterioro urbano, representando “un riesgo concreto para la seguridad en caso de que sea necesario realizar un rescate”. Subrayó, además, la necesidad urgente de implementar medidas estructurales para prevenir futuros incidentes similares, pues esto representa un riesgo para la seguridad y la eficiencia de los servicios de emergencia.
Los empresarios locales, también han expresado su preocupación por este tipo de turismo masivo, considerándolo problemático y con limitadas implicaciones positivas para la economía local.
El turismo masivo, una problemática cada vez más común
Roccaraso se destaca como la estación de esquí más importante de Abruzzo y la más extensa del centro de Italia, ubicada en una región privilegiada entre montañas y mar. Su integración con otras estaciones cercanas como Rivisondoli, Pescasseroli, Pescocostanzo, Barrea y Castel di Sangro forma el “Comprensorio Sciistico dell’Alto Sangro e dell’Altopiano delle Cinque Miglia”, que ofrece más de 150 kilómetros de pistas de esquí y 60 kilómetros adicionales para esquí de fondo.
La infraestructura de la zona es notable, contando con más de 30 remontes modernos que conectan las diferentes estaciones, accesibles todas con un único forfait. El desnivel de 1000 metros desde el pueblo hasta la cima Toppe del Tesoro permite disfrutar de pistas extensas y variadas, además de ofrecer vistas espectaculares del entorno.
La diversidad de actividades es uno de los principales atractivos de esta región, que va mucho más allá del esquí tradicional. Los visitantes pueden disfrutar de dos snowparks, una zona infantil con áreas de juegos, instalaciones para snow tubing, trineos, bobsleigh, paseos con raquetas de nieve, ciclismo sobre nieve, marcha nórdica, snowkite y heliski. También se destaca una pista de hielo ideal para patinaje al aire libre, perfecta para disfrutar del sol mientras se practica esta actividad.
El pueblo, por su parte, complementa la experiencia deportiva con su encanto único y una oferta turística integral. Aquí, los visitantes pueden encontrar una amplia gama de servicios, que incluyen restaurantes, cafeterías, pubs, tiendas y zonas de bienestar, asegurando una estancia variada y placentera para todos.
Sin embargo, el turismo masivo ha desencadenado una crisis multifacética que está impactando profundamente la vida cotidiana de la comunidad local. Los residentes han manifestado su frustración no solo por el caos vehicular que paraliza la ciudad los fines de semana, sino también por problemas más tangibles, como la acumulación de basura en las calles. La situación ha llegado a un punto crítico, con varios establecimientos, especialmente bares, cerrando sus puertas para evitar las largas filas y los problemas logísticos que esto conlleva.
Las imágenes evidencian un paisaje gravemente afectado: basura dispersa, trineos abandonados y otros residuos que dejan tras de sí las oleadas de turistas. La infraestructura local se encuentra desbordada ante esta afluencia sin precedentes, con baños públicos insuficientes y una sobrecarga general de servicios que han generado una sensación constante de desorganización. De hecho, según los residentes, la situación se complica aún más con la llegada de turistas inexpertos en deportes de invierno, quienes improvisan soluciones poco adecuadas, como el uso de bolsas de plástico para deslizarse sobre la nieve, dejando tras de sí desechos que contaminan las montañas.
Este panorama ha desencadenado un acalorado debate sobre la gestión y el mantenimiento de los espacios públicos, provocando indignación tanto en los habitantes locales como en quienes valoran la preservación de la naturaleza. La falta de planificación y de medidas efectivas para controlar el creciente flujo de visitantes ha expuesto las tensiones entre el desarrollo turístico y la conservación ambiental. La situación demanda, con urgencia, estrategias sostenibles que permitan equilibrar la promoción del turismo con la protección del entorno y la calidad de vida de las comunidades locales.
Para abordar la crisis de residuos en Roccaraso, gobiernos locales han propuesto implementar un plan integral de educación ambiental que transforme la experiencia turística. Este enfoque incluiría una señalización estratégica en las pistas y zonas más frecuentadas, complementada con servicios de recolección de residuos reforzados durante las temporadas de mayor afluencia. La meta es crear una cultura de respeto ambiental que no solo mejore la imagen del destino, sino que también preserve su valioso patrimonio natural para las futuras generaciones, atrayendo así a un perfil de turista más consciente y comprometido con la sostenibilidad.
La región ha demostrado su capacidad de adaptación y mejora continua. Según Mauro Del Castello, director de la estación de Monte Pratello, las inversiones realizadas han sido integrales, abarcando desde la modernización de las instalaciones de recepción hasta la implementación de sistemas de remontes mecánicos más eficientes, todo ello enfocado en optimizar la experiencia de los visitantes mientras se mantiene un equilibrio con el entorno natural.
Un ejemplo destacado de esta adaptabilidad es la implementación de tecnología de nieve artificial, que ha resultado crucial durante una temporada caracterizada por condiciones meteorológicas variables. Esta innovación ha permitido mantener la operatividad de 18 ascensores distribuidos entre las zonas de Aremogna, Monte Pratello y Pizzalto, garantizando así la continuidad de la temporada de esquí incluso en períodos de escasez de nieve natural.
Sin embargo, estos avances técnicos y operativos deben ir acompañados de una revisión exhaustiva y una reformulación estratégica en la gestión turística de Roccaraso. La región atraviesa un momento crítico en el que la falta de planificación adecuada para manejar el turismo masivo pone en riesgo no solo la infraestructura local, sino también el tejido social y ambiental de la comunidad. Los habitantes, cada vez más firmes en su descontento, han dejado claro que no están dispuestos a tolerar esta situación por más tiempo.
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